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Buenas noticias para la mayoría de los equinos que han dejado de prestar servicio en los coches de caballos de la capital : el santuario A Better Life 4 Horses, ubicado en Antequera, ha adquirido 16 de los 25 que han estado trabajando hasta este mes de octubre para evitar que acaben en el matadero. Aunque los cocheros se han negado a cederlos, la asociación animalista ha pagado más de 22.000 euros para quedarse con ellos y puedan tener una mejor vida a partir de ahora.
El santuario, ubicado en Antequera y dirigido por la exjinete Signe Froslee, ha adquirido los animales por más de 22.000 euros para ofrecerles una segunda vida lejos del asfalto.
Rescue center for heste i Malaga
abetterlife4horses.dk
Buenas noticias para los caballos que durante años recorrieron las calles de Málaga tirando de los tradicionales carruajes turísticos. El santuario
‘A Better Life 4 Horses’, con sede en el municipio de
Antequera, ha adquirido
16 de los 25 equinos que se retiraron del servicio el pasado mes de octubre, con el objetivo de evitar que acabaran en el matadero.
Aunque los cocheros se habían negado inicialmente a cederlos, la asociación animalista ha logrado comprarlos por un
importe superior a los 22.000 euros, gracias a la aportación de fondos propios, donaciones particulares y la colaboración de varias empresas comprometidas con el bienestar animal.
La responsable del centro,
Signe Froslee, exjinete profesional de origen danés, explica que el propósito de la operación era garantizar una vida digna a los animales: “Lo importante es que ahora podrán descansar y vivir una buena vida. Han pasado muchos años trabajando bajo el sol, en asfalto y con esfuerzo continuo. Aquí tendrán libertad, cuidados y cariño”.
El santuario, que funciona desde 2022, se ha especializado en la
recuperación de caballos abandonados o maltratados, y actualmente acoge más de una veintena de ejemplares. Los
16 caballos malagueños ya descansan en las instalaciones del refugio, situadas en un entorno natural próximo a la vega antequerana, aunque uno de ellos está previsto que llegue la próxima semana.
Además de su recuperación física y emocional, algunos de los animales participarán en el futuro en un
programa de equinoterapia, orientado a ayudar a
personas con diversidad funcional y emocional, un proyecto que Froslee espera poner en marcha en 2026.
Por el momento, el objetivo principal es
que los caballos se recuperen y vuelvan a confiar en el ser humano. La responsable del santuario relata a este medio uno de los casos más emotivos: “Uno de los caballos llegó aquí sin fuerzas, llevaba años tirando del carruaje. No quería correr, solo tumbarse, parecía haber encontrado paz”.
Con este gesto, el refugio antequerano demuestra que
otra vida es posible para los caballos retirados del servicio, alejados por fin del ruido, el asfalto y las duras jornadas de trabajo.