No puedo comentar mucho mas..que no se haya dicho. Tampooc he probado el 192cv. EN cuanto a lo que "gasta" menos aceite, en ese coche, yo no lo veo nada positivo. Es lo que garantiza su buen funcionamiento a la larga. Cuanto mas engrase mejor...y es lo que ha hecho Mazda, que en cada actualizacion ha ido sumando inyectores de aceite. El 231 lleva 2 por rotor. El 192 creo que 1. Y el R3 (Rx8 que no se ha llegado a vender en Europa), ya lleva 3 inyectores de aceite.
EL 192 tiene ademas solo 5vel, y 6 el de 230...eso si me parece importante, ya que las relaciones mas cerradas del 230 estan mas acorde con la forma de funcionar de ese motor.
En cuanto a lo que tiran...tira lo que tiran 230cv. Ni mas ni menos. Es una cifra buena para disfrutar, pero tampoco es para echar cohetes a dia de hoy.
EN cuanto a las sensaciones...puede que esto te srva
http://www.km77.com/00/mazda/rx-8/t03.asp
Me he leído ese artículo millones de veces

y mis dudas precisamente son por lo que dicen del 192, hay muy poca informacion de ese modelo, cito un resumen del 192:
Hemos encontrado alguna diferencia en la suspensión de las dos versiones. La de la versión de 231 CV tiene algunos de los inconvenientes de las que son duras y otros de las que son blandas. Por un lado, resulta muy seca; los movimientos verticales rápidos de la rueda provocan sacudidas en la carrocería casi de igual magnitud, que en ocasiones limitan el contacto de la rueda con el suelo. Por otro lado, tiene dos reacciones que son características de coches blandos: una, que a veces tarda en estar completamente apoyado en las ruedas exteriores al entrar en una curva; otra, que la carrocería se mueve mucho en ondulaciones largas de la carretera (mucho con relación a lo normal en un cupé deportivo).
En cambio, la de la versión de 192 CV es algo menos seca que la hace más recomendable en toda circunstancia porque hace del RX-8 un coche más confortable
el de 231 CV tiene el encanto (para quien lo aprecie) de que alcanza 9.500 rpm. Esto también sucede, en menor medida, en el de 192 CV.
El empuje en ambos es muy uniforme, aunque con una pequeña mejora a partir de unas 5.000 rpm. El margen úti del de 231 CV (que corta a 9.500 rpm frente a 7.500 rpm del de 192 CV) es grande en términos relativos (con relación al régimen máximo).
El desarrollo que tiene la versión de 231 CV es corto en términos absolutos (en sexta, 32,2 km/h cada 1.000 rpm), pero no con relación al tipo de motor y las posibilidades del coche. En sexta no puede llegar al régimen de potencia máxima (salvo en una cuesta abajo larga o con viento a favor), se queda a 7.300 rpm.

Ahora bien, los desarrollos no son tan largos para impedir sacar partido del motor en una carretera lenta. En segunda velocidad llega a hasta 100 km/h (115 si se apura el motor hasta 9.500 rpm); al cambiar a tercera a 100 km/h, el motor queda por encima de 6.000 rpm.
La versión de 192 CV tiene una caja de cinco velocidades cuya quinta es más larga que la sexta de la otra versión (
ficha comparativa). Esto se debe a que el régimen de potencia máxima es menor en la versión menos potente, pero el criterio es el mismo en los dos casos: ninguno de los dos llega al régimen de potencia máxima en la marcha más larga.
Aunque los desarrollos tendrán algo que ver en el RX-8, parece que el consumo sigue siendo un problema sin resolver del motor rotativo. En este recorrido pudimos mantener la sexta siempre, salvo en unos 500 m; la velocidad fue casi constante y el motor giraba a unas 4.700 rpm. Es esas condiciones, el consumo real de la versión de 231 CV fue 14,0 l/100 km, que es mucho. Con el de 192 CV, en un recorrido de características más o menos similares, el consumo fue de 12,5 l/100 km, un valor también elevado.
En estas mismas circunstancias, un BMW Z4 Coupé 3.0si (265 CV) o un Audi TT 2.0 TFSI (200 CV) gastan menos de 10 l/100 km.
En un recorrido a velocidad constante los desarrollos tienen una influencia muy grande. Pero en otro tipo de recorridos donde los desarrollos no lo son tanto, el RX-8 también gasta mucho. En recorridos por carreteras de distintos tipos, a ritmo ligero, el consumo del RX-8 231 CV ha estado entre 14 y 16 l/100 km. El del RX-8 de 192 Cv es algo menor, entre 12 y 14 l/100 km. El consumo máximo que hemos obtenido (versión de 231 CV) fue al medir las prestaciones y recorrer unos 50 km de carretera lenta: 26,0 l/100 km. Al menos, ninguno de los dos necesita gasolina de octano 98, basta con la de 95.
Hay dos configuraciones de este motor, que se distinguen principalmente por el sistema de admisión y por lo que equivaldría a la distribución en un motor de pistones y ciclo de cuatro tiempos.

Uno de esos motores (que Mazda llama «Standard») está hecho para girar a un regimen relativamente más lento y con mejor respuesta a medio régimen. El otro (que Mazda llama «High power» está hecho para alcanzar un régimen más rápido y tener mejor funcionamiento a ese régimen.
En la configiración para Europa, el motor «Standard» da 192 CV a 7.000 rpm y 220 Nm a 5.000 rpm. El «High power» da 231 CV a 8.200 rpm y 211 Nm a 5.500 rpm. La relación de compresión es 10 a 1 en los dos casos, por lo que la disminución de par que tiene el motor más potente debe ser causa de una diferente programación para el encendido. En cualquier caso es poco par máximo comparado con motores de la misma potencia, pero mucho si tenemos en cuenta la cilindrada.
Hay tres formas de conseguir una determinada potencia máxima: con la cilindrada, con el régimen o con sobrealimentación. Los motores atmosféricos de baja cilindrada y giro rápido no tienen mucho par en términos absolutos, pero sí con relación a su cilindrada; por ejemplo, el del Honda S2000 da 241 CV y 208 Nm.