Joni Askola
@joni_askola
Rusia está perdiendo la guerra que inició en Ucrania. He aquí por qué:
Rusia no logra alcanzar sus objetivos estratégicos de desmilitarización y desnazificación, que requieren un cambio de régimen forzado en Ucrania. Ucrania es más soberana y está más militarizada que antes de la guerra.
Rusia ocupaba alrededor del 30% de Ucrania a finales de marzo de 2022. Tres años y aproximadamente 900.000 bajas después, ocupa el 19% del país. Rusia no ha logrado nada, pero este nada ha tenido un coste enorme.
Ucrania controlaba 23 capitales regionales y ciudades con estatus especial al inicio de la guerra a gran escala. Aún las controla. Rusia no ha logrado invadir ninguna de estas ciudades clave, lo cual constituye un fracaso rotundo.
Rusia pierde mucho más equipo del que puede producir. Ha utilizado las enormes reservas de equipo soviético que heredó para cubrir la escasez. Esas reservas soviéticas se están agotando, y no hay forma de cubrirla con nueva producción.
La guerra no es sostenible económica ni demográficamente para Rusia. Su economía se está sobrecalentando debido a la falta de mano de obra, el aumento del gasto público y las sanciones. Rusia incluso ha tenido que aumentar su tipo de interés de referencia al 21%.
Trump puede intentar salvar a Rusia, y hay niveles de éxito y fracaso, pero Rusia no alcanzará sus objetivos estratégicos en esta guerra. Puede ocupar un poco más de territorio y prolongar la guerra y el sufrimiento, pero no más.
¡Europa necesita intensificar sus esfuerzos! Trump lleva semanas en el poder, y podemos y debemos hacerlo mejor de lo que hemos hecho. En lugar de centrarnos en las fuerzas de paz de posguerra en una guerra que no está a punto de terminar, debemos centrarnos en ayudar a Ucrania ahora.
Si a alguno de nosotros nos hubieran dicho en marzo de 2022 que la situación sería como es más de tres años después, todos nos habríamos sorprendido y lo habríamos visto como una enorme victoria ucraniana y una derrota rusa.