Porsche, con una estrategia de paradas estiradas y sin cometer errores, mantuvo vivas sus opciones hasta el final gracias al buen hacer del 911 GT3 R nº 6.
Mientras tanto en Ferrari hubieron fallos y las órdenes de equipo dejaron fuera del podio a Miguel Molina, dando prioridad descaradamente al 51 sobre el 50.