La surrealista retirada de Checo Pérez en Yas Marina
El mexicano se encontraba en posición de podio, pero el equipo no quiso correr ningún riesgo.
Red Bull se tomó muy en serio no dejar ninguna variable al azar en la definición de la última carrera de la temporada de Fórmula 1, la celebrada en Yas Marina. Con potenciales resultados que le hubieran dado a Red Bull el campeonato de constructores, el equipo de la bebida energético prescindió de esta hipotética posibilidad única y exclusivamente para maximizar las posibilidades de
Max Verstappen en su lucha por el título de pilotos.
Última vuelta y en podio
¿El motivo? Los técnicos de Honda estaban advirtiendo a los estrategas del equipo que la unidad de potencia podía decir basta en cualquier momento. No solo se trataba de un motor castigado al final de su vida útil, sino que Pérez, previa petición del equipo, había abusado de los modos más agresivos del propulsor en las vueltas en las que estuvo
evitando ser adelantado por Lewis Hamilton.
El motor se puede romper o no. Con solo dos o tres vueltas por delante, y con un potencial podio entre manos, lo normal sería probar fortuna. Pero solo la posibilidad de que esto pudiera ocurrir y que como consecuencia se alargase el periodo de coche de seguridad del que dependía el triunfo de Max Verstappen, causó escalofríos en Red Bull.
En ese momento, la decisión fue fácil.
Checo, ven a boxes, vamos a retirar el vehículo, lo cual fue contestado con incredulidad por parte del piloto que más tarde lo aceptaría de buen agrado. El domingo no era la carrera de Checo, era la carrera de Verstappen, y había contribuido de forma notoria, por lo que la satisfacción de realizar un buen trabajo estaba hecha por mucho que por el camino se perdiera el título de constructores.
Cero riesgos
Jamás se sabrá si el motor de Sergio Pérez hubiera aguantado esos dos giros extra, pero esta situación si nos deja una clara señal de hasta que punto se miden los riesgos y beneficios en la Fórmula 1, especialmente cuando te estás jugando mucho.