Cuento una anécdota que mi madre siempre refiere.
Cuando mi mamá era una mocita, vivía en el campo (en una choza) y estaba al cuidado de unas vacas que tenía mi abuelo, y ayudaba donde hacía falta (en el huerto) y aprendiendo a coser con mi abuela. Todas estas tareas "agrícolas" hacían que la mujer tuviera las uñas "negras", las manos arañadas, los dedos limados de pelar tagarninas, y los brazos comidos del sol, así como el cogote tremendamente bronceado; y eso que hacía MIL ESFUERZOS por cuidarse de todas estas "circunstancias".
La "circunstancia" es que otras niñas (que no vivían en el campo) residían en Casares (en el pueblo) y tenían colegio, educación, también digo seguramente
un plato de comida peor que mi familia materna; pero las chavalas estaban BLANCAS COMO EL NÁCAR.
De hecho, todas las primas del campo iban juntas al pueblo a la Feria (que se celebra en agosto) y ya os podéis imaginar un grupo de niñas "sin trabajos campesinos" y las que venían del cortijo "tostadas al sol".
No hace tanto tiempo, tener una barriga como una lavadora y estar blanco como una losa de mármol significaba TERRATENIENTE.
Significaba que tenía dinero para comer y dinero para no tener que trabajar.
Una tagarnina es un "cardo silvestre" que se asemeja -una vez pelado y cocinado- a una "acelga".
Otros solamente verán una mala hierba.
