Off Topic Hilo del seguimiento del conflicto entre Ucrania y Rusia. Año 3 Y 4

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Voluntarios-ucranianos-construyen-un-obus-falso-que-sera-utilizado-como-senuelo.-Fuente-@Militarylandnet.jpg

Guerra de Ucrania – Día 744
Mar 8, 2024

Durante las últimas horas, desde Ucrania han vuelto a solicitar el uso de fondos rusos congelados en el extranjero para financiar el apoyo bélico a este país, en la convicción de que la «ayuda con cuentagotas» ya no funciona. Una posibilidad que abre a su vez a Rusia la de la retorsión, mientras desde Polonia aprecian las palabras de Macron referentes al envío de tropas OTAN al país en guerra y se publican nuevas noticias que permiten situar en un contexto más exacto las propuestas del presidente galo. Todo ello mientras Zelenski ha visitado Estambul, bautizando una de las futuras corbetas de la marina de guerra Ucraniana y mientras desde Turquía vuelven a ofrecerse para albergar una cumbre de paz Ucrania-Rusia.



Una vez más, desde Ucrania han solicitado a sus aliados que transfieran al país los activos rusos congelados. Hablamos de alrededor de 260.000 millones de euros que pertenecen al Banco Central de Rusia y que están depositados en diferentes entidades de la UE, incluyendo 125.000 millones gestionados por la cámara de compensación belga Euroclear. De hecho, es en Bélgica en donde se encuentran la mayor parte de estos fondos, de los que 66.000 millones serían fondos rusos congelados y 190.000 millones transacciones rusas hechas a través de Bélgica y pausadas por orden de las autoridades de este país.

Por el momento, a lo máximo que se ha llegado es a establecer un plan que permitiría emplear no los fondos -que legalmente pertenecen a Rusia y cuya expropiación crearía un precedente de consecuencias bastante difíciles de estimar- sino los beneficios derivados de esta enorme cantidad de dinero durante el tiempo que lleva congelada. Además, con la salvedad de que se emplearían no para financiar directamente el esfuerzo bélico ucraniano, sino para la reconstrucción del país, entre otras razones porque es mucho más sencillo encontrar apoyos políticos cuando se trata de esto último que cuando hay armas de por medio.

Ahora bien, la presión por parte de Ucrania, e incluso de algunas voces dentro de la UE, para que el grueso de los activos -o, al menos, los beneficios e impuestos que produzcan- sea confiscado, de forma que puedan posteriormente ser empleados para adquirir armas y suministros para Ucrania no deja de crecer. Incluso la nueva Estrategia Industrial de Defensa de la Unión Europea (EDIS) de la que hemos hablado recientemente, plantea esta posibilidad, aunque es un documento lleno de propuestas hechas tanto por la Comisión como por el Servicio de Acción Exterior pero que todavía deben ser negociadas y, en su caso, aprobadas.

El gran problema aquí es que ese precedente, que el ministro de Exteriores ucraniano ha buscado deliberadamente pues considera que «servirá como disuasión frente a otros agresores», tiene muy mal encaje desde el punto de vista del derecho internacional público y sin duda justificaría una retorsión por parte de Moscú. Un vocablo que se refiere a los actos inamistosos, e incluso perjudiciales, aunque intrínsecamente legales, en respuesta a un acto anterior que también puede ser inamistoso, pero ilícito o ilegal a nivel internacional. Es decir, que Rusia podría adoptar medidas del mismo tipo -como la confiscación de bienes y activos extranjeros- en respuesta -que no en represalia- por los fondos perdidos.

Esto hace probable, a menos que la situación siga complicándose y escalando, que por el momento únicamente se sigan empleando los impuestos y beneficios generados por los activos rusos y no estos últimos. Una fuente de ingresos a la que se está dando muchísimo bombo en los últimos tiempos, pero que en realidad es el «chocolate del loro» y no servirá en ningún caso para compensar la falta de apoyo por parte de los Estados Unidos u otros aliados, mientras desde Ucrania dejan claro que es momento de dar un cambio al enfoque de la ayuda, en tanto seguir enviándola con «cuentagotas» habría dejado de funcionar.

El tema de la ayuda, con o sin «cuentagotas», nos lleva un día más a Macron. Es así, en tanto se ha publicado que enviaría tropas a Ucrania en caso de que Rusia llegue a amenazar Kiev u Odesa. O, al menos, que así lo habría afirmado en su reunión ante los líderes del resto de fuerzas políticas de Francia que ha tenido lugar recientemente. Una información, que de ser cierta sería sumamente interesante, en cuanto serviría para determinar cuáles son las verdaderas líneas rojas francesas y de las que se deduce que estas se sitúan básicamente en la salvaguarda de la parte ucraniana a poniente del Dniéper.

Por el momento, Macron sigue sin contar con el apoyo de la gran mayoría de sus aliados, que se han mostrado contrarios al envío de tropas a Ucrania. Únicamente en casos concretos, como el de Polonia –cuyo ministro de Exteriores, Radosław Sikorski, ha agradecido la propuesta gala– han llegado a decir que la llegada de tropas OTAN a Ucrania «no es impensable», aunque no han dejado claro en ningún momento otro de los aspectos cruciales: si se trataría de tropas enviadas para combatir del lado ucraniano o, en su caso, tropas de interposición.

Claro está, a tres o seis meses vista resulta difícil pensar que Rusia pueda efectivamente llegar al Dniéper o que logre un avance que llegue a justificar la puesta en marcha de la propuesta gala. Sin entrar en discutir acerca del riesgo de escalada que esto implicaría –tema que ya hemos abordado– o en los pocos argumentos reales que tiene Francia en cuanto a fuerzas convencionales ahora mismo, como para embarcarse en semejante aventura, existe un margen de tiempo para que tanto este como otros países puedan prepararse para tal eventualidad, reforzando sus arsenales y sus fuerzas.

También, más importante si cabe, para ir alcanzado acuerdos entre los socios que ahora se muestran más reacios -si en algo llevaba razón Macron es en que la guerra cambia continuamente y con ello el grado de apoyo que unos y otros están dispuestos a conferir a Ucrania- y, por encima de todo, para solucionar los problemas relacionados con el arsenal estratégico de índole más técnico que son, en última instancia, los que permiten que Rusia confiera un respaldo nuclear a sus acciones reteniendo el control de la escalada, mientras vemos cómo la capacidad de disuasión de la OTAN queda en entredicho.


Pasando a lo ocurrido sobre el terreno en las últimas horas, tenemos que Rusia habría atacado a Ucrania con una quincena de drones suicidas tipo Shahed-131/136 (Geran-1/2), de los que una docena habrían sido neutralizados por los sistemas antiaéreos ucranianos.

Del lado contrario, se han registrado ataques ucranianos con drones contra Taganrog, en la región de Rostov y localidad que alberga un importante aeródromo, así como sobre la región de Kursk o la de Bélgorod, además de la de Volgogrado.

Dicho esto, y pasando al análisis de los combates y los movimientos, tenemos que al norte del frente se ha registrado actividad tanto una vez más en el área de Kupiansk, con las tropas rusas tratando de hacerse con la localidad de Sinkiv’ka, como en el área de Siversk, con importantes bombardeos rusos sobre la zona entre Berestove y Vesele. Por el momento no hay cambios de consideración.

Más al sur, ya en los alrededores de la ciudad de Donetsk, tenemos que en Avdiívka el Ejército ruso ha logrado progresar en la localidad de Tonenke, que estaría cerca de sobrepasar, mientras que en el área de Mariínka los principales cambios se habrían producido en Krasnogórivka, en donde continúan tratando de penetrar por el sur de la localidad, consiguiendo algunas ganancias. También en la zona de Mariínka, aunque más al sur, continúan con sus ataques sobre Novomykhailivka, cuya toma por el momento han sido incapaces de lograr.

Por último, se han registrado después de bastante tiempo bombardeos en la zona de Urozhaine, mientras se especula con que Rusia pueda intentar alguna ofensiva más contundente desde el sur para obligar a Ucrania a desviar fuerzas a este sector. Al mismo tiempo, ambos ejércitos continúan enfrentándose en lo que era el antiguo eje de Orihiv.


Contexto internacional, diplomacia y sanciones

En el apartado internacional, la noticia más importante del día tiene que ver con la visita del presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, a Turquía. Allí, además de mantener reuniones, ha podido hacer una inspección del estado de construcción de una de las corbetas de la clase Ada que pasarán a engrosar el inventario de la Marina de guerra ucraniana -actualmente inexistente en la práctica-, una vez termine la guerra.

Zelenski, que se ha reunido con su homólogo turco Erdogan, además de tratar temas como el corredor de granos, o la «Fórmula de paz», ha salido de Turquía con un nuevo acuerdo que permitirá el intercambio electrónico de información entre las autoridades aduaneras de ambos países.

Además de esto, Turquía ha vuelto a mostrarse dispuesta a albergar una cumbre de paz entre Ucrania y Rusia. Así las cosas, y si bien Turquía sigue mostrándose firme en su apoyo a la integridad territorial ucraniana, también ha venido ejerciendo desde los primeros compases de la invasión un papel de mediador que incluso le ha valido a Erdogan el ser propuesto para el premio Nobel de la paz.

No ha sido en cualquier caso la única reunión que se ha producido durante el viaje relámpago de Zelenski a Turquía. También han tenido tiempo los ucranianos de completar encuentros con empresarios del sector industrial-militar, aunque no han trascendido acuerdos por el momento, ni tampoco el contenido exacto de las conversaciones. Además, Zelenski ha agradecido a Erdogan su papel a la hora de garantizar el trato por parte de Rusia a los prisioneros ucranianos, así como por negociar los intercambios que permiten la vuelta a casa de los cautivos.

Siguiendo con la diplomacia ucraniana, aunque ya lo hemos adelantado en la primera parte del informe, el ministro de Exteriores de este país, Dmytro Kuleba, ha hecho un llamamiento a sus socios para que se acelere la entrega de ayuda a Ucrania. Según sus palabras: «Las decisiones deben ser urgentes y encaminadas a suministrar armas a Ucrania mucho más rápido y en mayores cantidades». Todo al tiempo que animaba a los europeos a seguir aumentando lo antes posible el ritmo de producción de armamento. Todo ello en el marco de una reunión que Kuleba ha mantenido con sus colegas de las repúblicas bálticas, así como con la ministra de Exteriores francesa.

El primer ministro del país, Denys Shmyhal, por su parte, se ha visto con el vicepresidente de la Comisión Europea, Valdis Dombrovskis, con quien ha tratado temas relacionados con el comercio y la agricultura. Ucrania, que está teniendo notables problemas para exportar su producción a la UE por el bloqueo de los agricultores polacos y por las trabas puestas por algunos Estados miembros, se ha mostrado dispuesta a adoptar nuevas medidas que permitan subsanar la situación, así como a trabajar en una mayor liberalización del régimen comercial entre este país y el bloque.

Con Dombroskis también se ha visto el presidente de la Rada Suprema ucraniana, Ruslan Stefanchuk, quien ha agradecido su posición de apoyo a Ucrania, además de tratar temas como el de los instrumentos financieros establecidos por los Veintisiete para ayudar al país, la seguridad alimentaria y, una vez más, el bloqueo fronterizo.

En otro orden de cosas, pasando a la ayuda militar a Ucrania, tenemos que Canadá se ha unido a la coalición de drones. El país norteamericano, tras reunirse su ministro de defensa con su homólogo letón y tras llegar el primer ministro de este último país a Ottawa, ha suscrito un acuerdo que le permitirá colaborar en el esfuerzo colectivo para suministrar drones o componentes para los mismos a Ucrania. Algo que Canadá ya venía haciendo por ejemplo al proveer a Ucrania de cámaras especializadas o incluso de drones Teledyne FLIR.

Cambiando de tercio, una vez más han aparecido noticias relativas al reclutamiento, en este caso de ciudadanos indios por parte de Rusia, para ir a luchar a Ucrania. De hecho, ha sido desmontada una trama que se dedicaba a atraer a jóvenes con la promesa de empleos en Rusia, para finalmente forzarlos a participar en la guerra, del mismo modo que hace unos días vimos que ocurría en Pakistán.

Cerramos con Rusia, pues según las últimas encuestas, alrededor del 83 por ciento de la ciudadanía aprueba el trabajo del presidente, Vladímir Putin. Una cifra que es muy superior a la del nivel de aprobación que tiene el actual primer ministro, Mijaíl Mishustin, quien aun así obtiene un apoyo del 61 por ciento. Dejando al margen la credibilidad del sondeo, hecho por la Fundación de Opinión Pública, lo que queda claro a partir tanto de esta como de otras encuestas es que la figura de Putin continúa aglutinando el respaldo de los rusos y que ha salido bien parada de todos los vaivenes de la guerra, desde los reveses iniciales al levantamiento de Wagner. Todo lo cual, además, habla a las claras del grado de control que el Kremlin tiene sobre los medios, pero también de que la «Operación Militar Especial» cuenta con el visto bueno de la mayoría de la población, incluso a pesar de las consecuencias económicas de las sanciones o cualesquiera otros contratiempos.
 

ppluy

Forista Senior
El presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, reiteró que un alto el fuego en Ucrania permitiría a Rusia reconstruir sus fuerzas y medios para futuras operaciones ofensivas, como lo hizo Rusia anteriormente tras el inicio de la invasión rusa de 2014.





Institute for the Study of War
@TheStudyofWar


NEW: Ukrainian President Volodymyr Zelensky reiterated that a ceasefire in Ukraine would allow Russia to rebuild its forces and means for future offensive operations, as Russia previously did following the start of Russia’s 2014 invasion.










 

ZIBOR

Forista Legendario
"EXITOSA OPERACIÓN" CONTRA UNA FÁBRICA DE AVIONES RUSA EN TAGANROG
Ucrania confirmó este sábado la "exitosa operación" el viernes contra una fábrica de aviones en la ciudad portuaria rusa de Taganrog, en la región de Rostov, y del ataque por parte de la aviación ucraniana de diez zonas de concentración de tropas y equipos rusos, informa Efe.

Precisó que un gran número de sistemas aéreos no tripulados con municiones de barrera alcanzaron los talleres de la planta y que se produjo un incendio que en el momento en el que informaba de la operación no se sabía si había sido extinguido.

Subrayó que hubo muchos impactos, "no sólo uno o dos, sino muchos más" y destacó que "se trata de una operación increíblemente exitosa con drones kamikaze en la retaguardia de la Federación Rusa".



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Forista Senior
Papa Francisco sobre la guerra en Ucrania:

“La palabra negociar es una palabra valiente. Cuando ves que estás derrotado, que las cosas no van bien, hay que tener el coraje de negociar” ¿Alguien piensa que el Papa Juan Pablo II habría dicho lo mismo hoy? De ninguna manera…

Visegrád 24
@visegrad24



Pope Francis on the war in Ukraine: “The word negotiate is a courageous word. When you see that you are defeated, that things are not going well, you have to have the courage to negotiate” Does anyone think that Pope John Paul II would have said the same thing today? No way…


 

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Carro-de-combate-Challenger-2-de-las-Fuerzas-Armadas-ucranianas.-Fuente-Ministerio-de-Defensa-de-Ucrania.jpg

Guerra de Ucrania – Día 745
Mar 9, 2024

Las armas de largo alcance, de las que Ucrania dispone en números mucho menores que Rusia, continúan marcando el devenir de la guerra. La posible destrucción de dos lanzadores de un sistema Patriot por medio de un misil Iskander, el uso creciente de bombas planeadoras o la campaña sostenida de ataques sobre el interior de Ucrania mediante drones Shahed, son algunas muestras de todo ello. Países como el Reino Unido insisten en la necesidad de paliar esta situación, mientras se niegan, eso sí, a cualquier posibilidad de envío de tropas en el futuro. Mientras tanto, desde la Iglesia el Papa pide negociaciones y Orban ruega a Trump que «traiga la paz».



En las últimas horas ha sido noticia la aparición de un vídeo en el que se vería la destrucción de dos lanzadores que formaban parte de un sistema antiaéreo Patriot suministrado por Alemania a Ucrania. Una acción sobre la que cabe hacer referencia a varios elementos. El primero de ellos, el fallo táctico, por parte ucraniana, que supone el mantener tantos elementos de una misma batería parados en un camino y a una distancia mínima entre sí el tiempo suficiente como para que Rusia complete el ciclo de observación, reconocimiento, decisión y acción, finalizando la «kill chain» con la llegada de un misil balístico Iskander.

Es bien cierto que hay voces que no tienen tan claro que los vehículos destruidos pertenezcan a un sistema Patriot, aunque las imágenes parezcen relativamente claras. En cualquier caso, por relevante o irrelevante que sea una acción puntual, lo preocupante para Ucrania es que en fechas recientes se ha venido incrementando el empleo de misiles, drones y bombas planeadoras como elementos de supresión de las defensas aéreas enemigas (SEAD) por parte de Rusia.

Es más, según algunas fuentes, en las últimas semanas las Fuerzas Armadas de este último país habrían logrado infligir fuertes bajas a los antiaéreos ucranianos, contándose la pérdida de varios lanzadores de distintos tipo, vehículos de mando, radares, etc. Aunque no todas las pérdidas están totalmente confirmadas, como decíamos lo importante aquí es una vez más la tendencia, y esta es inequívoca: Rusia está empleando con éxito distintas armas de largo alcance, incluyendo como en este caso los misiles balísticos de teatro, para permitir a su Fuerza Aérea una mayor libertad de acción al batir las defensas antiaéreas ucranianas a decenas de kilómetros tras la línea de frente.

Es una tendencia, en cualquier caso, que trasciende lo visto en Ucrania. De hecho, es una tendencia sobre la que deberíamos tomar buena nota, como están haciendo en los Estados Unidos, ya que cada vez más los misiles balísticos, los drones de largo alcance y las bombas planeadoras entre otras, determinarán la suerte de unos y otros en el campo de batalla. España, con el SILAM, ha dado un pequeño paso en este camino, a pesar de las múltiples dudas que el programa todavía genera. Sin embargo, será necesario abordar el problema de forma mucho más holística, si lo que pretendemos es dotarnos de capacidades reales, que no pueden depender de un único vector, llegado además en cantidades mínimas.

Además, y en relación, hemos de entender también que la cantidad importa no ya en el caso de las plataformas lanzadoras, sino especialmente en el de las municiones. Todo lo cual implica que estas deban ser producidas y almacenadas en número suficiente. Lo cual, por derivación, impone a su vez desarrollar misiles o drones con un coste menor al de los actuales. Los ucranianos sí han logrado avanzar en algunos aspectos, como este último. Los estadounidenses, con la llegada de los misiles PrSM se han anotado también un importante tanto. En nuestro caso, queda mucho por hacer, mientras luchamos contra algunas inercias…

Hablando de inercias, pero en un sentido muy diferente, Ucrania continúa enfrentándose a un problema de primer nivel en el caso de la falta de personal. Es, sin embargo, un asunto muy polémico que, cuando se plantea, genera enormes críticas y además es susceptible de ser empleado por Rusia en su guerra informativa, pues sirve para apoyar su relato de que Occidente estaría tratando de exprimir a Ucrania «hasta el último hombre». Hablamos de la movilización, rechazada por el momento por el Gobierno de Zelenski bien por considerarla impopular, bien por razones económicas, bien por ser incapaces de proveer el armamento y entrenamiento suficiente a los nuevos reclutas en caso de lanzarse, bien por la incapacidad de llevarla a cabo con garantías, bien por una mezcla de todas.

El caso aquí es que hay una clara diferencia entre el discurso de Ucrania, el análisis que hacemos muchos sobre las motivaciones y objetivos rusos y la actitud del Gobierno de Zelenski (o el compromiso de algunos de sus aliados). Es decir, que tenemos por una parte un país en el que se muestran seguros, al menos de cara al exterior, de la necesidad de continuar la guerra hasta imponer una derrota a Rusia y recuperar todos los territorios hasta ahora perdidos, por más que las opciones en este aspecto sean mínimas.

Por otra parte, una situación en términos más amplios en la que Rusia, como nos hemos cansado de repetir, cree estar luchando una guerra civilizacional contra Occidente, no reconoce el derecho a la existencia de Ucrania y no se va a contentar -salvo de forma temporal y solo para continuar acumulando fuerzas y generando nuevas capacidades- con la fracción de este país que ya controla.

Ahora bien, ni la economía ucraniana ni su población han sido movilizados al nivel que exige una guerra por la supervivencia. En el primer caso, aunque se van dando pasos para aumentar la producción de todo tipo de material militar, es difícil asegurar que Ucrania esté en una «economía de guerra» como las que padecieron las sociedades europeas en los grandes conflictos de la primera mitad del siglo XX. En el segundo, tampoco se aprecia que haya un flujo masivo de voluntarios dispuestos a empuñar las armas, a pesar de que está en juego la existencia misma de Ucrania, atendiendo tanto a lo que nos dice el discurso ruso, como a lo que aseguran los gobernantes ucranianos.

Lo complicado es determinar por qué esto es así. La diáspora ucraniana no parece dispuesta a regresar en muchos casos. No a luchar. En cuanto a los ucranianos que viven lejos del frente, parecen en cierto sentido haber descontado la pérdida de territorios. Tampoco está claro hasta qué punto el nacionalismo ucraniano ha calado en estos años, aunque se ha intentado difundir a marchas forzadas para cohesionar al país. Ni -y esto es lo más polémico y difícil de probar- en qué forma la corrupción moral que implicó el socialismo real, especialmente en sus últimas fases (favoritismos, nomenklatura, corrupción generalizada, estraperlo, fingir que se trabaja, sálvese quién pueda…), ha podido afectar a las posibilidades ucranianas. Y es que Ucrania era y es un país construido solo a medias, sin terminar de vertebrar y sin completar el cambio hacia una sociedad de corte occidental y marcado por tanto por una fuerte polarización.

De esta forma, aunque el valor y la capacidad demostrada por sus ciudadanos ha sido y sigue siendo mucho, en términos generales ha sido también bastante desigual y desde las instituciones no parecen contar con las herramientas adecuadas para extraer todo el potencial que esconde. En el caso ruso, por el contrario, aun padeciendo muchos de los mismos males, el trabajo previo respecto a la construcción de una identidad nacional estaba mucho más adelantado desde 1991 y, al contar con un gobierno estable, monolítico y con unos poderes muchísimos más amplios, se ven beneficiados. En cualquier caso, todo esto es, insistimos, algo muy difícil de demostrar con datos que queda sujeto por tanto a la especulación y el debate.

Dejando el terreno de la especulación, para pasar a analizar lo ocurrido en las últimas horas en el frente, tenemos que desde Ucrania aseguran que hasta 39 drones Shahed-131/136 (Geran-1/2) y cuatro misiles antiaéreos procedentes de sistemas S-300 en función de ataque a tierra han sido lanzados contra su territorio en la última noche. De estos, habrían logrado neutralizar 35 drones, produciéndose explosiones en Krivói Rog o en Odesa, entre otros puntos.

En el caso ruso, se ha producido un incendio en un depósito de petróleo de la región de Kursk, tras un ataque ucraniano con drones. Además de esto, como viene siendo habitual, desde Rusia han hablado de distintos intentos de ataque ucranianos con drones sobre la región de Bélgorod, así como sobre las de Volgogrado y Rostov.

Más allá de esto, las novedades en cuanto movimientos son casi nulas en la última jornada, aunque los combates siguen produciéndose con la regularidad habitual y las pérdidas de unos y otros se mantienen altas, con intenso empleo de drones.

Al norte del frente, la situación permanece estable tanto en Kupiansk como en Kreminna, después de las últimas ganancias rusas en esta zona.

En el área de Bakhmut, el frente sigue igualmente estable mientras las tropas rusas continúan tratando de hacerse con Ivanivske y de avanzar hacia Chasiv Yar.

En el caso de Avdiívka, por último, en donde la situación en el frente se habría estabilizado tras recibir los ucranianos munición en los últimos días, nos encontramos una jornada más con las tropas rusas tratando de romper la línea Berdychi, Orlivka, Tonenke, por el momento sin resultado.



Contexto internacional, diplomacia y sanciones

En cuanto al apartado internacional, y como corresponde al fin de semana, la actividad ha disminuido notablemente. Comenzando por los Estados Unidos, allí ha seguido hablándose del contenido del último discurso sobre el estado de la nación. Una parte interesante del mismo, a la que no habíamos hecho referencia, tenía que ver con el tipo de amenazas que enfrenta, según Biden, la democracia, haciendo referencias explícitas a Rusia. Así, el presidente estadounidense dijo: «En el extranjero, Putin de Rusia está en marcha, invadiendo Ucrania y sembrando el caos en toda Europa y más allá», añadiendo «Si alguien en esta sala piensa que Putin se detendrá en Ucrania, les aseguro que no lo hará».

Más allá de esto, en las últimas horas ha causado revuelo una vez más el Papa Francisco, quien ha llamado a las partes a negociar la paz en Ucrania durante una entrevista concedida al medio suizo RTS. Según el Papa, «Creo que los más fuertes son los que ven la situación, piensan en la gente y tienen el coraje de levantar la bandera blanca y negociar», frase a la que siguieron otras, que son las que han provocado reacciones y las que han sido replicadas, como es lógico, por medios rusos. Frases tales como «No te avergüences de negociar antes de que las cosas empeoren» o «Esa palabra negociar es una palabra valiente. Cuando veas que estás derrotado, que las cosas no están saliendo, que tengas el coraje de negociar», aunque la entrevista estuvo trufada de otras declaraciones igualmente polémicas, incluyendo referencias al papel de la industria y del dinero en la guerra.

Finalmente, la Oficina de Prensa del Vaticano ha tenido que aclarar que el Papa no estaba pidiendo a Ucrania que capitulara: «En otra parte de la entrevista, hablando de otra situación de conflicto, pero refiriéndose a cualquier situación de guerra, el Papa afirmó claramente: “La negociación nunca es una capitulación”».

En otro orden de cosas, se ha publicado que Armenia estaría considerando presentar una solicitud de membresía a la Unión Europea en medio de las crecientes tensiones con Rusia, que hasta hace poco ha sido su principal aliado y el garante de su seguridad. Así lo habría hecho saber el ministro de Exteriores de este país, Ararat Mirzoyan, quien ha declarado que «Hoy en día se están discutiendo muchas oportunidades nuevas en Armenia y eso no será un secreto si digo que incluye la membresía en la Unión Europea». Aunque obviamente es difícil que el país pueda acceder al bloque, no deja de ser interesante que también desde el Cáucaso, tanto este país como Georgia, estén llamando a las puertas de los Veintisiete.

Para finalizar, lo hacemos con el secretario de Exteriores británico, David Cameron, quien en una entrevista con el diario alemán Süddeutsche Zeitung ha asegurado que se opone al envío de tropas a Ucrania asegurando que «Las misiones de entrenamiento se llevan a cabo mejor fuera del país» y que «Deberíamos evitar crear objetivos obvios para Putin». Todo mientras pedía a los alemanes que suministrasen armas de largo alcance a Ucrania, en referencia a los misiles de crucero Taurus que el país teutón se niega a entregar.
 

ZIBOR

Forista Legendario
YA TENEMOS EL TONTO DEL DIA. EL PAPA. OLEADA DE REACCIONES A SUS PALABRAS.
En la 2GM nadie hablo de negociaciones de paz con Hitler.

El ministro polaco de Exteriores, Radoslaw Sikorski, ha llamado al papa Francisco a animar a Rusia a retirar sus tropas de Ucrania en respuesta a las declaraciones del pontífice. "¿Qué tal, para equilibrar, animar a (presidente ruso, Vladímir) Putin, a tener el coraje de retirar su ejército de Ucrania? La paz llegaría inmediatamente sin necesidad de negociaciones", ha escrito en la red social X. También el presidente de Letonia, Edgards Rinkevics, se refirió en esta misma red social a las palabras de Francisco: "No hay que capitular ante el mal, hay que combatirlo y derrotarlo, para que el mal levante la bandera blanca y capitule", ha declarado Rinkevics.
"Rendición significa ocupación rusa, que no es más que otra forma de la guerra", ha escrito Oleksandra Matviichuk, Premio Nobel de la Paz 2022, que ha estado documentando los crímenes de guerra rusos en Ucrania en X. "En Ucrania, ¡nadie piensa siquiera en rendirse! Y a todos los que miran con escepticismo nuestra capacidad de resistencia, les decimos: ¡Vengan a Ucrania y vean!", ha escrito Sviatoslav Shevchuk, jefe de la Iglesia greco-católica, en redes sin referirse directamente a las palabras del pontífice.
 
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Forista Senior




Nacho Montes de Oca
@nachomdeo

Putin y sus funcionarios ya amenazaron al mundo con un holocausto nuclear más de 50 veces desde el inicio de la invasión a Ucrania. La “líneas rojas” que trazó, sin embargo, van siendo ignoradas. El motivo está en las cifras reales de su verdadero poder nuclear.




Desde antes del 24 de febrero de 2022 la propaganda rusa advierte que, si no se le permite a Putin invadir libremente a Ucrania u otros estados, posee un órgano atómico lo suficientemente poderoso como para desatar una guerra nuclear. Es la base de su extorsión estratégica




La historia de las “líneas rojas” es extensa. Putin comenzó con usar su arma atómica desde antes de invadir a Ucrania si Occidente asistía con armas a Kiev. Luego se desató y volvió con las amenazas si le enviaba a los ucranianos misiles anticarro y antitanque, …





… si enviaba sistemas HIMARS, si le proveía de baterías Patriot, si despachaba tanques, si proveía de armas de largo alcance del tipo ATACMS o Storm Shadows, si lo tanques enviados a Ucrania usaban munición de uranio empobrecido, si el territorio ruso era atacado…





… si Occidente le entregaba los aviones F16 a Ucrania o si sus bases en el territorio ocupado de Crimea eran alcanzadas, por citar las más conocidas. Va una breve historia de las “líneas rojas” hecha en septiembre de 2023

Cita
14 sept. 2023
Hablemos sobre las “líneas rojas” que traza Putin desde que irrumpió en Ucrania y revisemos la cuestión de la amenaza nuclear que pende sobre Occidente. Vamos a tratar de ser realistas y desactivar la bomba psicopática que siguen agitando los partidarios de la invasión rusa





Ahora Putin volvió a agitar su órgano nuclear a la vista de Occidente como respuesta a la sugerencia del presidente Macrón de enviar un contingente de tropas a Ucrania para asistir a las fuerzas defensoras. El lápiz rojo de Putin ya está gastado y lleno de tierra





La base de esa amenaza es un hecho concreto: su arsenal cuenta con un total de 5.889 ojivas, un número mayor que las 5.244 de los EEUU, las 225 del Reino Unido y las 290 de Francia, contando los países occidentales que enfrenta. Aun así, sumando ojivas Occidente la supera



Pero la cuestión comienza a desfavorecer a Rusia si se analizan correctamente esas cifras. Hay que empezar a distinguir entre número y disponibilidad para entender por qué Occidente ignora la amenaza rusa desde hace dos años y la debilidad que ocultan Putin y sus vladimiros





Para evaluar la potencia nuclear se deben contar las ojivas desplegadas, es decir cuál es el número que efectivamente puede usarse de inmediato más allá de la cifra total declarada de artefactos atómicos. En el caso de Rusia, en 2023 y según el SIPRI, era de 1.674 de las 5.889





Luego está la cifra de ojivas almacenadas sin los dispositivos de detonación colocados. Este ítem es importante porque para usarlas se las debe transportar hasta el sistema de lanzamiento y armarlas para que realmente sirvan para su propósito. Rusia tiene otras 2.815 almacenadas





Hay un tercer número que es el de existencias totales y acá sí nos encontramos con las 5.889. Pero ese número incluye dispositivos obsoletos o que estaban a la espera de ser almacenados. Su capacidad de detonación es dudosa o son artefactos peligrosos de manipular





Es decir que, si Putin se despertara mañana molesto o nervioso por algún motivo, en realidad dispone en realidad de 1.674 artefactos nucleares. Ahora es tiempo de comparar con lo que le espera del otro lado si tuviese la mala idea de tener un berrinche atómico




EEUU tiene una disponibilidad inmediata de 1.700 cabezas nucleares que, al igual que Rusia, se despliegan en misiles intercontinentales, de crucero y en forma de bombas y misiles que pueden ser lanzados por aviones, submarinos y buques de superficie.




Es decir que EEUU supera por 26 ojivas a Rusia y esa diferencia se estira porque entre Francia y EEUU suman otras 400. Serían 1.674 contra 2.320 en contra de Putin. Comienza a entenderse porqué es crucial diferenciar entre arsenales totales y el que puede ser usado de inmediato

Esa diferencia se entiende mejor si se comprende que en un intercambio nuclear, los sitios de almacenamiento de armas nucleares y los silos de misiles, aeródromos militares y buques que los lanzan serían los primeros en ser alcanzados. Pásenme la goma para borrar líneas rojas





De todos modos, el número real de ojivas rusas disponibles puede ser mayor dado que en febrero de 2023 Putin anunció la salida de Rusia de los acuerdos START que permiten monitorear el número y estado de los arsenales atómicos. Es muy posible que haya aprestado más armas





Pero ese incremento se compensa con un aumento similar en los arsenales atómicos de parte de occidente una vez que Rusia informó que sus inspectores ya no podrían viajar a revisarlos a causa de las sanciones. Gran Bretaña, por ejemplo, las viene aumentando desde 2021



En esencia, la disparidad no se altera y la disuasión sigue intacta porque en caso de una guerra nuclear Putin recibirá hasta un 24% más de artefactos atómicos de los que podría lanzar contra sus adversarios. Esos son los números que cuentan mas allá de las amenazas





SIGUE:

https://twitter.com/nachomdeo/status/1766832331065614572/photo/1
 

ppluy

Forista Senior
CONTINUA:

El otro aspecto es el mantenimiento. De acuerdo al SIPRI, en 2023 se gastaron U$S 82.900 millones en armas nucleares, un presupuesto que va desde la fabricación al mantenimiento de las armas en los arsenales. EEUU acapara la mitad de ese gasto con U$S 43.700 millones






Rusia, por tener el mayor arsenal, debería al menos ocupar el segundo puesto. Pero no; su gasto anual es de U$S 9.600 millones y está por encima de China que con “apenas” 410 ojivas destinan U$S 11.700 millones. El Reino Unido gasta U$S 6.800 millones y Francia U$S 5.600 millones


Si hacemos un promedio de gasto por ojivas totales, EEUU gasta 8,3 millones por ojiva, Rusia 1.6 millones, China 28,5 millones, El Reino Unido 30.2 y Francia 19,3 millones. Moscú tiene el arsenal mas grande pero el menor gasto entre las 5 mayores potencias nucleares


Si hacemos un promedio de gasto por ojivas totales, EEUU gasta 8,3 millones por ojiva, Rusia 1.6 millones, China 28,5 millones, El Reino Unido 30.2 y Francia 19,3 millones. Moscú tiene el arsenal mas grande pero el menor gasto entre las 5 mayores potencias nucleares


No es solo un análisis contable. Tras observar la debacle tecnológica rusa en Ucrania con torres saltando como pulgas, aviones que no son reconocidos por los propios artilleros rusos y derribados o los drones ucranianos que penetran las defensas de Putin, es un dato importante


Es imposible separar la realidad tecnológica rusa de su amenaza nuclear. Es el mismo país que intentó enviar a la luna el artefacto no tripulado Luna 25 el 11 de agosto de 2023, el que falló al estrellarse en la superficie del satélite antes de cumplir la etapa de centrifugado






Rusia se jugaba su prestigio al intentar el regreso a la luna tras 47 años sin lanzar misiones de ese tipo. India, que se supone tiene menos experiencia y un arsenal de 164 ojivas con menor tecnología, llegó con su sonda Chandrayaan 3 a la luna el 23 de agosto siguiente





Incluso China le sacó ventaja a Rusia al alunizar por primera vez en diciembre de 2013 y ahora se prepara para lanzar la misión Chang´e que viajará al lado oculto del satélite terrestre este año y lanzará otra misión tripulada en el año 2028. Putin mira la luna con melancolía





Mas allá de las bromas, la tecnología espacial está íntimamente relacionada con la capacidad de un país para colocar artefactos atómicos a grandes distancias mediante misiles intercontinentales. El fracaso de la misión Luna 25 es por lo tanto otro signo importante


La otra señal vino el 22 de febrero de 2023. Ese día, Putin había organizado una prueba de su arma más promocionada, el Sarmat, como respuesta a la visita del presidente norteamericano Joe Biden a Kiev. El misil nunca logró salir de su lanzador




Se supone que el Sarmat es el mas letal de los misiles intercontinentales rusos y que sus ojivas múltiples y señuelos son capaces de burlar la detección y las defensas occidentales. Pero si no despega, tiene la misma utilidad que un peine para un calvo





Seamos objetivos y señalemos que occidente también registró fallas como la caída al mar de un misil Trident II lanzado desde un submarino británico en febrero. Pero Occidente dispone de más dinero para corregir errores y mayor ventaja tecnológica





Todo ronda en torno a la disuasión mutua y la doctrina de la destrucción mutua asegurada. Putin sabe que si lanza un ataque nuclear Europa sería destrozada, pero que Rusia también dejaría de existir. Europa y EEUU también saben que Putin lo sabe


Putin sabe además que descabezado en Kremlin ya no hay autoridad y que del otro lado hay 33 gobiernos y un territorio clave mucho más extenso que el suyo. Casi todo el poderío militar e industrial ruso y su demografía se acumulan al oeste de los Urales y esa es una debilidad












No es un detalle menor porque el imperio ruso se maneja desde Moscú y bastaría descabezar el poder central para que su periferia quede a la deriva. Las autocracias son agiles para decidir, pero el poder concentrado también tiene desventajas cuando llega la hora de las armas


Es aquí en donde la precisión y la carrera tecnológica cobran mas sentido. La ventaja de un golpe decisivo sería crucial en una primera etapa de una confrontación. Por eso al número real de armas disponibles se les debe sumar la efectividad en un ataque


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Sigamos sumando factores. En su campaña por sembrar el terror en las ciudades ucranianas, Putin lanzó hasta diciembre de 2023 al menos 444 KH555, 900 Iskander, 500 Kalibr, 50 Kinzhal y al menos 4 Zircon. Son todos modelos con capacidad de llevar armas nucleares


Putin no solo gastó el grueso de sus vectores nucleares en una campaña fallida para doblegar a Ucrania, sino que además le proporcionó a Occidente datos cruciales sobre sus armas y evidencia de un problema severo de puntería e incluso de fallas recurrentes en los lanzamientos






De nuevo surge la cuestión tecnológica, porque incluso los modelos hipersónicos rusos promocionados como invulnerables demostraron que pueden ser interceptados incluso con misiles Patriot con tecnología desarrollada en la década de 1970. O que no eran siquiera hipersónicos





Hay que resaltar que las tres baterías de Patriot entregadas a Ucrania son una fracción de los sistemas disponibles en los países de la OTAN. Polonia adquirió 48 lanzadores y 644 misiles, es solo una fracción del poder antiaéreo que está desplegando la OTAN




Putin gastó una parte importante de sus vectores en zonas civiles ucranianas y a la fuerza esa capacidad fue restada a su potencia de ataque nuclear. Con las sanciones, su capacidad de reposición es más baja que antes de la guerra. Otro dato que Occidente conoce


Rusia despliega unos 800 misiles en silos y lanzadores terrestres, 560 en submarinos y el resto en bombarderos estratégicos preparados para lanzar misiles o bombas con ojivas nucleares, los mismos que hoy se desgastan atacando objetivos en Ucrania


Por eso es importante resaltar el cambio estratégico que implicó la entrada de Finlandia a la OTAN. La base mayor base de lanzamiento rusa de ICBM en Viborg, en la península de Kola y a solo 30 millas de la frontera que es ahora con la alianza occidental, quedó más expuesta





La otra base de lanzamiento en el enclave de Kaliningrado quedó rodeada y expuesta al asedio por tierra y por mar. Sus lanzamientos están bajo vigilancia cercana y bajo riesgo de ser interceptados en su fase de lanzamiento, las más vulnerable que afronta un misil balístico






Lo mismo sucede con las bases navales rusas de Múrmansk y Arkangel en la península de Kola, desde donde operan los submarinos armados con misiles nucleares intercontinentales de Putin. Y con Suecia como socio, su tránsito hacia mar abierto es aún más arriesgado




En otras palabras, entre la disponibilidad de armas y vectores, y la asimetría en ojivas listas para usar junto con la fiabilidad tecnológica, la amenaza nuclear de Putin se vuelve relativa y esto explica porque Occidente tiene pintura roja en sus suelas




No obstante, el club de la lencería rusa sigue lanzando amenazas de holocaustos para pedir que Putin quede impune bajo el riesgo de una escalada total. Pero esa campaña se basa en la ignorancia y la proverbial capacidad del Kremlin para ejercer con eficacia un rol psicopático


Hay que admitir que lo que le falta a Rusia de tecnología lo suple con un desarrollo de su propaganda capaz de convencer al mundo que el tamaño es lo importante y no la eficacia, para llegar a un público que por temor o identidad de tamaños se acopla a sus mensajes




Es así como lograron imponer en muchos sectores el temor a una escalada y el riesgo de un conflicto atómico en el que Rusia tendría las de ganar. Otra vez, la idea de un triunfo inevitable de Putin logra imponerse aun cuando toda la evidencia indica lo contrario


Hay un aspecto final que en realidad es un matiz dentro de la amenaza de Putin y es la posibilidad de usar un arma táctica en Ucrania, es decir un artefacto nuclear de menor potencia de unos 20 kilotones. Es importante analizar que sucedería en ese escenario




Primero aclaremos que en un frente de 1.000 km como el de Ucrania el uso de un arma de esa potencia solo destruiría directamente a una superficie de 11.5 km2, el tamaño de la ciudad de Avdiivka. Su capacidad para cambiar el curso militar es escasa tirando a casi nada




Sin dudas un hongo atómico tendría un efecto político y visual enorme, pero si se quisiera usar como advertencia previa al uso de armas nucleares a gran escala, volveríamos al escenario anteriores de las realidades concretas de los artefactos listos para su uso





Lo que sí podría provocar es la aplicación de los artículos 4° y 5° de la OTAN. El primero prevé tomar medidas cuando “la seguridad de cualquiera de las Partes sea amenazada” y acelerar, por ejemplo, un despliegue preventivo de fuerzas en Ucrania

No es una especulación menor porque la OTAN ya blanqueó su preparación para una futura guerra con Rusia y la perspectiva de una agresión nuclear podría arrasar con lo que queda de las reticencias para frenar a Putin en territorio ucraniano





La opción de una rendición por temor a una agresión nuclear rusa no parece tener perspectiva de funcionar como no lo hizo hasta el presente. Una detonación atómica solo corroboraría que el riesgo es real y que los preparativos militares deben acelerarse


Además, los efectos de la radiación podrían afectar al territorio de los miembros de la OTAN y con ello gatillar el Artículo 5° si la alianza considera que los efectos del ataque afectan a uno de sus miembros. Chernóbil pasó porque fue imprudencia, esta vez no habría excusas




 
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ppluy

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Guerra de Ucrania – Día 746
Mar 10, 2024

en Informes
En las últimas horas, la polémica en torno a las declaraciones del Papa Francisco a propósito de la necesidad de negociar no ha hecho sino arreciar, con fuertes reacciones desde Ucrania, en donde Zelenski ha sido rotundo al afirmar que «Aquí es donde debería estar la Iglesia: con el pueblo”. Al mismo tiempo, se ha sabido que Macron, quien ha mantenido una conversación con el presidente ucraniano, viajará a este país en las próximas semanas, el documental «20 días en Mariupol» se ha hecho con un Óscar, se ha registrado nuevamente el uso de granadas con cloropicrina por parte rusa y se ha hablado sobre la forma en que los drones ucranianos están logrando cortar las líneas de comunicación marítimas rusas en el mar Negro.



De forma instintiva, cuando hablamos del poder naval, solemos identificarlo con el número de buques de guerra a disposición de una nación. La cuestión es, sin embargo, bastante más compleja y, desde luego, el término va mucho más allá del poder puramente militar. Desde el almirante norteamericano Alfred Thayer Mahan a, prácticamente un siglo después, el soviético Sergui Geórgievich Gorshkov, han sido muchos los teóricos que han tocado el tema, llegando en todos casos a la conclusión de que el poder naval va mucho más allá de la cifra -o incluso de la tipología, pues no es lo mismo disponer de veinte fragatas modernas, que de veinte lanchas lanzamisiles anticuadas- de los buques alistados.

En algunos casos, como en el primero, se hacía referencia a la necesidad de contar con un próspero comercio exterior -y con ello con una potente flota mercante- y de bases navales, así como con un número adecuado de astilleros-. Todo de forma que, llegado el caso, la marina de guerra pudiese abastecerse de “gentes de mar” procedentes de la mercante y la pesquera y contase, además, con todos los medios para sostener a la flota de guerra. El segundo, por su parte, ofrecía una visión holística del poder naval, en la que tenían cabida además de los elementos anteriores también la flota pesquera y los medios científicos, pues el conocimiento del propio mar era un elemento importante a juicio de Gorshkov.

Ambas son, digámoslo así, concepciones «positivas» del poder naval, destinadas a ejercer un control de este dominio. Sin embargo, hay otras formas de aproximarse a la guerra naval, buscando por ejemplo el control «negativo» del mar, como ha hecho generalmente la «Jeune École». Esto es, tratando de hacer que el enemigo, aun ostentando superioridad, no pueda hacer un uso libre del mismo. De hecho, esta ha sido desde su aparición una de las funciones básicas de los submarinos, pues al evolucionar bajo la superficie y beneficiarse de una gran discreción y del alcance de los torpedos, pueden amenazar con un riesgo y coste asumibles tanto a las flotas contrarias como a sus buques mercantes. También pueden diseminar minas que dificulten el movimiento, por supuesto.

De hecho, tradicionalmente la aproximación soviética y posteriormente rusa, a pesar de los intentos de Gorshkov, a los que hemos hecho referencia, ha sido de este tipo, primando su fuerza submarina y también, en el «dominio aeronaval», apostando por la aviación basada en tierra y por el empleo de misiles antibuque tanto de lanzamiento naval, como terrestre y aéreo, para contrarrestar así en lo posible la superioridad de las armadas de la OTAN. De ahí el posterior establecimiento de áreas A2/AD, en las que los misiles antibuque y antiaéreos han tenido un papel central.

Pues bien, el caso es que desde los inicios de la guerra de Ucrania, las tornas se han invertido para Rusia. Su Marina de guerra buscó, en los primeros compases tras la invasión, una superioridad absoluta en el Mar Negro, llegando a maniobrar en busca de la generación de dilemas para el alto mando ucraniano, al plantear la posibilidad de un desembarco anfibio en Odesa que nunca se materializó. El empleo de unidades como el malogrado crucero «Moskva» o los grandes buques de desembarco de la clase Ropucha, llegados en algunos casos de forma apresurada a este teatro en las semanas previas al inicio de la guerra, fue significativo.

Es cierto que Ucrania ha carecido, desde los primeros días, ya que fueron alcanzadas rápidamente, de unidades navales de superficie. También que no disponía de submarinos. Pese a todo, gracias tanto a los desarrollos propios como el misil «Neptune», como a la llegada de medios antibuque proporcionados por sus aliados, ha logrado ejercer un importante -y creciente- grado de negación en la parte occidental del mar Negro. Tanta que ha logrado que la Flota del Mar Negro rusa abandone el área, salvo por incursiones puntuales que en varias ocasiones han terminado bastante mal para los intereses rusos.

En una fase más avanzada de la contienda, han sido los drones navales de superficie los que han servido a Ucrania para amenazar a los buques de guerra rusos incluso en puntos muy alejados de la fracción de costa que Ucrania controla, como es el caso del estrecho de Kerch recientemente o, antes de esto, de Novorossiysk. Para ello, han desarrollado, en algunos casos muy posiblemente con ayuda británica, distintos tipos de drones de superficie guiados por satélite/Starlink y cargados de explosivos, tema que ya hemos abordado en varias ocasiones.

Sin embargo, lo más interesante en cuanto a guerra naval de esta fase de la guerra no tiene que ver tanto con la capacidad ucraniana de recluir en la práctica a la Armada rusa en la parte oriental del mar Negro, como de plantear una amenaza a las líneas marítimas de comunicaciones rusas (SLOC) a la par que es capaz de evitar que Rusia pueda atacar a los buques ucranianos y extranjeros que operan a través del corredor marítimo, en última instancia la mejor vía de exportación de productos agrícolas para el país y de la que depende buena parte de su economía.

De hecho, como relata HI Sutton, a finales del pasado mes de febrero dos buques mercantes propiedad del Gobierno ruso dieron media vuelta cuando navegaban desde Tartus, en Siria, hacia el mar Negro, con casi total seguridad debido a la amenaza que plantean los drones navales. Se trata de embarcaciones que generalmente se emplean para transportar pertrechos militares y, de hecho, en el caso del «Sparta-IV» se ha utilizado anteriormente para enviar sistemas de misiles S-300 desde Siria. Es decir, que Rusia, ya no dispone de la posibilidad de utilizar el mar para abastecer a sus tropas con libertad en Ucrania.



Cambiando de tercio, y pasando a la actualidad sobre el frente, aunque todavía no se ha publicado un recuento oficial, durante la última jornada se han registrado diversos ataques con drones kamikazes rusos sobre Ucrania. De hecho, al menos dos personas habrían fallecido en la localidad de Dobropillya, en Donetsk, por el impacto de un dron tipo Shahed-131/136 (Geran-1/2), mientras que en Odesa habrían resultado alcanzados un edificio administrativo y una fábrica.

Del lado ruso, como es habitual, se han reportado supuestos ataques ucranianos con drones, todos ellos neutralizados, sobre las regiones de Bélgorod, Novgorod y Leningrado.

Por otra parte, los ucranianos han venido quejándose del empleo creciente por parte rusa de granadas con cloropicrina, un derivado del cloro que se ha utilizado desde la Primera Guerra Mundial como gas lacrimógeno y sofocante por las molestias que genera, aunque en principio no es letal. Desde el Ministerio de Defensa de Ucrania hablan de alrededor de medio centenar de usos la pasada semana, quince de los cuales habrían tenido lugar en las últimas horas.

En cuanto a los combates, tenemos comenzando por la zona más septentrional del frente, ataques rusos y contraataques ucranianos en el área de Terny, al oeste de Kreminna. No hay cambios.

En la zona de Bakhmut, la situación es parecida, con un contraataque ucraniano en el área de Bohdanivka destinado a retardar los avances rusos, mientras se siguen reforzando las defensas en torno a Chasiv Yar, que es el nudo de comunicaciones local más importante.

Sin novedades de consideración en el sector de Avdiívka, en donde por ahora las líneas se han estabilizado, donde se ha registrado actividad es al sur. Allí se han registrado ataques rusos en el área de Vuhledar, en la zona entre Chervone y Guliaipolé por primera vez desde el verano de 2023, así como en el antiguo eje de Orijiv, en donde las tropas rusas han intentado nuevamente adentrarse en Robotyne, con escaso éxito.



Contexto internacional, diplomacia y sanciones

En el área internacional, aunque la actualidad como corresponde al fin de semana, sigue siendo baja, la noticia más importante ha sido la conversación telefónica mantenida por el presidente francés, Emmanuel Macron y su homólogo ucraniano, Volodímir Zelenski. Aunque se desconoce el contenido de la charla, sí se conocen las reacciones ucranianas a la misma, así como a las palabras de Macron en las últimas semanas a propósito del envío de tropas a Ucrania. Declaraciones que han sido más que bienvenidas desde Kiev, pues consideran, en palabras del ministro de Exteriores Kuleba que París es «la primera capital que admite públicamente lo obvio».

Es más, Kuleba ha afirmado que «los debates desencadenados por estas declaraciones francesas permitirán a Europa ahorrar mucho tiempo al darse cuenta de que debe hacer más. No sólo para Ucrania, sino también para Europa» así como que Macron «es simplemente el primero en empezar a hablar abiertamente sobre lo que, en mi opinión, toda persona razonable en Europa debería entender. Si no se frena a Rusia en Ucrania, habrá guerra en Europa». Todo mientras son cada vez más los que ven paralelismos entre la situación actual y la previa a la Segunda Guerra Mundial.

Lo que sí se ha sabido es que, tras la reunión telefónica entre ambos presidentes, Macron visitará Ucrania en las próximas semanas, aunque la fecha está todavía por determinar. Eso sí, no hay que olvidar que por distintos motivos, Macron ha pospuesto su viaje al país hasta en tres ocasiones, pues este tendría que haber tenido lugar, originalmente, hace ya un mes.

Otro punto caliente de la actualidad internacional sigue siendo el Vaticano, pues han arreciado las críticas contra el Papa Francisco por sus declaraciones y su llamamiento a la negociación. El ministro de Exteriores ucraniano ha rebatido completamente al Sumo Pontífice al decir que «El más fuerte es aquel que, en la batalla entre el bien y el mal, se pone del lado del bien en lugar de intentar ponerlos en pie de igualdad y llamarlo “negociaciones”», a la vez que ha asegurado que Ucrania nunca levantará otra bandera que no sea la «amarilla y azul».

Más duro si cabe ha sido Zelenski, quien no solo ha hablado de las iglesias quemadas en Ucrania o de cómo son los ucranianos quienes están impidiendo que los «asesinos rusos» avancen hacia el corazón de Europa, sino que ha dicho que «Esto es lo que es la Iglesia: una con el pueblo. No a dos mil quinientos kilómetros de distancia, en algún lugar, buscando una meditación virtual entre quienes quieren vivir y quienes quieren destruirte».

También se ha pronunciado el embajador de Ucrania ante el Vaticano, Andrii Lourach, quien ha comparado en Twitter la propuesta del Papa Francisco con las negociaciones con Adolf Hitler durante la Segunda Guerra Mundial, asegurando que “¡Si queremos poner fin a la guerra, debemos hacer todo lo posible para matar al dragón!”, mientras desde la Santa Sede publicaban un comunicado intentando corregir una situación que se les ha ido de las manos.

En otro orden de cosas, en las últimas horas se ha publicado que las importaciones de armas a Europa casi se han duplicado en los últimos cinco años, impulsadas como no podía ser de otra forma por la guerra en Ucrania. Así las cosas, según el Instituto de la Investigación para la Paz de Estocolmo, el conocido SIPRI, durante el período 2019-2023, las importaciones de armas en Europa crecieron un 94% en comparación con el lustro anterior. Buena parte del destino de todos este flujo de material militar ha tenido como destino Ucrania, aunque no solo. De ahí entre otras cosas que la nueva Estrategia Industrial de Defensa Europea (EDIS) insista en la necesidad de minorar la presencia de empresas estadounidenses en el mercado comunitario.

Pasando a los daños causados por la guerra, y según un informe del Ministerio de Medio Ambiente de Ucrania, a finales de 2023 esta había causado daños medioambientales por valor de 60.000 millones de dólares (55.000 millones de euros). Entre otras cosas, los incendios habrían devastado hasta 12.000 kilómetros cuadrados de bosque, o alrededor del 20% de la superficie forestal del país. Además, minas terrestres estarían esparcidas a lo largo y ancho de una superficie de aproximadamente 100.000 kilómetros cuadrados, es decir, una parte sustancial del territorio ucraniano.

Respecto a la ayuda militar, dos noticias. Por una parte, el envío de sistemas antiaéreos NASAMS por parte de Canadá a Ucrania parece que se retrasará debido a los problemas administrativos estadounidenses. En concreto, se trata de equipos encargados por Canadá al fabricante, Kongsberg, a través de los Estados Unidos y cuya entrega está bloqueada desde hace meses porque este último país debe garantizar la financiación y, al parecer, no había hecho la dotación presupuestaria necesaria para ello. Por otra, se ha hablado de que los ucranianos podrían comenzar a desplegar los cazabombarderos F-16 ya durante el próximo mes de julio, aunque todavía en cantidades mínimas.

Por último, cerramos el informe de hoy con la parte cultural, pues el documental «20 días en Mariupol» que narra el asedio de la ciudad ucraniana por parte del ejército ruso, ha ganado hace unas horas el Óscar al mejor documental, siendo la primera estatuilla dorada de la historia de Ucrania, como ha explicado el director de la obra, Mstyslav Chernov, quien durante su discurso de recogida del galardón afirmó también desear no haber tenido que rodarla nunca: “Este es el primer Oscar en la historia de Ucrania. Y me siento honrado. Pero probablemente seré el primer director en este escenario que diga: Ojalá nunca hubiera hecho esta película ”. Como es lógico, el hecho ha sido celebrado en Ucrania, por ejemplo por el jefe de la Oficina del Presidente, Andriy Yermak.
 

ZIBOR

Forista Legendario
Últimamente los acontecimientos me hacen evaluar lo que ocurrirá si Trump gana las elecciones y lo que sabe Macron respecto de los planes futuros de Putin en Europa y que le han llevado a plantear el envió de tropas como medida extraordinaria para evitar una guerra abierta posterior en los países Bálticos.

Este escenario seria factible si Trump abandona la defensa de Europa como lleva tiempo amenazando, en la UE gana peso la extrema derecha cercana a Trump para bloquear el envió de ayuda militar.

Esto es lo que ha dicho el boca chancla tonto útil de Víctor Orban en un desliz tras su visita con Trump.

Básicamente quieren dejar de apoyar a Ucrania que es lo que ha pasado con el bloqueo de Trump en el congreso para que Putin acabe con Ucrania como vía de obtener la paz. Así pues si gana Trump es de esperar que Ucrania dependa solo de si misma y de la UE.

 

RUSTAM43

Forista Legendario
No hay que olvidar, que Putin intenta por todos los medios a su alcance levantar de nueva planta la URSS. Tras la debacle que provocó su derrumbe, perdió su influencia y mercado en 7 países europeos asimilados a su área de influencia tras la II Guerra Mundial, además de 14 repúblicas que representaban más de la mitad de su población y PIB, dejando a un lado su extensión y riquezas.
 

Gus

Tali-bahn
Administrador
Coordinador
en la UE gana peso la extrema derecha cercana a Trump para bloquear el envió de ayuda militar.

Esto es lo que ha dicho el boca chancla tonto útil de Víctor Orban en un desliz tras su visita con Trump.

A mi lo que me extraña es que a estos personajes no los tengamos ya "calados", y no solo por la guerra; pero es lo que tenemos... escenario difícil para Europa.
 

ppluy

Forista Senior
Deposito-de-petroleo-ruso-incendiado-en-Orel-por-accion-de-los-drones-ucranianos.-Fuente-Telegram.jpg

Guerra de Ucrania – Día 747
Mar 11, 2024

Mientras en Ucrania se afanan en construir tres líneas defensivas de miles de kilómetros de longitud, siguiendo el ejemplo de la propia Rusia a la llegada al mando del general Surovikin, se especula con la capacidad de este país para mantener la intensidad y ritmo de sus ataques, que dependen más de la capacidad de reunir material y generar fuerzas que del elemento humano. Al mismo tiempo, Zelenski ha asegurado que el envío de tropas por parte de países OTAN sería para ofrecer formación, prometiendo que «no morirán en Ucrania», Ucrania ha convocado al representante del Vaticano en Kiev para dar explicaciones por las declaraciones del Papa y desde Rusia han presentado una propuesta de ley que busca anular la decisión soviética de 1954 de transferir Crimea a la República Socialista Soviética de Ucrania.


Si bien durante los últimos meses -y de hecho, desde las primeras semanas de guerra, una vez el Ejército ruso se retiró de los alrededores de Kiev-, las tropas ucranianas, así como elementos de su Guardia de Fronteras y de otros organismos, han venido construyendo posiciones defensivas, minando determinados sectores y, en definitiva, tomando medidas para que Rusia no pudiese repetir lo visto en febrero de 2022, solo ahora parecen estar construyendo líneas de defensa a la escala requerida.

Como decimos, durante estos dos años es mucho lo que se ha hecho (y, de hecho, desde mucho antes). Sin embargo, en muchos de los casos lo que faltaba era sistematización. El paso a la defensiva estratégica y la pérdida de iniciativa unidas a la escasez de municiones y a los problemas padecidos en lugares como Avdiívka o Bakhmut parecen haber convencido al Gobierno y a la cúpula militar ucraniana de la necesidad de destinar más y más recursos a un tipo de guerra algo diferente al que se venía librando.


Ha sido el propio Zelenski, quien ya advirtió en diciembre del pasado año que el esfuerzo constructivo debía intensificarse, el que ha hablado en las últimas horas acerca de «tres líneas defensivas de 2.000 kilómetros», en referencia al entramado defensivo ucraniano. Unas declaraciones que, sin tener muchos más datos, obligan a pensar inmediatamente en la famosa «Línea Surovikin», con sus tres líneas defensivas y en que muy posiblemente los ucranianos hayan desempolvado los mismos manuales que sirvieron al general ruso y sus subordinados para diseñar su plan.

Dicho esto, cabe suponer que al igual que explicásemos en su día a propósito de esta última, la percepción de «líneas» sea también errónea para el caso ucraniano. Es decir, que lo que se buscará será una combinación acertada de elementos estáticos y maniobra, incluyendo esta última los contraataques y el uso de la reserva móvil, debe servir tanto para ralentizar los avances contrarios como, en lo posible, para canalizarlos hacia zonas previamente establecidas en las que se pueda optimizar la destrucción de la fuerza opositora. Para ello, las Fuerzas Armadas ucranianas implementarán un esquema defensivo que irá mucho más a retaguardia de la línea de frente, combinando campos de minas, zonas de concentración de fuego, posiciones reforzadas, trincheras, obstáculos físicos y, por supuesto, un correcto uso de las reservas..


Todo lo anterior debería implicar, siguiendo con la doctrina heredada de la Unión Soviética, en primer lugar la constitución de un escalón o zona de seguridad situado por delante del área defensiva principal, ocupado por una fuerza cuya misión es retrasar y engañar al enemigo en cuanto a la localización del grueso de las fuerzas defensivas. Esta área puede extenderse hasta a una profundidad 30 kilómetros cuando hablamos de fuerzas de entidad ejército o de 15 kilómetros, cuando hablamos de divisiones.

Su objetivo pasa por proveer de «alerta temprana», confundir al enemigo acerca de la verdadera disposición de las defensas, identificar los ejes de avance, ofrecer tiempo al mando para actuar en consecuencia y canalizar al contrario hacia direcciones que ofrezcan una desventaja para el atacante, como aquellas en las que están situadas las zonas de muerte, esto es, las áreas de concentración de fuegos, también conocidas como “fire sacks” o “kill zones”.

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Tras la zona de seguridad se sitúa el área defensiva principal, que puede incluir sucesivas líneas escalonadas. Esta sería, en puridad, lo que muchos identificaron a propósito de las defensas rusas en Zaporiyia como la “Línea Surovikin”, aunque no deja de ser una burda simplificación, pues no se entiende sin la zona de seguridad a vanguardia. En este caso, el elemento básico que lo vertebra son los puntos fuertes para compañía o sección, que constan de trincheras con sus correspondientes pozos de tirador, posiciones preparadas para los vehículos y los morteros, puestos de mando y control y depósitos logísticos.

A su alrededor se sitúan campos de minas y barreras físicas, desde dientes de dragón a zanjas anticarro o alambre de espinos (aunque en esta guerra es un elemento que se ha empleado menos de lo que cabría suponer) y todo ello cubierto siempre por el fuego, tanto de los fusileros, como de la artillería, sea orgánica de la unidad, sea de los escalones superiores. Un esquema, este último, que prescindiendo de la zona de seguridad puede volver a repetirse a retaguardia, si hablamos de la defensa de un frente completo -como sería el caso- y si se cuenta con espacio suficiente como para establecer un segundo escalón defensivo.

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Está por ver, independientemente de la densidad y calidad de las defensas, si Ucrania supera los problemas de personal a los que se enfrenta ahora mismo. En cualquier caso, incluso con muchos menos uniformados y munición para su artillería -algo que podría solucionarse al menos temporalmente en breve-, un buen entramado defensivo debería aportar un plus en cuanto a capacidad de infligir bajas -especialmente materiales-, que es en última instancia lo que Ucrania debería perseguir en esta fase de la guerra.

Al fin y al cabo, por infinitas que sean sus reservas humanas, y por infinitas que parezcan sus reservas materiales, no es exactamente así y Rusia es sensible a las bajas. De hecho, lo que marca el ritmo e intensidad de sus ataques, mientras vuelve a acumular fuerzas para relanzarlos en el área de Avdiívka, es la capacidad de generar nuevas fuerzas. Algo que implica dotar a las nuevas unidades de hombres y medios que -a pesar de que su industria se afana en producir carros, blindados u obuses modernos-, salen en su mayoría de los depósitos heredados de la URSS y que son de peor calidad y más antiguos que aquellos a los que sustituyen. Lo mismo para el consumo de municiones, por cierto, a pesar de los incrementos en la capacidad de su industria y de que aparentemente se hayan reanudado los transportes entre Corea del Norte y Rusia.




Cambiando ya de tema, para pasar a lo acaecido sobre el terreno durante la última jornada, tenemos que Rusia ha vuelto a lanzar numerosos drones suicidas sobre distintas partes del territorio ucraniano, si bien por el momento no hay recuento oficial. En cualquier caso, se ha hablado de explosiones en Ternopil y Khmelnitsky, así como de la acción de los sistemas antiaéreos en Odesa, entre otros. También en Kiev.

Del lado contrario, la actividad de los antiaéreos rusos ha sido intensa en las últimas horas, especialmente en las regiones fronterizas con Ucrania, aunque se habrían derribado drones incluso en la región de Moscú. A pesar de ello, ha ardido parte de un depósito de petróleo perteneciente a la empresa Lukoil en la región de Nizhny Novgorod, así como otro en Orel. Además, la Fuerza Aérea ucraniana habría alcanzado el petroleo ruso «Mechanik Pogodin», posiblemente con una bomba planeadora.

Dicho esto, y pasando a los combates y a los movimientos, tenemos escasas novedades, al menos en el sector más septentrional del frente, aunque se han registrado nuevamente ataques rusos y contraataques ucranianos al oeste de Kreminna, en dirección a Terny, así como en Bakhmut.

Distinta es la situación a poniente de la ciudad de Donetsk, en donde el Ejército ruso, mientras sigue moviendo fuerzas a Avdiívka para intentar nuevos avances en el futuro, intenta conseguir avances en Pervomaiske. También en los alrededores de Mariínka, tanto en Krasnohorivka al norte, como en la zona de Pobjeda y Novomykhailivka al sur.

Por otra parte, se han vuelto a registrar ataques rusos hacia Robotyne, en el antiguo eje de Orijiv, aunque como en ocasiones anteriores están suponiendo importantes bajas y los ucranianos se retiran preventivamente a líneas más atrasadas cuando Rusia ataca, para contraatacar cuando las columnas han sido laminadas en su avance.

De hecho, en relación con esto, si en algo se está notando la llegada de Syrsky es, precisamente y como se esperaba, en que la actitud ucraniana, incluso en defensiva estratégica, es más proactiva, con constantes contraataques y uso de las reservas.



Contexto internacional, diplomacia y sanciones

Pasando al apartado internacional, y a riesgo de resultar repetitivos, toca hablar nuevamente de las palabras de Macron a propósito del envío de tropas a Ucrania. En esta ocasión, ha sido Zelenski quien se ha pronunciado, asegurando que esto no implicaría combates, sino únicamente entrenamiento, afirmando que «sus hijos no morirán en Ucrania» durante una entrevista concedida a Le Monde y a BFM-TV. Entrevista en la que, por cierto, ha dicho que la situación en el frente es mejor que hace tres meses.

En relación, también, en las próximas horas tendrá lugar en Francia, concretamente en la Asamblea Nacional, un debate sobre la ayuda militar a Ucrania que se espera intenso, pues sin duda habrá referencias al presidente francés y a sus palabras de las pasadas semanas, que muchos en la oposición han criticado duramente en los últimos días. Durante la misma se espera que se vote el acuerdo bilateral de seguridad firmado el pasado día 16 de febrero entre Ucrania y Francia y que debe ser ratificado por las cámaras.

Otras noticias que se repiten son las relacionadas con las declaraciones del Papa Francisco. En esta ocasión, porque el representante del Vaticano en Kiev ha sido convocado por el Ministerio de Exteriores ucraniano para que ofrezca explicaciones. Desde Ucrania, por supuesto, siguen negándose a conceder ninguna tregua o a iniciar unas conversaciones que solo darían tiempo a Putin para prepararse mejor.

Eso a la vez que reciben apoyo por parte del secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, quien considera que no es el momento de hablar de «banderas blancas»: “Lo que sucede en torno a una mesa de negociaciones está indisolublemente ligado al equilibrio de poder en el campo de batalla (…). Ahora no es el momento de hablar de una rendición de Ucrania. Sería una tragedia para los ucranianos. También sería peligroso para todos nosotros».

En otro orden de cosas, el jefe de la Oficina del Presidente de Ucrania, Andriy Yermak, ha mantenido una conversación telefónica con el asesor de Seguridad Nacional del presidente de los EE. UU., Jake Sullivan. Una vez más, Yermak ha insistido en la necesidad de que la Cámara de Representantes estadounidense apruebe el paquete de ayuda a Ucrania. Todo mientras, desde Hungría, Orban aseguraba que en caso de imponerse Trump en las elecciones de octubre, no concedería ningún tipo de fondos a Ucrania, haciendo así que «la guerra termine».

El ministro de Defensa ucraniano, Rustem Umerov, ha hecho lo propio con el secretario de Defensa estadounidense, Lloyd Austin, en este caso para hablar sobre la próxima reunión del Grupo de Contacto de Defensa de Ucrania, que tendrá lugar en breve. Como es habitual en estos casos, han discutido acerca de las necesidades ucranianas en el campo de batalla y la forma de satisfacerlas, de modo que los asistentes puedan acudir a la reunión con una «lista de deseos» actualizada.

Cambiando totalmente de tercio, se ha producido una noticia un tanto sorprendente, pues Ucrania ha iniciado conversaciones con los reguladores europeos y estadounidenses para restablecer los vuelos comerciales entre el país y buena parte de sus aliados. Aunque no es probable que se tome una decisión a corto plazo, ya ha habido incluso aerolíneas occidentales como Ryanair que se han mostrado dispuestas a regresar al mercado ucraniano. Para lo cual, obviamente, se tiene que ver cómo podría gestionarse el espacio aéreo y asegurarse, valga la redundancia, la seguridad de los vuelos comerciales, todo ello mientras la guerra continúa.

Otra noticia curiosa tiene que ver con la actividad de la Cruz Roja rusa y su supuesto apoyo a Putin. De hecho, según se ha publicado, el movimiento internacional de la Cruz Roja está bajo presión para tomar medidas contra la Cruz Roja Rusa (CRR) por los estrechos vínculos entre el grupo y la maquinaria de guerra y propaganda del Kremlin. Entre las pruebas aportadas, se habla del papel cardinal del presidente del RRC en una organización “patriótica” pro-Putin o de la participación del RRC en entrenamiento militar para niños, entre otros.

Por último, cerramos también con Rusia, pues los legisladores Konstantin Zatulin y Sergey Tsekov han presentado un proyecto de ley a la Duma estatal que busca invalidar la decisión gubernamental de 1954 de transferir Crimea de Rusia a Ucrania. Por supuesto, la propuesta, de aprobarse, tendría poco impacto pues Rusia ya controla de facto Crimea. Sin embargo, es parte de una campaña mediática llevada a cabo por Rusia como parte de su batalla por el relato, según la cual lo que se intenta es no solo cuestionar la pertenencia a Ucrania de Crimea, sino el mismo derecho de Ucrania a existir como nación independiente. Es más, son muchos los mensajes que se han venido publicando en las últimas semanas al respecto, siguiendo así el hilo de las declaraciones, por ejemplo de Medvedev.
 

ppluy

Forista Senior
Nacho Montes de Oca
@nachomdeo


Tres días antes de las elecciones en Rusia, dos columnas blindadas de insurgentes rusos de la Legión Rusia Libre y el Batallón Siberiano entraron desde Ucrania y ocuparon una región importante de la frontera con los oblast de Kursk y Belgorod

Se reportan combates en las localidades de Lozovaya Rudka en Belgorod y Tyotkino en Kursk Pese a la presencia de tropas rusas en la zona fronteriza, los insurgentes pudieron avanzar al menos una decena de kilómetros dentro del territorio ruso




Estos cuerpos se integran por miles de desertores capturados en el frente y emigrados rusos entrenados y equipados por Ucrania No es la primera incursión que hacen en territorio de su país, pero sí es la primera vez que avanzan con una cantidad importante de equipo pesado

Su número no representa una amenaza para el ejército ruso -salvo que incitasen una muy improbable rebelión -, pero la acción crea un ambiente electoral enrarecido por la lucha dentro del territorio de Rusia, que contradice el discurso triunfalista del Kremlin

Al mismo tiempo, Ucrania lanzó un ataque masivo con drones y averió una usina eléctrica en San Petersburgo, un depósito de combustible en Orel, una refinería en Nizhny Novgorod y otros objetivos en Moscú, Tula, Belgorod, Kursk y Voronezh

Era previsible que Ucrania reservara recursos para arruinar el proceso electoral ruso que ya tiene a Putin como ganador asegurado Por supuesto, Kiev niega haber gestado la incursión terrestre insurgente

Lo cierto es que las acciones en varias ciudades al mismo tiempo y sobre objetivos de gran visibilidad como es el caso de la refinería de Lukoil ardiendo en Nizhny Novgorod, son muy difíciles de ocultar para la propaganda y las columnas insurgentes distraen recursos del frente




Hay un tercer grupo de milicias insurgentes, el Cuerpo de Voluntarios Rusos, que también forma parte del avance sobre el territorio ruso Putin tiene 72 horas para resolver el desafío o realizar elecciones con un caos en la frontera con Ucrania

Recordemos que el 23 de mayo de 2023 hubo una incursión similar en territorio ruso de parte de los mismos insurgentes que retuvo el control de varias localidades por mas de tres días y que las elecciones generales se realizarán entre el viernes 15 y el domingo 17 de marzo




La Legión rusa informó que tras un combate de algunas horas, tomó el control de Tetkino

Gran dilema para Putin y sus apósitos: si acusa a Ucrania por estar detrás de la incursión, admite una situación de fragilidad militar en la que no puede controlar sus propias fronteras Si acusa sedición, admite su legalidad la haber apoyado previamente al secesionismo en Ucrania

Rusia al norte de la frontera con Ucrania es un caos. Esta vez lo disidentes están mucho mejor preparados que en la incursión de mayo el 2023

En cuestión de horas, Rusia perdió el control de una superficie de su territorio similar a la que logró con la toma de Avdiidka en nueve meses de batalla O si se prefiere, las fuerzas equipadas por Ucrania compensaron, al menos por un tiempo, las pérdidas de territorio Ajedrez 6D
 

Coconut

Clan Leader
Oficialmente. Estados Unidos ha asignado un nuevo paquete de ayuda de 300 millones de dólares a Ucrania, dijo el representante de la Casa Blanca, Sullivan. Contiene proyectiles de artillería y misiles GMLRS a HIMARS





Defensa de Ucrania
@DefensaU


Estados Unidos anunció un importante paquete de asistencia de seguridad para Ucrania por valor de 300 millones de dólares. ¡Gracias América! Agradecemos su apoyo en nuestra lucha contra la agresión rusa. Las capacidades del nuevo paquete incluyen:

Misiles antiaéreos Stinger
Municiones adicionales para HIMARS
Proyectiles de artillería de 155 mm
Proyectiles de artillería de 105 mm
Sistemas antiblindaje AT-4 Munición
adicional para armas pequeñas Municiones
de demolición para despejar obstáculos
Repuestos, mantenimiento y otros equipos auxiliares . ¡Juntos, hacia la victoria!

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