Más problemas de los previsibles en WILLIAMS.
En las primeras carreras de la temporada, fueron sobre todo los problemas operativos los que lastraron al equipo, como los errores cometidos en Miami -donde Sainz montó los neumáticos equivocados en la sprint, lo que también afectó a la carrera del domingo- o la estrategia fallida en Imola, de nuevo en su detrimento.
Lo que preocupa ahora
es la fiabilidad,
especialmente en lo que se refiere a las temperaturas, como demuestran los problemas de Albon en Austria. Ya hace quince días, en Montreal, se vio obligado a abandonar debido al sobrecalentamiento de la unidad de potencia.
Después de que el capó del motor hubiera "explotado" en Canadá,
James Vowles explicó que el fallo se había debido a una modificación realizada en ese mismo elemento unas carreras antes. Sin embargo, con la actualización se habían debilitado algunos puntos estructurales, ¿? provocando dicha rotura.
Tres abandonos consecutivos...
Es el mismo coche de principios de año, y era mucho más fiable al principio de la temporada.
El problema de la temperatura es cada vez más importante, no sólo para la fiabilidad,
sino también para el rendimiento. En las últimas carreras los rivales han mejorado, mientras que el FW47 ya no disfruta de la ventaja que tenía a principios de año.
El nuevo monoplaza también hereda de los coches del pasado las
dificultades para mantener vivos los neumáticos, sobre todo los más blandos. Cuanto más sube la temperatura del asfalto, más problemas tienen los Williams.
Sin embargo, ahora que los rivales están introduciendo actualizaciones, mientras que el equipo de Grove ya está centrado en 2026, ciertos problemas -como la gestión de la temperatura y la sensibilidad al viento, que nunca se han resuelto realmente- empiezan a cobrar cada vez más relevancia.