Daniele
@HartreeFock
Las armas de ataque de largo alcance (LRS) han surgido como un elemento crítico en la estrategia de guerra de Ucrania, permitiendo ataques de precisión contra la infraestructura militar, la logística y las estructuras de comando rusas.
Las armas de ataque de largo alcance tienen un impacto estratégico más allá del campo de batalla, ya que apuntan a lugares críticos detrás de las líneas enemigas. Sus principales funciones incluyen la lucha contra la población, la interdicción estratégica, el contraliderazgo y la lucha contra la fuerza.
https://tochnyi.info/2024/11/reaching-further-and-without-limits/…
En un radio de 300 km, nuestro mapa destaca numerosos objetivos de alto valor concentrados a lo largo de la frontera occidental de Rusia y adyacentes a Ucrania. Entre ellos se incluyen depósitos de munición críticos, como los que se encuentran cerca de Belgorod y Kursk, que son vitales para abastecer las operaciones de primera línea.
En este radio de acción también se encuentran varias subestaciones ferroviarias, que constituyen nodos esenciales para la logística y el transporte de tropas y suministros. Además, podrían ser atacadas bases aéreas clave como las de Shaykovka y Voronezh Malshevo, donde se encuentran los Tu-22M3 y Su-34, respectivamente.
En cuanto a la producción de petróleo, en las regiones suroccidentales de Rusia hay al menos cinco refinerías con una producción combinada de 31,3 Mton/año.
La ampliación del alcance a 560 km permite realizar ataques a mayor profundidad en las regiones centrales de Rusia. Cabe destacar que el 68.º GRAU del Arsenal y el 50.º GRAU del Arsenal son de considerable importancia debido a la presencia de 18 ECM de la era soviética y un sitio de producción ubicado adyacente.
Se podrán acceder a bases aéreas clave, como las cercanas a Ulyanovsk, así como a subestaciones ferroviarias esenciales para el transporte. Además, en esta zona se encuentran tres refinerías de petróleo, que producen anualmente 36,3 millones de toneladas de petróleo.
Con 700 km, el alcance se amplía drásticamente para cubrir activos estratégicos en el interior de Rusia, incluidas áreas cercanas a Moscú, Ekaterimburgo y el mar Caspio. Entre los principales objetivos se incluyen los grandes depósitos de munición en los alrededores de Moscú.
Lucha contra la población: disuasión mediante represalias La guerra moderna suele tener como blanco la moral y la infraestructura de los civiles, como lo demuestran los ataques de Rusia a las redes eléctricas y las instalaciones de calefacción de Ucrania. Se calcula que solo el período de 2022 le costó a Ucrania 9.000 millones de dólares [2]
Cabe destacar que en 2023, el uso de misiles y drones ha experimentado una tendencia similar: el Shahed-136 representó el 58% de todos los ataques en la segunda mitad del año, lo que permite a Rusia almacenar misiles de crucero para la campaña contra la infraestructura eléctrica.
El uso continuado de armas de ataque de largo alcance ha afectado gravemente a la capacidad de generación de energía de Ucrania. Desde principios de 2024, la intensificación de los ataques ha eliminado alrededor de dos tercios de la capacidad energética de Ucrania anterior a la guerra.
El LRS puede tener un impacto significativo en las cadenas de suministro rusas al atacar las rutas logísticas y los depósitos de suministros, ya que las fuerzas rusas dependen de largas líneas de suministro desde su territorio hasta Ucrania.
Es importante entender cómo funciona la logística rusa a distintas distancias de la línea del frente, y un buen resumen se puede encontrar en la imagen elaborada aquí por Tochnyi basada en una publicada por
@Maciej_Korowaj
Un sistema logístico estratificado, dividido en zonas de primera línea (0-85 km), de cercanía al frente (85-150 km) y de logística profunda (150-300 km). La logística de primera línea es muy dinámica, y los suministros, como municiones y combustible, se entregan desde centros de apoyo de servicio de combate (CSS) en un radio de 50 km.
En la zona cercana al frente (85-150 km), la logística depende de centros de suministro más grandes que apoyan a las unidades de nivel de división y cuerpo. Las operaciones ferroviarias y de camiones garantizan el transporte de hasta 50 vagones de suministros, y los camiones realizan entre 3 y 4 viajes diarios.
Más allá de los 150 km, en la zona logística profunda, los depósitos centrales de almacenamiento [5] gestionan vastas reservas (hasta 5.000 vagones). Las redes ferroviarias son la columna vertebral, ya que mueven cantidades masivas de suministros mediante trenes de 700 metros de largo que en algunos casos transportan hasta 15.000 toneladas.
Todo este sistema ya se ha visto sometido a una gran presión debido a los ataques con drones FPV (First Person View), que han provocado un gran aumento en el número de ataques observados contra camiones y vehículos de transporte. Los dos gráficos siguientes muestran los datos recopilados por Andrew Perpetua y su equipo.
Los misiles ATACMS (Sistema de Misiles Tácticos del Ejército), Storm Shadow/SCALP-EG y Taurus son herramientas muy eficaces para perturbar el sistema logístico estratificado de Rusia, en particular en las zonas logísticas profundas y cercanas al frente.
El ATACMS, con un alcance publicado de hasta 300 km, es ideal para atacar centros críticos dentro de la zona cercana al frente (85-150 km), como depósitos de suministros divisionales, estaciones ferroviarias y depósitos de municiones [6].
Storm Shadow y Taurus, con un alcance publicado de hasta 560 y 700 km, respectivamente, pueden llegar a mayor profundidad y atacar depósitos de almacenamiento centrales (150-300 km) y centros ferroviarios esenciales para el transporte de cantidades masivas de suministros. Su precisión lo hace eficaz contra objetivos de alto valor.
Estos misiles permiten una degradación integral de la logística rusa, alcanzando tanto las líneas de reabastecimiento inmediatas cerca del frente como los arsenales más profundos que las reabastecen.
Los ataques a las redes ferroviarias y a los depósitos en la zona logística profunda crean efectos en cascada, ya que interrumpen el transporte masivo de suministros a los centros cercanos al frente, lo que luego afecta las operaciones de primera línea.
El LRS permite a Ucrania atacar los activos militares rusos, como posiciones de artillería y centros de suministro, antes de que sus arsenales lleguen al campo de batalla. Entre los muchos objetivos que se encuentran dentro del alcance se incluye el 120.º Arsenal de GRAU.
Este arsenal es conocido por almacenar distintos tipos de vehículos. Además, este arsenal es un punto clave para la reparación de artillería. Al atacar infraestructuras como esta, Ucrania puede reducir la capacidad ofensiva rusa, lo que aumenta las tasas de desgaste en la línea del frente.
La aplicación de esta estrategia es especialmente importante porque la artillería rusa emplea una amplia gama de calibres de artillería, cada uno adaptado a funciones operativas específicas pero que crea importantes desafíos logísticos.
Una consideración fundamental en el ámbito de la artillería es la compatibilidad de las municiones, en particular dentro de la clase de 152 mm. Si bien podría parecer que todos los sistemas del mismo calibre pueden compartir municiones, no es así.
Por ejemplo, el 2A36 Giatsint-B (remolcado) y el 2S5 Giatsint-S (autopropulsado) utilizan tipos específicos de munición que no son intercambiables con los utilizados por otros sistemas de 152 mm como el 2S3 Akatsiya o el obús D-20.
Otro aspecto a destacar es la reintroducción de sistemas de artillería más antiguos como el D-1 ( 152 mm) y el M-30 (122 mm). Si bien estos sistemas comparten calibres con piezas de artillería más modernas, son fundamentalmente incompatibles en términos de munición.
Estos problemas de compatibilidad plantean importantes desafíos logísticos, en particular en operaciones con unidades mixtas o cuando se depende de existencias que contienen distintos tipos de municiones. Las condiciones de guerra agravan estos problemas, lo que da lugar a cuellos de botella debido a la alta demanda.
La campaña de aviones no tripulados de Ucrania ha logrado resultados significativos en la degradación y desestabilización de los activos rusos mucho más allá de las líneas del frente, centrándose en objetivos clave de infraestructura, logística e industriales en toda Rusia.
Los recientes ataques han tenido como objetivo una amplia gama de instalaciones, como depósitos de municiones, refinerías de petróleo, centrales eléctricas e incluso destilerías de alcohol, afectando gravemente las capacidades logísticas y energéticas de Rusia.
Los drones ucranianos también han causado graves daños en varios depósitos de petróleo, incluidas las instalaciones de las regiones de Rostov y Kirov. El ataque en la provincia de Rostov tuvo como objetivo un depósito donde las explosiones provocaron un gran incendio, lo que paralizó temporalmente las capacidades locales de almacenamiento de combustible.
Los ataques pusieron de relieve el uso por parte de Ucrania de drones de fabricación nacional, que proporcionaban una ventaja tanto en términos de costo como de estrategia. La justificación de Ucrania para esas operaciones iba más allá del daño táctico.
Si bien algunas fuentes sugieren que la producción de las refinerías se recuperó relativamente rápido después de las reparaciones, el costo acumulado de las interrupciones y reparaciones para Rusia fue significativo y las sanciones impuestas por Occidente tuvieron un papel en el retraso de la compra de piezas y componentes [16].
Conclusiones:
La necesidad de proporcionar a Ucrania armas de ataque de largo alcance como ATACMS, Storm Shadow/SCLAP-EG y potencialmente Taurus no es meramente de importancia táctica sino estratégica, ya que combate múltiples dimensiones del conflicto en curso.
Estas armas permiten a Ucrania compensar sus desventajas numéricas y de recursos atacando infraestructuras críticas, logísticas y estructuras de mando en lo profundo del territorio controlado por Rusia.
Al interrumpir las líneas de suministro, degradar el liderazgo y las capacidades de mando del enemigo e impedir las operaciones militares lejos de las líneas del frente, el LRS puede remodelar la dinámica del campo de batalla en favor de Ucrania.