Para finales de la década del cincuenta, el ingeniero ruso I.
#kamov, especialista en helicópteros, desarrolló un ingenioso vehículo terrestre para surcar las nieves. En lugar de partir desde cero, utilizó un auto convencional, un GAZ M-20 Pobeda, pero le adaptó esquíes en lugar de ruedas y un enorme motor de helicóptero sobre el baúl. El impulsor AI-14 era capaz de entregar 260 CV, lo que le permitía al Sever-2 alcanzar unos 35 km/h. Si bien el gasto de carburante era tremendamente elevado para un auto, no se trataba de un auto normal, sino uno que podía funcionar perfectamente a temperaturas cercanas a los - 50ºC. Entre 1958 y 1961 fueron producidos unos cien ejemplares, que fueron utilizados para entrega de correspondencia y traslado de personas en la remota Siberia.