

Con Irene Montero no gano para papel higiénico
Rosa Martínez
Si no fuera por los hombres que decidieron apoyar a las mujeres, vosotras no podríais votar, ni estudiar ni simular que trabajáis
En sus culturas se mata a una mujer públicamente y a pedradas sólo por ser violada o por quitarse el trapajo con el que les obligan a tapar su cabello. Pero nos queréis hacer creer que el problema de machismo lo tienen los españoles
En lugar de facilitar esos recursos, por ejemplo, a las familias y parejas de personas con enfermedades mentales o de adicciones, que se ven desamparadas y abandonadas por el Estado a la hora de intentar que el enfermo acuda al médico, siga un tratamiento o sea recluido en algún centro para tratarse, por resultar un peligro violento hasta para su propio entorno
Y, por favor, no te llames feminista, si no quieres igualdad, si lo que quieres son privilegios solo por ser mujer. Si pretendes tener un trato diferente, en el ámbito que sea, porque naciste con vagina, no eres feminista. Ni siquiera eres un ejemplo. Eres una vergüenza, como mujer y como persona. Por mucho que os pongáis pañuelitos morados y salgáis a dar palmas gritando “ni una menos” o haciendo coreografías absurdas propias de niños de parvulario, cada vez engañáis a menos gente y provocáis el bochorno y rechazo de las mujeres que nos sabemos tan válidas como cualquier hombre, por nuestras capacidades. Solo me faltaba que, a estas alturas de la vida, venga una señorita que ha llegado a donde ha llegado saltando de cama en cama y que se codea con la flor y nata de los acosadores sexuales y puteros de la izquierda, a darme lecciones y carnés feministas.
Por donde el papel higiénico, Irene, por donde el papel higiénico.