BULTACO PURSANG MK2
Su diseño a cuenta propia de la marca la emancipó de su antecesora con raíces en el Reino Unido
Evolucionada desde 1967 hasta 1981 a través de más de una docena de generaciones, la
Bultaco Pursang es uno de los mayores éxitos en competición de la marca fundada por Xavier Bultó. Además, se fabricó con al menos cuatro cilindradas diferentes, moviéndose en una horquilla marcada entre el octavo de litro y los 400 centímetros cúbicos. Así las cosas, resumir la historia de la Pursang en un escueto artículo resulta algo harto imposible. De esta manera, lo primero que haremos antes de entrar a desentrañar la génesis de esta motocicleta será prometer la próxima aparición de más artículos donde iremos viendo algunas de sus evoluciones más interesantes, así como sus mejores páginas en el mundo de las carreras.
Dicho esto, centraremos este texto en explicar la aparición de la Bultaco Pursang MK2 en 1967. Y sí, sabemos que esto de MK2 seguramente os habrá chirriado. Al fin y al cabo, ¿cómo es posible que el estreno de un modelo vaya marcado con el indicativo de estar ante la segunda generación del mismo? ¿No es acaso esto pretender la cuadratura del círculo? Pues bien, en verdad todo resulta más sencillo de lo que pudiera parecer en un primer momento. Y es que las primeras unidades de la Bultaco Pursang se relacionan bastante a nivel comercial con la Bultaco-Rickman Metisse. Una motocicleta “ mestiza “ que sirvió como prólogo a la “ purasangre “. Pero vayamos poco a poco aclarando la historia desde sus comienzos.
Para ello nos vamos a trasladar hasta 1958. Año en el que Xavier Bultó formaliza su salida de Montesa al no poder gestionar las diferencias de criterio con Permanyer. El sobrio y meticuloso directivo con espíritu de buen contable que no veía con buenos ojos los dispendios realizados en las carreras por el impetuoso y deportivo Bultó. Dos visiones complementarias desde los inicios de la marca allá por mediados de los años cuarenta, aunque realmente difíciles de gestionar de forma conjunta después de 1957. Año en el que aparece el popular SEAT 600, arrinconando a las motocicletas como la opción de movilidad más accesible. Es decir, mientras Permanyer pensaba que era el momento para apretarse el cinturón y dejar las carreras de lado, Bultó creía que lo correcto era enfocarse a la deportividad como el nicho de mercado con más futuro ya que, del día a día, seguramente se iba a encargar SEAT en un plazo muy breve.
Bultaco Pursang MK2, el poder del acero
Con Bultaco ya funcionando por libre, Bultó ve al mercado americano como una enorme oportunidad de expansión. Eso sí, orientándose al creciente mercado de las monturas de campo. De esta manera nacieron en 1960 las Sherpa N y S. Primeras camperas de la marca, aunque al mismo tiempo aptas para manejarse de forma aceptable por el asfalto. De esta manera, poco a poco la marca va entrando en el amplio mercado anglosajón relacionado con la práctica del Cross. Algo que hace de una manera bastante provechosa, siendo usada por una gran cantidad de pilotos.
Así las cosas, nace la idea de crear una motocicleta de Cross pura para el mundo de los piloto-cliente. Sin estar derivada de diseños de asfalto realizados en gran serie. No obstante, existe un serio problema relacionado con el acero. Ya que el que se podía encontrar en España – de aquellas con la autarquía en el pasado, pero todavía sin haber entrado de lleno en los mercados mundiales – no era de la calidad suficiente como para resistir los golpes y embates propios de una disciplina donde se avanza a saltos por el campo como las pulgas en un circo. Eso sí, con bastante más ruido.
Llegados a este punto entró en escena el piloto británico Don Rickman. Fundador junto a su hermano de la marca de motocicletas
Rickman Motorcycles en 1960, éste gozaba no sólo de acceso a un acero de primera sino también con una honda admiración por Bultaco, sintetizada en haber pilotado la Sherpa en diversas carreras de Motocross. Con todo esto, Rickman se encargó del diseño y la fabricación del chasis mientras que Montesa aportaba la mecánica. Había nacido la Bultaco-Rickman Metisse, cuyo montaje se haría tanto en la Península Ibérica como en las Islas Británicas.
Además, durante el mismo 1964 en el que se lanzó al mercado la Metisse aparecía la
Sherpa T desarrollada junto al piloto Sammy Miller quien, por cierto, cuenta hoy en día con un excelente museo donde se pueden ver modelos tan interesantes como la
AJS E90 Porcupine. Con todo ello, era obvio que Xavier Bultó se había lanzado de lleno a la fabricación de motos camperas – tanto Cross como Trial – destinadas a lo más alto de la competición internacional. Por ello, no fue extraño que cuando en 1967 se abrieron las oportunidades en España respecto a conseguir un acero de mejor calidad Montesa se lanzase a fabricar por su cuenta un diseño propio con el cual sustituir la “ joint venture “ encarnada en la Metisse. Así nacía la Bultaco Pursang, con un chasis de cuna simple. Eso sí, por algún tipo de tributo rendido a la conexión con lo que había supuesto la Metisse se la bautizó directamente como Pursang MK2. Un hecho ocurrente, pero también algo lioso a nivel de genealogías del motor. Respecto al motor, esta primera generación montó un monocilíndrico de dos tiempos con 244 centímetros cúbicos para entregar 34 CV a 8.000 vueltas con un cambio de cinco velocidades y unas suspensiones de largo recorrido íntegramente diseñadas desde cero por la marca. Además, de cara a mejorar a la Bultaco Pursang, cada pocos meses el equipo oficial de la marca no dejaba de ensayar con nuevas soluciones a todo tipo de cuestiones. Con todo ello, no hay duda del deseo de Bultaco por llegar a lo más alto del Cross, asentándose con fuerza gracias a esta motocicleta de nuevo cuño a la cual dedicaremos más artículos.