Estoy bastante de acuerdo contigo en muchas de tus argumentaciones, aunque con ciertos matices.
En este caso, como en muchos otros ámbitos de la vida, el "café para todos" resulta ciertamente injusto, pero a la vez tremendamente difícil (por no decir imposible) de tabular o tramificar.
¿Qué parámetros entrarían en juego para decidir a qué velocidad máxima puede circular cada ciudadano? ¿Antigüedad de carnet, km recorridos, historial de accidentes, historial médico,...? Al fin y al cabo en esa "ecuación" la calidad del coche (y su historial de mantenimiento) es sin duda un factor muy importante, pero NO el más importante. El individuo y su EDUCACIÓN son aquí la pieza clave.
Por lo demás en este país está muy bien vista la discriminación "positiva", es decir, a la hora de establecer obligaciones ( que pague más quien más gane, etc...), pero sin embargo muy mal vista si eso se traduce en gozar de distintos derechos en base a esas obligaciones adquiridas... conclusión: café para todos...