Tiene nada menos que 24 réplicas de los coches de A todo gas. Su nombre es Jorge, vive en Alberta, Canadá, y, siendo aficionado a las películas de Dom y compañía, pensó en hacerse con un coche y modificarlo para que se pareciera a lo visto en el cine. Una vez empezó, no pudo parar y su garaje se ha ido ampliando de manera continua con coches cada vez más espectaculares.
Y es que, a juzgar por lo que se ve en el vídeo, las réplicas están muy bien hechas y son muy respetuosas con los originales. Además, no falta ni uno de los imprescindibles: el Charger de Toretto, el Mitsubishi Eclipse de Bryan en la entrega original, su Lancer Evo y GT-R de la secuela, el Eclipse descapotable de Roma en la misma película, el Volkswagen Jetta de Jesse, ellos RX-8, RX-7, 350Z y Evo de Tokyo Drift; modelos aparecidos en las entregas más recientes, como varios Porsche o un Subaru Impreza…
Lo cierto es que cuesta imaginar cuanto dinero ha invertido en la colección más allá de que claramente ha sido muchísimo. Sin embargo, como cuenta en el vídeo, se dedica a la compraventa de coches, incluida la importación de modelos japoneses, lo que parece que le aporta suficiente músculo financiero para seguir con su afición.
Aunque la colección ya es impresionante en su estado actual (seguramente sea la mayor de todo el mundo en manos de un coleccionista privado), Jorge tiene previsto seguir ampliándola y calcula que finalmente se quedará en 35 ejemplares. El próximo en sumarse a la familia (como diría Toretto) será el Honda S2000 rosa que Suki condujo en 2 Fast 2 F