Estais tos en plan cuñaos de barra de bar.
Que sí, que comparto vuestro cabreo pero que no se nos olvide que los políticos son el reflejo de la sociedad que los elije. No son criados en granjas especializadas ni están tocados por el dedo de ningún dios de las urnas. Son gente como nosotros que, merced a una mayor ausencia de escrúpulos y una especial habilidad para saber de dónde sopla el viento, están donde están.
Ya sabéis que, en cuestión de coches, soy una firme defensora de hacerle caso a lo que te gritan las tripas. Pero en lo que se refiere a asuntos de gobierno hay que ser frío y cerebral. Y eso es justo lo que la sociedad no está siendo. Somos una masa vociferante en la que cada cual pregunta qué hay de lo suyo... que si no de qué nos iban a vender la moto con políticas populistas, con soluciones simplistas a problemas complejos.
¡Bajada de impuestos! gritamos... y acto seguido vociferamos que ¡Mejores carreteras ya! Dame, dame, dame... pero no me preguntes ni por obligaciones ni por responsabilidades. ¡Más porros y menos porras! Pero en cuando le vemos las orejas al lobo queremos más policía en la calle.
Hace unos años, algún iluminao de Podemos afirmó muy ufano que había que bajar la política al bar... y después se hizo una foto el muy capullo. Y así nos va.
Así pues, abogo por la vuelta de Carlos III y el despotismo ilustrado. Todo para el pueblo pero sin el pueblo..., que son una manta de fanáticos que ya van contentos con panem et circenses.
Hala, ya os he tocao las palmas.


