El secreto detrás del WD-40
En 1953, un ingeniero llamado Norm Larsen, trabajando para la empresa Rocket Chemical Company en San Diego, buscaba una fórmula que protegiera los misiles de la corrosión. Tras 39 intentos fallidos, logró en el intento número 40 la mezcla perfecta: un producto que desplazaba el agua y prevenía la oxidación.
De ahí nació el nombre WD-40: Water Displacement, 40th formula (Desplazador de agua, fórmula número 40).
Lo curioso es que, aunque fue creado para la industria aeroespacial, pronto la gente empezó a descubrir sus miles de usos:
Aflojar tornillos oxidados.
Lubricar cadenas de bicicletas.
Proteger piezas metálicas de la humedad.