Expósito, tras la tragedia del 'Villa de Pitanxo': "¿Te imaginas los recuerdos de los supervivientes?"
El director de 'La Linterna' viaja hasta Marín para seguir el rescate de la tripulación del pesquero naufragado en Canadá
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Lo último: tres supervivientes, 10 cadáveres hallados y 11 desaparecidos. Ese es el último balance, día y medio después, del desastre del pesquero 'Villa de Pitanxo' de Marín desaparecido en Terranova, Atlántico Norte, Canadá.
Son Raúl González Santiago, 24 años, en prácticas.
Pedro Herrera Couso, 29 años, acababa de ser padre de un bebé
Jonathan Calderón. 39 años peruano. Experto marinero.
Samuel Kwesi Konfie. De Ghana. 30 años. 5 hijos en África. No conoce al más pequeño.
William Arévalo. Peruano, 37 años.
Martín Quino, Perú, cuarenta y tantos. Llevaba 25 años en Galicia.
Edmundo Rial Padin, 42 años. Superviviente.
Edemon Okutu, 45 años. De Ghana
Ricardo Arias García, 46 años.
Miguel Lumbres Cumpra, 52 años, del Perú también.
Fernando González Martínez. 53 años Experimentado. Era su primera vez en las aguas de Terranova.
Michael, otro inmigrante de Ghana.
Juan Padin Costa. El Patrón del barco. Superviviente.
Francisco del Pozo. 70 años. El más veterano. Jefe de máquinas.
Juan Manuel Navarro. Canario. Controlador de a bordo, técnico del Instituto Español de Oceanografía.
Y Martín, otro Peruano.
Y así, ocho más. No se me ocurre mejor homenaje que recordar sus nombres.
"¿Te imaginas los recuerdos de los supervivientes para el resto de sus vidas?"
¿Te imaginas cómo tiene que ser morir así? El frío, el miedo atroz, las olas que te aplastan, te arrastran, te engullen y adiós. ¿En qué segundo final de sus vidas estos pescadores valientes, rudos (como me recordó anoche mi amigo Iñaki, almirante) en qué instante un pescador sabe que no sale de esta, que se muere? ¿Te imaginas?
¿Y los instantes previos? Quiero suponer que suena la alarma máxima, puede que alguien grite ¡hombre al agua! Y la desesperación, los últimos pensamientos, empapados y aterrados, con un afán de supervivencia que se va apagando por inútil? ¿Para eso también están preparados estos valientes?
¿Y las familias? ¿Cómo fue la última despedida? Adiós, cariño, vuelvo en cuatro o cinco meses. No, no despiertes a las niñas. Te llamo por WhatsApp. Que sí, que he metido los sobres de jamón al vacío... y nunca más.
¿Te imaginas los sueños y los recuerdos de esos tres hombres supervivientes para el resto de sus vidas?