En Europa no sólo hacemos tapones unidos a las botellas de plástico. Sacan leyes absurdas cómo la que analiza uno de los final bosses de Apple.
Greg Joswiak, vicepresidente de Apple: "La UE está creando la mayor amenaza para la privacidad que jamás ha impuesto un gobierno"
El ejecutivo ha hablado con EL FACUNDO sobre los retos que la Ley de Mercados Digitales está creando con las nuevas directrices de interoperabilidad anunciadas a principios de año.
Greg Joswiak, vicepresidente de Apple
Actualizado Lunes, 23 junio 2025 - 22:51
El pasado mes de abril, la Unión Europea impuso a Apple una
multa de 500 millones de euros por la forma en la que ha aplicado en su tienda de aplicaciones las directrices de la conocida como
Ley de Mercados Digitales (DMA por sus siglas en inglés), creada para forzar a los gigantes tecnológicos a abrir el mercado a la competencia.
Apple está negociando
in extremis para tratar de frenarla, pero no es el único frente que tiene abierto con Bruselas. El pasado mes de marzo, la Comisión, apoyándose en la misma ley, exigió también a Apple la apertura de varias funciones dentro de su plataforma, como la transferencia inalámbrica de archivos AirDrop o el envío de notificaciones a accesorios de teléfono, como relojes inteligentes.
El objetivo que persigue la Unión es que unos auriculares o un reloj de otra marca puedan ofrecer las mismas funcionalidades que los que fabrica la propia Apple.
Los nuevos requisitos, sin embargo, parecen estar acabando con la paciencia de la empresa. Aseguran sentirse "
frustrados" por un proceso que en el mejor de los días consideran extremadamente
caprichoso y burocrático pero que en ocasiones genera directrices que son "directamente imposibles de aplicar en los tiempos exigidos".
"Apple es literalmente la única empresa a la que se le aplican estas decisiones"
EL FACUNDO ha podido hablar en exclusiva con
Greg Joswiak, vicepresidente mundial de marketing de Apple, que considera las nuevas normas europeas no son solo un obstáculo regulatorio, sino una
amenaza directa a la privacidad, la seguridad y la experiencia de usuario que ha definido a Apple durante décadas. "El impacto de estas decisiones es simplemente asombroso, y creemos que suponen una amenaza terrible", resume al empezar la conversación.
UN MODELO BAJO ASEDIO
En concreto, la normativa exige que cualquier funcionalidad de iOS o iPadOS que tenga implicaciones de interoperabilidad funcione "igual de bien en los productos de la competencia desde el primer día", según explicó Joswiak.
Apple defiende que esa exigencia
contradice su filosofía de producto integrada. "Nosotros fabricamos todo. Creamos productos que funcionan perfectamente entre sí", enfatizó. "Este modelo de negocio está siendo atacado por la UE".
Asegura que se trata de una
imposición política más que de una demanda real de los consumidores. "Los usuarios europeos no han pedido estos cambios. De hecho, muchos han escrito a la Comisión Europea expresando su preocupación por el impacto de la DMA", aseguró Joswiak.
Joswiak defiende que Apple ya trabaja en interoperaibilidad. "Somos los primeros interesados en que nuestros productos sean interoperables, pero ya existe un proceso que funciona bien para garantizarlo. Gastamos un montón de tiempo y recursos en ingeniería para asegurarnos que funcionan bien con dispositivos de terceros y somos miembros de más de 100 organizaciones de estándares que están en el negocio de impulsar la interoperabilidad y compatibilidad", asegura.
La DMA, sin embargo, establece nuevas barreras con obstáculos difíciles de sortear. "No conocemos los tecnicismos de los productos de nuestros competidores con el mismo detalle los nuestros y hay muchos competidores en este espacio. Eso significa que a partir de ahora nos veremos obligados a crear una solución más genérica y limitada", añade.
SOLO A APPLE
Joswiak apunta concretamente a la
arbitrariedad de la ley. "Apple es literalmente la única empresa a la que se le aplican estas decisiones. En Europa, ni siquiera somos la marca líder y Android tiene una cuota de mercado mucho mayor que iOS", explica.
A pesar de ello, continúa, Apple se ve obligada a
"entregar nuestra propiedad intelectual a nuestros competidores". Como ejemplo, Joswiak cita los AirPods y su sistema de emparejamiento instantáneo, una experiencia que Apple pudo diseñar al controlar todas las partes del proceso. "Con esta ley, en la UE no hubiéramos podido lanzar los AirPods en el mismo plazo de tiempo", afirmó.
La incertidumbre está creando ya una
Apple de dos velocidades. Algunas de las herramientas y funciones que tienen las últimas versiones de sus sistemas operativos están retrasándose en Europa a la espera de una mayor claridad sobre la aplicación de esta ley. En algunos casos, podrían llevar a Apple a eliminar funciones completas de los dispositivos.
PRIVACIDAD
Cumplir con la ley ha supuesto una reestructuración interna significativa. "Ha sido un esfuerzo enorme dentro de la empresa", asegura Joswiak a EL FACUNDO. "Miles de ingenieros han dedicado incontables horas a adaptar nuestros productos a los requisitos de la DMA. Y eso es tiempo que no están invirtiendo en innovaciones o nuevos productos".
La
falta de flexibilidad se percibe internamente como uno de los mayores problemas. Muchas de las peticiones, aseguran desde Apple, son interpretaciones textuales de la ley sin tener en cuenta el espíritu de la misma o la realidad de los tiempos de desarrollo.
Los plazos no son realistas para el esfuerzo que requiere implementar una solución abierta.
Pero más allá de las dificultades técnicas, Joswiak apunta a los
problemas de privacidad que generan estas exigencias.
"Algunos de nuestros competidores están pidiéndonos ya que proporcionemos a sus dispositivos el historial completo de redes Wi-Fi a las que se ha conectado un usuario de iPhone en Europa, todo el contenido de sus notificaciones, incluidos mensajes, correos y eventos del calendario", denunció Joswiak. "Ni siquiera Apple tiene acceso a esa información hoy en día".
La compañía ha recibido ya
más de 150 peticiones de interoperabilidad, muchas provenientes de rivales, como Meta, que también están considerados como guardianes digitales en la DMA. "Algunas solicitudes nos piden que incluso habilitemos herramientas que decidimos no poner en nuestros propios productos porque determinamos que no eran lo mejor para el usuario".
La situación, explica, resulta especialmente irónica en una región que siempre ha presumido de liderar la defensa de la privacidad. "
Está creando la mayor amenaza para la privacidad que jamás haya impuesto un gobierno. Hemos propuesto varias alternativas de protección de la privacidad que creemos que lograrían sus objetivos, pero hasta ahora, la Unión Europea las ha rechazado todas".