Esto es lo que hubiera implantado en España el Frente Popular si hubiese ganado la guerra:
Mr. Jones
Esta es una de las páginas más aterradoras de la historia soviética, dedicada a la industrialización forzada y el desarrollo de tierras remotas a expensas de vidas humanas. Dentro hilo:
La Ruta de los Huesos. Una fosa común del genocidio estalinista de 2.000 km de longitud.
Hay caminos asociados con historias siniestras, pero ninguno puede compararse con la carretera federal rusa de Kolymá, o M56, conocida mundialmente como la Ruta de los Huesos.
Kolyma no es un destino popular en el mapa de Rusia. La carretera está cubierta con una mezcla de tierra y grava, por lo que viajar aquí solo es factible en verano o en invierno, cuando se congela y se cubre de hielo. En otras temporadas está completamente cubierto de barro.
En invierno, los conductores locales nunca apagan el encendido de su automóvil, porque existe la posibilidad de que nunca puedan volver a encenderlo y, literalmente, se mueran de frío en la naturaleza circundante.
Pero la carretera recibió su apodo de 'Camino de huesos' no porque muchos conductores no cumplieran con esta regla. Como de costumbre en todo lo relacionado con el comunismo, tiene raíces mucho más siniestras en la historia.
El interés de Stalin en esa región se debió a sus depósitos de oro y de uranio. El Gulag fue un gran proveedor de esclavos condenados por cualquier pretexto con dos propósitos: extraer el mineral de las entrañas de la tierra y liquidar a los enemigos del régimen comunista.
La región de Kolymá, que da nombre a este camino, era un territorio conocido por la abundancia de gulags. Por ella pasaron cientos de miles de zeks o presos políticos. Uno de ellos fue el escritor ruso Varlam Shalamov, que estuvo preso durante 17 años.
Shalamov escribió su experiencia sobre ese horror en una obra titulada “Relatos de Kolyma”. Probablemente el libro más sorprendente y aterrador sobre los campos de Stalin jamás escrito. Aleksandr Solzhenitsyn también escribió sobre Kolymá en su obra "Archipiélago Gulag"
Describieron como los prisioneros tenían que sobrevivir en las condiciones más duras posibles. Con heladas que alcanzaban los -50° C trabajando al aire libre, principalmente extrayendo minerales de hierro e incluso extrayendo urano radiactivo.
Uno de los trabajos más difíciles y que costó mas vidas fue la extracción de oro. Los trabajadores tenían que lavar el oro en agua helada incluso en los días más fríos.
No fueron alimentados lo suficiente y no tenían ropa adecuada para tales heladas. Constantemente sufrían congelaciones y padecían una variedad de enfermedades, desde distrofia hasta tuberculosis, para las que no podían recibir tratamiento.
Entre los esclavos enviados a ese infierno blanco de Kolyma no solo había rusos. Muchos prisioneros fueron polacos deportados después de la invasión soviética del este de Polonia en septiembre de 1939. Dos semanas después de que Hitler hiciese lo propio con la parte oeste.
La ocupación soviética de Lituania, Letonia y Estonia también proporcionó mano de obra esclava de estas tres Repúblicas bálticas para las minas y la carretera de Kolymá.
Aunque la "fiebre del oro" de Stalin a Kolymá había comenzado en 1929, el único acceso posible durante todo el año era en barco desde Khabarovsk, lo que convirtió a esa región en una isla en medio de un océano de nieve y hielo.
En 1932 se inició la construcción de la ciudad Magadán y la carretera Kolymá , a fin de explotar más yacimientos en esa región. Para ello construyeron unos 80 campos de concentración dirigidos por Eduard Berzin, oficial de la Cheka, la brutal policía política creada por Lenin.
Para facilitar el acceso a las minas, los prisioneros tuvieron que construir la infraestructura, incluidas carreteras y vías férreas en estos lugares salvajes. Construyeron más de 3.000 km de carreteras, incluida una ruta de más de 2.000 km desde la ciudad de Magadan a Yakutsk.
Los prisioneros pasaron 20 años construyendo la carretera, desde 1932 hasta 1952. Según datos oficiales, en esta sucursal del Gulag trabajaron aproximadamente 700 mil presos, alcanzando su punto máximo en 1940, cuando 190 mil hombres trabajaron allí en minería y construcción.
En Kolymá murieron cientos de miles de prisioneros del Gulag, muchos de ellos por congelación. Se dice que la carretera de Kolymá costaba una muerte por cada metro de camino construido. El trabajo se hacía con métodos muy rudimentarios, como palas y carretillas.
Cuando morían los presos (algo muy habitual), no se molestaban en enterrarlos, sino que dejaban sus cuerpos en los cimientos del camino, utilizando la carne como mortero y huesos como sustitutos de la piedra. De ahí que la ruta se conozca hoy como la “Ruta de los Huesos”
Circular por la carretera federal rusa de Kolymá implica atravesar una colosal fosa común que alberga cientos de miles de cadáveres. Cadáveres de una de las páginas más aterradoras de la historia soviética.
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