El culebrón como subgénero del fútbol.
Las historias de fichajes veraniegos son una asignatura obligatoria en el mundo del balompié y Mbappé repite con los mismos protagonistas.
Lo de Kylian Mbappé con el Real Madrid es digno de telenovela o de varios capítulos con aroma a serie de plataforma de pago. Si ya el habilidoso Vinicius ha dado el salto a Netflix con un documental, no es descartable que los del streaming se interesen por algún especial deportivo con la hasta ahora historia de un amor fallido entre la estrella francesa del PSG y el club de Chamartín.
Nada nuevo ni para los blancos ni para los de los planes de suscripción, que ya contaron 'El caos perfecto' de Neymar, con el brasileño como experto en culebrones y realities con el Barça, además de franceses y madridistas, como protagonistas. Un actor principal que se repite en el apasionante 'Caso Figo' y los detalles de cómo se fraguó el fichaje más polémico de la historia. Otro novelón que comenzó con una simple llamada en junio del 2000 de Florentino Pérez, mandamás del Madrid, a Paulo Futre, y que concluyó con el traspaso del portugués, estrella de 'Can Barça' por aquel entonces, al eterno rival para convertirse en el primer 'galáctico' del empresario. El resto es historia, cabeza de cochinillo sobre el verde del Camp Nou incluida.
Los culebrones veraniegos son una asignatura obligatoria en el mundo del fútbol y, temporada tras temporada, siempre destacan un par de nombres que, en ocasiones con varios pretendientes, reducen la poca información estival que causa la ausencia de competición.
Esta sería la segunda temporada de un culebrón que cuenta con los mismos protagonistas y un tercero en discordia. La estrella francesa del PSG abrió un nuevo capítulo en su historia con el club de orillas de la Torre Eiffel para volver a hacerle otro guiño al equipo que dice ser con el soñó con jugar desde niño, el Real Madrid. No obstante, el galo dio calabazas a Florentino Pérez tras alcanzar un principio de acuerdo para reclutarle en el Bernabéu el pasado año.
Ahora el prodigio de Bondy parece tener fecha de caducidad en el conjunto parisino, el 30 de junio de 2024 y agita el mercado con un posible fichaje estival por la entidad del Paseo de la Castellana, aunque en esta nueva secuela entra en juego también la geopolítica de Catar, a la que le podría interesar que el internacional recale en algún gigante de la Premier como el Manchester United.
Otra de las grandes producciones, llevada a la pantalla por cierto, fue la protagonizada por Nicolás Anelka, otro francés, y el Real Madrid. El galo, que se autodenominaba como un incomprendido, fue el delantero con la mecha más corta del fútbol francés además de uno de los atacantes más peculiares del siglo. Su fichaje fue en 1999 el más caro de la historia del fútbol español y se vio envuelto por una serie de contratiempos.
El Arsenal llegó a denunciar a la FIFA la actuación de los madridistas, ya que los blancos negociaron con el jugador teniendo contrato en vigor a espaldas del club que tenía sus derechos. Además de las intromisiones de otros equipos potentes del Viejo Continente como Lazio y Juventus. No era la primera vez que se acusaba al Madrid de actuar con irregularidad en un fichaje.
La dura pelea con Daniel Levy, el negociador del Tottenham.
El Madrid sabe de su atractivo y que no son pocos los jugadores que se rebelarían con sus clubes con tal de vestir la elástica blanca. Es lo que le ocurrió con Luka Madrid, otro de los capítulos intensos de los veranos pasado. El genio de Zadar fue blanco por unos 30 millones de euros, una cifra de risa para los tiempos que corren y por el rendimiento del croata en su estancia en el Bernabéu.
El pequeño centrocampista balcánico plantó al Tottenham y estuvo mes y medio entrenándose en solitario hasta recalar en Chamartín. Lo había pedido José Mourinho, que por aquel entonces entrenaba en la capital española, y se puso a las órdenes del luso tras una dura negociación con Daniel Levy, máximo mandatario del equipo británico. No estaba dispuesto a bajar ni un ápice la cifra que pedía por su futbolista, lo que hizo que se retrasara la operación.
El presidente de los 'spurs' volvió a verse las caras con el Madrid solo un año después, con Gareth Bale como objeto de deseo. El traspaso del galés fue uno de los mayores retos para Florentino Pérez. Tras unas duras negociaciones, vacaciones del futbolista en España sin volver a los entrenamientos y haciendo muchas cuentas, el Real Madrid aceptó superar los 90 millones para conseguir el fichaje de la locomotora de Cardiff el último día de mercado de 2013.
En verano de 2009 el de Tolosa se convirtió en el más deseado de los nuevos 'galácticos' del Real Madrid. El vasco deseaba volver a España y pidió hasta por escrito al Liverpool que le dejara irse mediante una petición formal de traspaso. Hay una ley no escrita por la que cualquier club inglés, una vez recibido el transfer request, tiene la obligación moral de facilitar la salida del jugador, ya que es el futbolista quien expresa su deseo de marcharse. El 'cerebro' que siempre quiso Florentino agotó la vía diplomática para pintar su futuro de blanco y recalar en un equipo que ya había puesto los ojos en él cuatro años atrás.
Un fax impidió un cambio de cromos Madrid - United.
En la falta de entendimiento entre clubes es cuando puede llegar a formarse lo que se conoce el culebrón de verano, aunque también en problemas con la documentación o la tecnología. Es lo que le ocurrió a David de Gea en 2015. Pese al acuerdo alcanzado con el Manchester United, todo se truncó por culpa de un fax que impidió que el portero recalara en el Bernabéu y que Keylor Navas se fuera a su vez a Old Trafford.
El final de la serie fue infarto y terminó convirtiéndose en esperpento. Y acabó mal para el portero español que no renovó con el United y quería firmar por el club blanco. El club inglés envió a última hora los contratos que tenían que firmar las partes y al Madrid no le dio tiempo a inscribir al portero en la Liga.
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