Aston Martin ya tiene respuesta: el increíble causante del abandono de Fernando Alonso en Monza
Tras un concienzudo análisis, el equipo de Lawrence Stroll ha acabado dando con el origen de lo que acabó siendo una rotura del piloto asturiano.
Fernando Alonso fue el único abandono de un Gran Premio de Italia -si consideramos que Hülkenberg no llegó a tomar la salida- que no tuvo grandes incidencias.
Fernando Alonso, único abandono en Monza
Lo que sí tuvo la carrera en Monza fue alguna que otra salida de pista, algo que en la mayoría de circuitos pasa completamente desapercibido, pero no en un circuito que, a reclamo de los más puristas, ha recuperado las trampas de grava que, inevitablemente acaba entrando en el trazado.
En entrenamientos libres llegó incluso a significar una bandera roja para limpiar la pista, algo que se hace entre sesiones, pero que en carrera la situación se tiene que poner muy fea para que se tomen medidas.
Y sin duda, si hay un piloto a la que la grava parece haberle declarado la guerra, es a Fernando Alonso. Tanto por el abandono de Australia, cuando perdió el control tras pasar por una cantidad desproporcionada de piedras que un rival había arrojado a la pista, como por esta carrera de Monza, donde ha sido la grava la culpable de la rotura de la suspensión del Aston Martin.
No porque Fernando Alonso se saliera de pista, sino porque una de estas piedras, que pueden llegar a tener un tamaño considerable, fue catapultada por un rival impactando en el brazo de suspensión del piloto asturiano, con tan mala suerte que en lugar de salir rebotada sin más, acabó provocando un agujero. De hecho, una revisión detallada de la zona delantera del AMR25 también refleja daños en el brazo de suspensión superior izquierdo.
El culpable: la grava
Este daño ocurrió en una parte muy temprana de la carrera, y desafortunadamente tras completar una serie de vueltas, la pieza acabó colapsando, obligando al abandono del piloto cuando se encontraba en zona de puntos.
Aston Martin se mostró muy contrariada y confundida por el abandono, pues aseguraba que nunca había tenido problemas con esos elementos, y que además la pieza en cuestión estaba al comienzo de su vida útil. El equipo respira tranquilo sabiendo ahora que fue un ente externo, en este caso, una piedra, quién provocó los daños, si bien esto no quita el mal sabor de boca por perder la oportunidad de volver a sumar puntos.
