Mira, desde el primer brote, digamos, en el 2011, he tenido multitud de tratamientos. A mí solo la terapia genética de la ciencia ficción me curaría haciendo unos apaños en el cromosoma 17, por lo que hay que ir apañando remedios para la sintomatología que va apareciendo e ir cambiando conforme el cuerpo se acomoda.
Llevo ya ..... no se, ocho o nueve distintos. Siempre los montamos de la misma forma, un neuromodulador principal que suele ser potente, de amplias propiedades anticonvulsivas, analgésicas, antidepresivas, ..... todos son iguales, pero bueno, los rangos de actuación a nivel cerebral son distintos y sus efectos secundarios pueden ser muy distintos, incluso peligrosos a determinadas dosis. Ha evolucionado mucho el tema en los últimos 15 años gracias a Dios. No todo en la vida es Lyrica y Neurontin, menos mal.
Ahora llevo más de un año con una molécula molona que relativamente es capaz de bloquear el ... 90%¿? del dolor neuropático JUNTO (muy importante) con otras moléculas igualmente dabutis pero con roles secundarios en la película. Ojo, secundarios imprescindibles concomitantes al principal.
Mi molécula principal es un antiepiléptico por sí solo, pero yo no tengo epilepsia. Peeeeeeeero mi amiguita se transforma si actúa concomitante junto con dosis muy controladas de tricíclicos + inhibidores de recaptación de la serotonina y noradrenalina. Es un antiepiléptico que junto con dosis muy bajas de un antidepresivo tricíclico muy viejo (prueba ciega fortuita) + un antidepresivo IRSN de relativa nueva generación (mucho menos tóxico) funciona en conjunto y se acopla para filtrar entre todos los dolores neuropáticos que me destrozan por dentro. 90% fuera.
El IRSN funciona junto a otra amiguita contra el dolor lumbar crónico muy bien. Y me faltan dos amiguitas más. 6 moléculas.
Dentro de la medicina tradicional me faltan unas cuantas cosas más.
Después del chorizo GUAKA, a lo que vamos, antes del verano, corté tratamiento de rehab (de hecho creo que lo comenté por aquí, primer verano en la tira de tiempo que no tocaba gym de lelos), me subieron el tricíclico al triple ( sí

) al poco tiempo (empeoramiento del dolor por inactividad) y a pasar el veranito. Fue el verano de "me como una sandía", me como otra sandía me meto y otra y otra y otra .... jajaja jajaja jajaja. Subí por mi cuenta el morfin hasta los límites máximos que manejo también en ese verano.
Volvemos a revisión. ¿Subida de peso? Es por la morfin. Vuelve a los límites normales en cuanto te lo permita la rehabilitación que también te llevas prescrita. Fue empezar rehab y meterme en mínimo de morfin pero no me habían prescrito la bajada del tricíclico. Y no bajó el peso, de hecho siguió para arriba. Navidá, choco choco, ..... y más cuestión coco que físio"lógica".
Última revisión con el neurólogo, pensando en un comentario de
@jangel. "Aquí (en mi coco, señalándomelo) me pasa algo, devoro fruta con solo olerla". Descolgar teléfono, llamar a su colega de psiquiatría, bajar con una residente y explicación tras mirar los tratamientos un buen rato. La desviación de golpe al principio del verano, la pasada de frenada con el tricíclico fue el error. Esa molécula en cuestión, como todos los tricíclicos viejunos, actúa en el hipotálamo donde se regula el apetito, la saciedad y sed, por ejemplo. La pasada que llevaba era la que estaba ocasionando esa ganancia de peso. Tenía que volver a la situación pre-verano. Hablamos de pequeños miligramos pero vamos, tengo la nevera repleta de fruta y la despensa de chocolate y he completado la adaptación ya del nuevo tratamiento.
(Sacar el tricíclico del nivel en el que estaba y dejarlo en su sitio significa meter la sexta molécula, un corrector del impulso de manera temporal).