Esto va de productividad, lo que queda cuando se marchan los que vinieron a hacerse la foto.
La clave que distingue a Países Bajos y España está en la elevada producción por hora de los 'holandeses' y en la capacidad de la economía para llevar el empleo a todas las esquinas del país. En el caso de Países Bajos, esta 'precariedad' es una flexibilidad que permite mantener a prácticamente toda la población ocupada. Una productividad más alta suele traducirse a su vez en unos salarios más elevados (eso dice la teoría económica). Según los últimos datos publicados por la OCDE (correspondientes a 2024),
los holandeses logran producir por cada hora de trabajo el equivalente a algo más de 82 dólares en paridad de poder adquisitivo, prácticamente el mismo nivel que los estadounidenses. Mientras tanto, los españoles producen unos 60 dólares por hora trabajada. Esto muestra que muchas veces la clave no es más, sino mejor.
Como explica la propia OCDE, el PIB por hora trabajada es una medida de la productividad laboral que evalúa cómo de eficiente es la combinación del factor trabajo (empleados) con los otros factores de producción (capital, tecnología y tierra) que se utilizan en el proceso. Para ello, se divide el PIB entre todas horas trabajadas en el país. La relación entre la producción o PIB y las horas de trabajo depende en gran medida de la maquinaria usada, la formación de los trabajadores, los insumos intermedios, los avances técnicos, organizativos, de eficiencia y las economías de escala. Todo esto es consecuencia
más del sistema productivo que de la legislación del mercado laboral. Aunque sin duda la una influye en la otra y viceversa, el modelo productivo holandés funciona bien con su mercado laboral.
Este rendimiento excepcional se explica por factores estructurales: una economía pequeña, pero altamente desarrollada e integrada en las cadenas globales de valor, un entorno empresarial innovador con alta adopción tecnológica, y
una fuerza laboral muy cualificada, según revelaba un informe del FMI en una de sus últimas evaluaciones de la economía holandesa. Además, el país cuenta con instituciones sólidas e infraestructura de primera clase (puertos, transporte, redes digitales) que fomentan la eficiencia. Históricamente, P
aíses Bajos ha mantenido costes laborales unitarios relativamente bajos frente a la media de la eurozona, reflejo de su elevada productividad y contribuyendo a su competitividad. Sectores clave y contribución a la competitividad. La ventaja productiva neerlandesa se manifiesta en varios sectores especializados de su economía.
En agricultura de alta tecnología, los Países Bajos se han convertido en uno de los mayores exportadores (o reexportadores) mundiales de productos agroalimentarios gracias a innovaciones como invernaderos automatizados, genética avanzada y robótica. El sector de logística es otro pilar: el puerto de Róterdam es el más activo de Europa (y top 11 mundial en volumen), y junto con el aeropuerto de Schiphol posiciona al país como hub de comercio global, reduciendo costos y tiempos de transporte para las empresas. En la industria manufacturera, Países Bajos sobresale en nichos de alto valor añadido y tecnología punta (maquinaria, electrónica, química); por ejemplo,
la empresa ASML, buque insignia nacional, domina más del 90% del mercado global de equipamiento litográficopara semiconductores, ilustrando la enorme productividad de su sector tecnológico.
Finalmente, los servicios financieros con centro en Ámsterdam (también el hub del transporte marítimo de Róterdam) aportan competitividad mediante un potente sector bancario y de gestión de activos internacionales, facilitando la financiación de la economía. En conjunto, estos sectores altamente productivos y especializados apuntalan la competitividad general de Países Bajos y explican su excepcional nivel medio de productividad. Pese a la temporalidad y el trabajo a tiempo parcial, los holandeses producen más y mejor que otros países con mercados laborales menos 'precarios' en términos legislativos y prácticos.
Con todo, y pese a la supuesta 'precariedad', la renta per cápita de Países Bajos es las más altas de todo el euro, solo por detrás del extraordinario caso de Irlanda.
El PIB per cápita de los holandeses es de 63.030 euros, una renta que supera en 11.000 euros a la de los austriacos y en 13.000 euros a la de los alemanes... y que casi duplica a la de España. Esto demuestra o evidencia que trabajar pocas horas o el trabajo a tiempo parcial no son negativos per se para la economía, pese a que la lógica parece señalar lo contrario.