Os cuento una historia real que nos ocurrió el 31 de diciembre de 1990 con un Scirocco, totalmente preparado hasta arriba, asientos Recaro, interior pintado color Nacar, pintura exterior Nacar, compresor motor, etc...Estaba nuevecito, ese motor ronroneaba como un jóven tigre.
Estabamos celebrando la noche vieja en Suiza, Ginebra, y un colega se dió cuenta que se dejó su cartera con el dinero en su casa. Pues, le pidió prestado el Scirocco a un amigo para ir a unos 15 minutos del lugar, estabamos en un gran restaurante... .
Este colega iba más bien mareado, a pesar de ello decidió conducir. Unos diez minutos más tarde recibimos una llamada, que fuesemos todos hacia el lugar dónde acababa de estrellar el Scirocco violentamente, todos fuimos en coches diferentes hacia la rotonda dónde supuestamente estaba estrellado el coche.
Una vez llegado a la rotonda, no vimos ningún coche, el colega había impactado contra la rotonda, haciendo que el coche volase hasta un invernadero de plástico, en un montículo colindante. #-o
El Scirocco tenía las dos ruedas delanteras totalmente encastradas en las puertas delanteras, todo el tren delantero se había desgarrado.
Nuestro colega, además de ir bebido, no tenía carnet, y el coche no estaba asegurado. Literalmente destrozado, no se pudo arreglar.