Ucrania encuentra el punto flaco de Rusia
Kyiv logra que el ciudadano ruso sienta las consecuencias de la guerra por la escasez de gasolina tras sus ataques a las refinerías
Una brigada de bomberos tratando de apagar un incendio en el centro comercial Sigma, en Donetsk, tras un ataque ucraniano del 11 de octubre
Alexánder Ermochenko / Reuters
Gonzalo Aragonés
Moscú. Corresponsal
La guerra entre Rusia y Ucrania también es una carrera por destruir las infraestructuras del enemigo, especialmente las energéticas. Rusia siempre lleva la delantera, atacando las redes de electricidad, con lo que ha interrumpido los suministros de luz y calefacción de multitud de hogares ucranianos durante los pasados inviernos. Sin embargo, en los últimos meses Ucrania se está apuntando un tanto. Tras los ataques de sus drones contra las refinerías rusas, varias regiones rusas han sufrido una crisis de gasolina que en Moscú atribuyen más a los problemas estructurales del sector. En todo caso, la escasez de combustible y el aumento de los precios han vuelto a recordar a los ciudadanos rusos que los combates también afectan a su vida cotidiana.
Kyiv necesita mantener la esperanza de que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, no dejará de ayudar a Ucrania. Pera ello tiene que demostrar a la Casa Blanca que es capaz de infligir un daño real a la economía rusa. El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, ha asegurado que los ataques de sus drones podrían haber reducido el suministro de combustible a las gasolineras rusas en una quinta parte.
“Esto se tiene que verificar todavía, pero creemos que han perdido hasta un 20% de sus suministros de gasolina como resultado directo de nuestros ataques”, dijo Zelenski a la prensa el jueves. Luego precisó que las estimaciones sobre el impacto van del 13% al 20%.
Los primeros signos de la crisis aparecieron en verano, cuando Ucrania comenzó a lanzar aviones no tripulados contra las refinerías rusas con más intensidad que antes. La pasada semana se registró un ataque contra la refinería de Antípino, en la región siberiana de Tiumén, 2.000 kilómetros al este de la frontera ucraniana. Varios vídeos publicados en redes sociales mostraban camiones ardiendo, pero las autoridades regionales rusas aseguraron que destruyeron tres drones ucranianos antes de que lograran alcanzar su objetivo.
El sábado el Servicio de Seguridad Ucraniano (SBU) dijo a Reuters que había atacado con éxito una refinería en Ufá (a 1.400 kilómetros de la frontera) perteneciente a la petrolera rusa Bashneft y que era el tercer golpe contra el mismo objetivo en un mes. “Estos ataques demuestran que no hay zonas seguras en la retaguardia de Rusia”, afirmó el SBU.
Los medios y los expertos rusos admiten que la producción sí ha sufrido, pero no de forma tan seria como lo presentan Zelenski y los medios occidentales. “Casi nunca se usa toda la capacidad de producción. Como consecuencia, si partimos de las estadísticas sobre el volumen de procesamiento de derivados del petróleo, en agosto [la reducción] ni siquiera fue de un 10%”, decía en el medio Business FM el jefe de análisis de AVI Capital, Dimitri Alexándrov.
La escasez de gasolina en varias regiones rusas ha obligado a implantar restricciones. En Tiumén dos operadoras locales (N-1 y TPK) racionaron la venta en sus estaciones hace una semana, según informó la agencia RBK. “No hay problemas con el suministro, pero queremos parar a los que vienen con bidones y compran gasolina para acapararla”, aseguró al medio
Ura.ru la compañía N-1, que impuso un límite de 30 litros de gasolina de 92 y 95 octanos por conductor. En algunas zonas de la península de Crimea, anexionada por Rusia en el 2014, se han impuesto limitaciones similares.
A pesar de las preocupantes noticias de los últimos meses procedentes de distintas regiones, el Kremlin asegura que el mercado nacional de combustibles está suficientemente abastecido. La situación está “bajo control”, aseveró la última semana el portavoz, Dimitri Peskov.
Zelenski cree que dañar la industria petrolera rusa es clave para obligar a Moscú a negociar
Según la británica BBC, desde enero los drones ucranianos han atacado 21 de las 38 grandes refinerías de Rusia. Eso afectó hasta el 28 de septiembre al 38% de la capacidad de refinado del país, según la empresa de análisis Ciala.
El economista ruso Vladislav Inozémtsev, declarado por Moscú “agente extranjero” y hoy autoexiliado, sostiene que Ucrania “ha dado en el clavo” al poner en su objetivo las refinerías rusas. En un artículo publicado en el medio
Platform RAAM , dice que se ha creado la crisis de combustible más compleja a la que Rusia se enfrenta en años. Según su estimación, más de 300 distribuidoras de gasolina minoristas han tenido que cerrar desde mayo.
Como consecuencia, desde el inicio del 2025 los precios de los combustibles han aumentado en Rusia entre un 40 y un 50%, asegura el servicio Fuelprices. La crisis de la gasolina afecta especialmente a regiones de la periferia, lejos de Moscú. Oficialmente, los datos estadísticos no son tan abultados, pero no dejan de ser preocupantes. La agencia de estadística rusa, Rosstat, dice que la gasolina de venta al público aumentó de enero a septiembre un 6,7%, que es más de un tercio de la inflación del mismo periodo (4,1%).
Moskovski Komsomólets describió el 1 de octubre las largas filas de vehículos ante las gasolineras en el krai de Jabárovsk, que hace frontera con China. Los conductores pasaban noches enteras para llenar el depósito de sus coches. El popular periódico alertaba de que la crisis estaba alterando gravemente la infraestructura del transporte y la vida diaria en el Lejano Oriente ruso. El gobernador regional, Dimitri Demeshin, asegura que ahora las estaciones ya tienen combustible y no hay colas.
La industria rusa explica el déficit por el aumento de los precios en la bolsa de San Petersburgo, donde se negocia con petróleo y sus derivados; por la disminución de la capacidad de producción (a la que sin duda contribuyen los ataques ucranianos) y a las dificultades logísticas.
El combustible lo pone en venta en primer lugar el mercado mayorista y luego llega al minorista, señala en
Lenta.ru el experto en combustibles Dimitri Gúsev. “Si los mayoristas no tienen gasolina, comenzarán a comprarla en la bolsa, pero, si el mercado teme que el suministro se retrase o que no haya suficiente, empiezan a comprar más para no quedarse sin ella. Eso crea una mayor demanda y, por tanto, un aumento de los precios”, explica. Según el diario
Kommersant , los ataques ucranianos del 2 de agosto dañaron seriamente los equipos de las grandes refinerías y redujeron la producción en unas 40.000 toneladas por día. Eso provocó el mecanismo que explica el experto.
Alexánder Nóvak, el vice primer ministro ruso que supervisa los asuntos sobre Energía, asegura que la situación del combustible en Rusia es “en general estable”, pero que aun así el Gobierno ha preparado medidas para mejorar el mercado, como aumentar las importaciones procedentes de Bielorrusia, que este año ya han subido un 36%, o facilitar las de China, Corea del Sur o Singapur para las regiones orientales.
El ministro de Industria, Serguéi Tsiviliov, anunció a principios de septiembre un acuerdo con las petroleras para que pongan a la venta sus reservas. El Gobierno también ha extendido la prohibición de exportar gasolina hasta fin de año y ha impuesto una prohibición de exportar diésel a los no productores.
Aunque en varias regiones el combustible falte y esté más caro, el Kremlin dice tener la situación “bajo control”
En Ucrania Zelenski ha dicho que dañar la industria petrolera de Rusia es un medio clave para obligar al Kremlin a sentarse a negociar después de que la mediación de Donald Trump se haya estancado. “Las sanciones más eficaces, las que funcionan más rápido, son los incendios en las refinerías de petróleo, las terminales y los depósitos de petróleo de Rusia”, sostuvo el presidente ucraniano en septiembre. Según dijo, los drones ucranianos habían alcanzado en agosto 14 refinerías, y en septiembre, 8.
La guerra entre Rusia y Ucrania también es una carrera por destruir las infraestructuras del enemigo, especialmente las energéticas. Rusia siempre lleva la delantera,
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