Daniele Angrisani
@putino
El conflicto en Ucrania está entrando cada vez más en un punto muerto. Mientras nuestros comentaristas de televisión mienten descaradamente diciendo que Moscú ya ha ganado, en el campo de batalla el ejército ruso en realidad no ha avanzado durante más de un mes.
El ejército ruso, que durante gran parte de 2024 ha estado realizando su avance más significativo desde la invasión inicial, aunque a un ritmo extremadamente lento, ha llegado a un punto muerto.
Las fuerzas de Moscú no han podido conquistar nuevo territorio en Ucrania durante más de un mes, según soldados y comandantes ucranianos en el frente entrevistados por The New York Times.
La estabilización de la línea del frente llega en un momento crucial, mientras los negociadores estadounidenses intentan persuadir a Rusia para que encuentre una vía hacia un alto el fuego.
Sin embargo, Vladimir Putin sigue fijando como condición esencial la ocupación completa de las cuatro regiones actualmente parcialmente controladas por las fuerzas rusas: Donetsk, Luhansk, Zaporiyia y Kherson. Esta es una condición inaceptable para Kyiv.
Varios elementos contribuyeron a detener el avance ruso, según testimonios recogidos sobre el terreno.
El coronel Dmytro Palytsia, comandante de la 33ª Brigada Mecanizada que defiende la ciudad de Pokrovsk, en la región de Donetsk, declaró: «En las últimas tres o cuatro semanas, el enemigo no ha avanzado ni un metro».
Una declaración significativa teniendo en cuenta que las fuerzas rusas habían logrado acercarse a 8-10 kilómetros de este importante centro logístico entre finales del verano y principios del otoño de 2024.
Entre los factores que determinan este cambio de escenario, los militares ucranianos citan:
1. La introducción de nuevas estrategias defensivas con una mejor integración de las unidades de drones
2. Una rápida capacidad de adaptación a las amenazas.
3. La creciente fatiga del ejército ruso
4. Mejora la moral entre las tropas ucranianas tras el nombramiento del nuevo comandante de las fuerzas terrestres, el general Mykhaylo Drapatyi, en enero.
Un impacto decisivo lo tuvo la operación ucraniana en la región rusa de Kursk, que obligó a Moscú a desviar importantes recursos de otros sectores del frente.
“La operación distrajo eficazmente a una parte considerable de las fuerzas enemigas”, explicó el coronel Oleh Hrudzevych, comandante adjunto de la 43ª Brigada Mecanizada.
Esta ofensiva también tuvo repercusiones concretas en el uso de bombas planeadoras, que en los últimos meses se han convertido en una de las armas más eficaces del arsenal ruso.
Según Hrudzevych, en la zona de Kupyansk, en el noreste de Ucrania, los bombardeos con estas municiones se han reducido a la mitad, ya que los bombarderos rusos han sido redirigidos a centros de población ocupados por las fuerzas ucranianas en la región de Kursk.
El sargento mayor Andriy Klymenko, que lleva muchos meses combatiendo en el sector sur, dijo que los intentos serios de Rusia de avanzar hacia la ciudad de Zaporizhia se detuvieron precisamente por la necesidad de mover tropas hacia la región de Kursk.
La compleja situación en el campo de batalla también la reconocen las autoridades rusas.
Fuentes del Moscow Times revelaron que durante las recientes conversaciones con la delegación estadounidense en Arabia Saudita, Moscú insistió en el control total de las cuatro regiones parcialmente ocupadas, porque lograr este resultado únicamente por medios militares es cada vez más improbable.
Un funcionario ruso describió la situación actual con estas palabras: «Esperamos encontrar una solución que no nos obligue a cruzar el Dniéper y asaltar Jersón. Espero mucho que no lleguemos a eso. Nos supondría miles de pérdidas».
El funcionario agregó que mantener largas negociaciones mientras se utiliza la fuerza militar para establecer el control sobre territorios es "la peor opción posible, porque cruzar ríos es siempre una operación dolorosa".
Según David Sharp, experto militar israelí, el ejército ruso no es capaz de ocupar rápidamente estos territorios por medios militares.
Para cruzar el Dniéper y tomar Jersón, o incluso simplemente ocupar la ciudad de Zaporiyia, situada a ambas orillas, tendría que ocurrir algo extraordinario. Es una tarea extremadamente difícil.
"O bien hay que fortalecer radicalmente el ejército ruso, lo que no ocurrirá de repente ni de la nada, o bien la defensa ucraniana debería colapsar por completo", afirmó Sharp.
Mientras el frente principal se estabiliza, las fuerzas ucranianas conservan parte de la iniciativa también en territorio ruso. Además de la operación de Kursk, las fuerzas de Kyiv atacaron la región de Belgorod la semana pasada.
A pesar de las garantías del Kremlin de que la ofensiva ha sido repelida, un grupo relativamente pequeño de soldados ucranianos está avanzando y capturando posiciones en suelo ruso, informa el Telegraph.
Esta operación es significativamente más limitada en escala y alcance que Kursk, con una fuerza probablemente no mayor a 500 soldados, según John Hardy, subdirector del programa de Rusia en la Fundación para la Defensa de las Democracias.
Sin embargo, al romper las fortificaciones en la frontera de la región de Belgorod, las tropas ucranianas mejoraron sus posiciones tácticas y recuperaron parte de la iniciativa, "obligando a Rusia a reaccionar a los planes del mando ucraniano, en lugar de imponer los suyos propios".
Actualmente, el coronel Hrudzevych describe las actividades del ejército ruso como "picaduras de mosquito": pequeños ataques que normalmente terminan en fracaso.
Sin embargo, espera que las unidades rusas regresen pronto a otras partes del frente separándose del Frente Kursk, como podrían hacerlo las unidades ucranianas que todavía están comprometidas en esa zona.
El conflicto en Ucrania parece, ¿bueno? entró en una nueva fase, caracterizada por una estabilización de la línea del frente principal y por iniciativas ucranianas al otro lado de la frontera que parecen haber cambiado, al menos temporalmente, la dinámica de la guerra.
Mientras continúa la búsqueda de soluciones negociadas, los soldados en el frente, como resumió un comandante de brigada ucraniano, siguen "disparando hasta que llega la orden de parar".