Existía una gran incertidumbre sobre la posición de Estados Unidos en este escenario. El vicepresidente J.D. Vance había dicho: “Esto es un ataque quirúrgico para destruir la capacidad de Irán para armar una bomba atómica”. Un artículo del historiador Naill Ferguson realiza un exhaustivo análisis de la cantidad de veces que el gobierno estadounidense habló de un ataque en el mismo estilo y las guerras duraron mucho más de lo que se pensaba.
Donald Trump había hecho otra afirmación, que salió ayer en la tapa de los diarios: “Esta guerra persigue como propósito un cambio de régimen”. Es otro concepto. Si pensáramos que el conflicto estaba destinado a que cayera la teocracia iraní, tendríamos que imaginar una guerra de mayor duración, sumado a otros interrogantes planteados por The Economist como, por ejemplo, cómo hubiera terminado.
El mercado, sin embargo, confiaba más en Vance que en Trump.
Empezaba una discusión en el Congreso de Estados Unidos respecto de si la administración Trump tenía autorización o no para el ataque que produjo sobre las bases nucleares de Irán. Y por la tarde, el jefe de Estado norteamericano hizo un posteo en Truth Social alentador, optimista y un poco insólito -como es él-: “Felicitaciones a todos. Israel e Irán han acordado plenamente que habrá un alto al fuego total (en aproximadamente seis horas cuando ambos países hayan completado sus misiones finales) durante 12 horas, momento en el cual se considerará que la guerra ha terminado. Oficialmente Irán iniciará el alto al fuego, luego Israel. En 24 horas el mundo anunciará finalmente la guerra de los 12 días. Durante cada alto al fuego, la otra parte se mantendrá pacífica y respetuosa, suponiendo que todo funcione como debería, que así será. Felicitó a ambos países por su resistencia, coraje e inteligencia. Esta es una guerra que podría haber durado años y destruido todo Oriente Medio, pero no lo hizo y nunca lo hará. ¡Qué Dios bendiga a Israel, que Dios bendiga a Irán, que Dios bendiga a Oriente Medio, que Dios bendiga a los Estados Unidos de América y que Dios bendiga al mundo!”.
Donald Trump anunció un alto el fuego entre Israel e Irán: “La guerra se considerará terminada”
Este mensaje permitiría pensar que el conflicto terminó. Pretende además mostrar que su liderazgo está dotado de una certidumbre sobre la cual hubo muchas dudas, empezando por los problemas comerciales y luego sobre el fin de la guerra entre Rusia y Ucrania. Daba la sensación que el mundo no respondía a sus pronósticos. Acá dice: “Esto lo manejamos nosotros”.
Es una guerra extraordinariamente tecnológica. Israel gastó en estos 12 días US$12.000 millones. Hizo también un despliegue llamativo en el campo de la inteligencia. Hay que recordar que esto se inauguró con la eliminación de 13 altos mandos de las Fuerzas Armadas, Servicio de Inteligencia y el sistema nuclear iraní, que fueron liquidados en una noche en sus casas.
Este conflicto gira en torno al derecho a Israel a existir, que está cuestionado desde su creación. Es un país democrático que no es reconocido por sus vecinos. Israel había empezado un acercamiento con países importantes del mundo árabe como Arabia Saudita, que dentro del Islam profesa la variante sunita, contradictoria con la chiita, del régimen persa, iraní. Aquella aproximación encendió alarmas importantes en Irán y puede haber estado detrás del horroroso ataque terrorista del 7 de octubre de 2023 de Hamas sobre Israel. Allí se desencadenó una secuencia que terminó con el ataque de Israel primero y Estados Unidos después sobre las bases nucleares de Irán.
Israel usó como casus belli -acto o acontecimiento que justifica la declaración de guerra- un informe del organismo de control de la energía nuclear en el mundo, en cuyo frente está el argentino Rafael Grossi. Es por ello que el régimen iraní acaba de amenazarlo al decir: “Cuando termine la guerra, ya nos ocuparemos de él”. Estados Unidos atacó las reservas nucleares de Irán, que no fueron totalmente destruidas pero sí dañadas, e Irán produjo un ataque sobre una base militar de EE.UU. en Qatar, donde tienen más de 10000 soldados desplegados.
¿En qué consistió esta última ofensiva? Hay un detalle: Trump dijo ayer que los iraníes le habían avisado. ¿Fue un ataque pactado? ¿Es algo parecido a lo que pasó después de que el propio Trump en enero de 2020 mandara a liquidar a un gran jerarca de la Guardia Revolucionaria Iraní, Qasem Solemaini, que estaba en el aeropuerto de Bagdad? Al poco tiempo Irán reaccionó también atacando una base militar de los Estados Unidos en Irak. Las informaciones dijeron que fue algo tolerado para que pudiera el gobierno iraní controlar su frente interno ante un ataque muy agresivo de Estados Unidos. ¿Pasó lo mismo? No sabemos. Daría la impresión, si uno sigue los dichos de Trump, de que sí.
Había un gran signo de pregunta, si uno mira a los expertos en la materia, respecto de que la reacción de Irán frente a estos ataques fuera a cerrar el Estrecho de Ormuz, donde pasa el 20% de los hidrocarburos que se consumen en el mundo. Cuando uno pone la lupa sobre esa posibilidad, se da cuenta de que no era tan fácil conseguirlo. El Estrecho de Ormuz no es controlado solamente por Irán sino también por Omán. Hubiera entrado en conflicto porque son aguas compartidas. Pero había sin embargo una razón más determinante: 47% del petróleo que importa China, aliado de Irán, pasa por este estrecho.
Esta es una guerra que, de manera más o menos directa, interpela a la Argentina y no sólo porque produce petróleo y gas. Primero, impacta por la existencia de un diplomático argentino, Grossi, en el corazón del problema. Pero también porque hay además un problema ya crónico con Irán, vinculado al ataque a la AMIA el 18 de julio de 1994, que está próximo a cumplir su aniversario número 31. Según la Justicia, estuvo involucrado Hezbollah, que es una organización terrorista con respaldo por parte del régimen iraní. Y, como si fuera poco, hay hoy una política exterior argentina extremadamente ligada a las posiciones de Israel y Trump en esta materia, a tal punto que este lunes, celebrando el ataque con una cárcel iraní, el canciller israelí terminó su comunicado con un “¡Viva la libertad, carajo!”. Esto nos acercó a un más al drama de Israel por su supervivencia, la única democracia en Medio Oriente que hizo que un intelectual como el expresidente de Uruguay, Julio María Sanguineti, titulara su libro de ensayos sobre Israel “Israel, la frontera de Occidente”.
Este es el paisaje que presenta el mundo. Este es el drama internacional. En las próximas horas, sabremos si queda cancelado o no, según anunció Donald Trump.