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MORBIDELLI 125
Ángel Nieto la pilotó tras ganar dos mundiales de 125 con Derbi en sustitución del fallecido Gilberto Parlotti
En España el nombre de Morbidelli va íntimamente unido al de Ángel Nieto. Al fin y al cabo, cuando este piloto fichó por la marca italiana estaba en una de las cimas de su carrera, viniendo de ganar dos años consecutivos el Mundial de 125 con Derbi. Una carrera al alza que contrastaba con la del piloto al que vino a suplir, tristemente fallecido la temporada anterior al sufrir un aparatoso accidente en el trazado de la Isla de Man. No obstante, de cara a poner luz y contexto sobre cómo Ángel Nieto pasó de Derbi a Morbidelli será mejor ir paso a paso.
Para empezar, lo primero que hemos de tener en cuenta al hablar sobre este fabricante italiano es la pasión. Y es que no se nos ocurre otra palabra para definir su génesis, ya que Giancarlo Morbidelli – su fundador en Pesaro – ya tenía de sobra hecha una trayectoria profesional de éxito. Dedicado al mundo de las herramientas para trabajar la madera, su fábrica empleaba a más de 300 trabajadores, siendo una referencia para el utillaje industrial en Italia. Sin embargo, su pasión siempre se había centrado en todo lo relativo al motociclismo. Por ello, en 1969 hizo debutar a su equipo en el Mundial de 50 centímetros cúbicos para al año siguiente ganar su primera carrera en el de 125.
Un año en el que la Suzuki de Dieter Braun adelantó a la Derbi de Ángel Nieto en la clasificación de aquella cilindrada, siendo una piedra más en el progresivo camino de hegemonía tomado por las motocicletas niponas. No obstante, volviendo a Morbidelli la verdad es que los resultados eran alentadores. Especialmente si los encuadramos dentro de las aspiraciones propias de una pequeña escudería cuasi artesanal, aunque tan detallista como para encargar a torneros la realización de válvulas con diseño propio para mejorar los bloque motor de serie utilizados. Una forma de hacer las cosas llena de precisión que, sin embargo, encontró en 1972 un duro golpe. La muerte de su piloto estrella Gilberto Parlotti.
Morbidelli y Ángel Nieto, cuando llegas en el momento más duro
Para comienzos de los años setenta muchos pilotos del Mundial ya se estaban negando en redondo a disputar el TT de la Isla de Man debido a la enorme inseguridad de este trazado. Sin embargo, con el ánimo de rascar algunos puntos que le permitieran ir por delante de Ángel Nieto en la clasificación, Gilberto Parlotti decidió participar con ahínco en la edición de 1972. Así las cosas, y en medio de unas condiciones climáticas adversas, la Morbidelli 125 de Gilberto Parlotti acabó estrellada durante la segunda vuelta.
Un terrible accidente a cuyas heridas el italiano no pudo sobrevivir, produciendo un amplio efecto en el debate sobre seguridad que ya se había encendido en el Mundial años antes. De hecho, Giacomo Agostini se negó a correr más en el TT de la Isla de Man u otras carreras en circuitos similares, mientras que la FIM actualizada el reglamento sanitario para incluir la obligatoriedad de contar con helicópteros medicalizados para la realización de traslados inmediatos al hospital más próximo.
Bajo este contexto, Ángel Nieto se alzaba como campeón de 125 a lomos de su Derbi, cambiando de cara a 1973 a las filas del equipo Morbidelli. Desgraciadamente, la Morbidelli 125 de aquella temporada no estuvo a la altura del vigente campeón del mundo, distanciándolo de lo más alto del cajón para ver cómo, durante dos años seguidos, el título de pilotos era para Kent Andersson con su Yamaha.
Sin embargo, Morbidelli consiguió superar la vergüenza de no poder dar una máquina efectiva a Ángel Nieto – cuando éste atravesaba uno de los mejores momentos de su carrera – poniendo todo en orden para la temporada de 1975. Ahora con Paolo Pileri como jefe de filas, logrando hacerse con el título de pilotos para inaugurar un triplete de Morbidelli continuado por Pier Paolo Bianchi en 1976 y 1977. Tres años que, sumados a los dos campeonatos sucesivos de Derbi con Ángel Nieto en 1971 y 1972 sirvieron para conjurar el dominio ejercido por las marcas japonesas durante la década de los sesenta con los diez títulos conseguidos por pilotos manejando monturas de Honda, Suzuki, Yamaha y Kawasaki.
Ángel Nieto la pilotó tras ganar dos mundiales de 125 con Derbi en sustitución del fallecido Gilberto Parlotti

En España el nombre de Morbidelli va íntimamente unido al de Ángel Nieto. Al fin y al cabo, cuando este piloto fichó por la marca italiana estaba en una de las cimas de su carrera, viniendo de ganar dos años consecutivos el Mundial de 125 con Derbi. Una carrera al alza que contrastaba con la del piloto al que vino a suplir, tristemente fallecido la temporada anterior al sufrir un aparatoso accidente en el trazado de la Isla de Man. No obstante, de cara a poner luz y contexto sobre cómo Ángel Nieto pasó de Derbi a Morbidelli será mejor ir paso a paso.
Para empezar, lo primero que hemos de tener en cuenta al hablar sobre este fabricante italiano es la pasión. Y es que no se nos ocurre otra palabra para definir su génesis, ya que Giancarlo Morbidelli – su fundador en Pesaro – ya tenía de sobra hecha una trayectoria profesional de éxito. Dedicado al mundo de las herramientas para trabajar la madera, su fábrica empleaba a más de 300 trabajadores, siendo una referencia para el utillaje industrial en Italia. Sin embargo, su pasión siempre se había centrado en todo lo relativo al motociclismo. Por ello, en 1969 hizo debutar a su equipo en el Mundial de 50 centímetros cúbicos para al año siguiente ganar su primera carrera en el de 125.
Un año en el que la Suzuki de Dieter Braun adelantó a la Derbi de Ángel Nieto en la clasificación de aquella cilindrada, siendo una piedra más en el progresivo camino de hegemonía tomado por las motocicletas niponas. No obstante, volviendo a Morbidelli la verdad es que los resultados eran alentadores. Especialmente si los encuadramos dentro de las aspiraciones propias de una pequeña escudería cuasi artesanal, aunque tan detallista como para encargar a torneros la realización de válvulas con diseño propio para mejorar los bloque motor de serie utilizados. Una forma de hacer las cosas llena de precisión que, sin embargo, encontró en 1972 un duro golpe. La muerte de su piloto estrella Gilberto Parlotti.

Morbidelli y Ángel Nieto, cuando llegas en el momento más duro
Para comienzos de los años setenta muchos pilotos del Mundial ya se estaban negando en redondo a disputar el TT de la Isla de Man debido a la enorme inseguridad de este trazado. Sin embargo, con el ánimo de rascar algunos puntos que le permitieran ir por delante de Ángel Nieto en la clasificación, Gilberto Parlotti decidió participar con ahínco en la edición de 1972. Así las cosas, y en medio de unas condiciones climáticas adversas, la Morbidelli 125 de Gilberto Parlotti acabó estrellada durante la segunda vuelta.
Un terrible accidente a cuyas heridas el italiano no pudo sobrevivir, produciendo un amplio efecto en el debate sobre seguridad que ya se había encendido en el Mundial años antes. De hecho, Giacomo Agostini se negó a correr más en el TT de la Isla de Man u otras carreras en circuitos similares, mientras que la FIM actualizada el reglamento sanitario para incluir la obligatoriedad de contar con helicópteros medicalizados para la realización de traslados inmediatos al hospital más próximo.
Bajo este contexto, Ángel Nieto se alzaba como campeón de 125 a lomos de su Derbi, cambiando de cara a 1973 a las filas del equipo Morbidelli. Desgraciadamente, la Morbidelli 125 de aquella temporada no estuvo a la altura del vigente campeón del mundo, distanciándolo de lo más alto del cajón para ver cómo, durante dos años seguidos, el título de pilotos era para Kent Andersson con su Yamaha.

Sin embargo, Morbidelli consiguió superar la vergüenza de no poder dar una máquina efectiva a Ángel Nieto – cuando éste atravesaba uno de los mejores momentos de su carrera – poniendo todo en orden para la temporada de 1975. Ahora con Paolo Pileri como jefe de filas, logrando hacerse con el título de pilotos para inaugurar un triplete de Morbidelli continuado por Pier Paolo Bianchi en 1976 y 1977. Tres años que, sumados a los dos campeonatos sucesivos de Derbi con Ángel Nieto en 1971 y 1972 sirvieron para conjurar el dominio ejercido por las marcas japonesas durante la década de los sesenta con los diez títulos conseguidos por pilotos manejando monturas de Honda, Suzuki, Yamaha y Kawasaki.