Hoy, toca hablar de fútbol. Y hablar de eso en España es hablar de Equipo A y del Equipo B. Pues hablemos. Única premisa. No voy a hablar nada de los árbitros. No utilizaré ninguna cortina de humo.
Pues ala. Yo no me creo a ese equipo. Y no lo intentéis que no lo vais a lograr. Hay algo que me hace sospechar. Todo arranca la temporada de tantos títulos. La primera con el emigrante ... Con el bebedor por ahí en medio. Juego de toque. El primer error, pensar que jugando así no se corre. Narices de Cyrano. Si tu juegas al fútbol limitandote a mantener la posición, todo lo más basculando por el campo, ahí puedes estar perfectamente durante hora y media y dos horas si eres un deportista profesional. Pero si intentas jugar un rondo durante quince minutos, en el dieciseis acuden con la botella de oxígeno. El juego de toque exige desmarques explosivos permanentes. Pequeños pero constantes esprines. Sin parar. Muy intenso. Pues estos señorres se liaron a ganar de esa forma de final de verano a comienzos del siguiente. Que sí, que sí, que fue por la motivación. Motivación, frases célebres, vídeos de producciones americanas con buenas bandas sonoras..... Pum, pum, pum.... Fale tito.
Luego a mezclar churras con merinas. Equipo de fútbol. Equipo de baloncesto. Equipo de balonmano. Equipo de fútbol sala. Toíto, toíto... la cantera. ¡Míticos son los ala-pivots americanos de El Caserío!
Despliegue físico monumental. Despliegue físico monumental. Despliegue físico monumental. Ora haciendo una pared, ora cogiendo un rebote, ora no se cualo en Ciudad Real, ora con el baloncito pequeño. Siempre, siempre. Despliegue físico monumental. De agosto a junio. No hay límite.
Y ves cosas como un portento veinteañero repeinado no es capaz de irse en velocidad ni una sola vez en tres partidos de un treintañero despeinado.
Flipante. Y Gladiator sonando de fondo.