El Parlamento de Italia aprueba una ley que protege a los niños e impide la entrada de activistas LGTBI en los colegios
Matteo Salvini y Giorgia Melonia. Europa Press.
Carlos Rioba
Italia ha aprobado una reforma educativa que protege la libertad de los padres frente a la imposición ideológica en las escuelas. A partir de ahora, la «educación sexual y emocional» sólo podrá impartirse en los institutos de secundaria y
siempre con el consentimiento informado de los padres. En los niveles de infantil y primaria la prohibición se mantiene de forma total.
La medida fue impulsada por el partido
Lega, aliado del Gobierno de
Giorgia Meloni y de VOX en Patriotas por Europa, a través de una enmienda presentada en la
Cámara de los Diputados, que modifica el texto previo del comité parlamentario y evita que asociaciones o activistas externos impongan contenidos ajenos al currículo nacional.
Según el texto aprobado,
los padres deberán ser informados con antelación sobre los temas a tratar y el material que se empleará. De esta manera, las familias podrán decidir si sus hijos participan o no en las sesiones, garantizando su derecho constitucional a la educación conforme a sus valores.
El diputado
Rossano Sasso, portavoz de Lega en la Comisión de Cultura, Ciencia y Educación, subrayó que la ley
no elimina la educación sexual, sino que
la preserva de manipulaciones ideológicas.
«Es justo que se hable a los adolescentes de enfermedades de transmisión sexual o de embarazos no deseados, pero sin convertir las aulas en espacios de adoctrinamiento», señaló Sasso. «
Lo que queremos impedir son las distorsiones ideológicas queridas por la izquierda: activistas trans, drag queens o actores pornográficos sin formación pedagógica hablando a niños de género fluido o maternidad subrogada«.
El ministro de Educación,
Giuseppe Valditara, ha confirmado que el Ejecutivo trabaja en una
«educación para la afectividad responsable», centrada en la prevención y el respeto, no en el activismo político.
La decisión se enmarca en una tendencia creciente en Europa central y del este para
proteger la infancia frente a la propaganda sexual y de género. Bulgaria, Hungría y Eslovaquia ya han aprobado normas similares, reconociendo sólo el sexo biológico y restringiendo la difusión de contenido LGTBI en escuelas y medios dirigidos a menores.