No te creas, el otro día tuve que aguantar a un tonto en un atasco porque quería que me arrimara mas al de delante. De verdad que no me lo podía creer. Si no nos podíamos mover, a donde cojo... quería ir el muy bobo.
¡Huy, si yo te contara! Que también es cierto que la mayoría de los comentarios son amables y simpáticos pero que, de vez en cuando, dejan sueltos a los australopitecus y te entran ganas de sajar y acuchillar como si no hubiera un mañana. Cosas del tipo "¿Ande vas con tanto coche? ¿Necesitas ayuda?" o los que se paran a tu lado en el semáforo y exclaman "¡Anda, si lo lleva una tía!"...
O, hace un par se semanas, que volvía a casa un viernes tarde, más feliz que una perdiz por la autopista a eso de 130 0 140 km/h y me adelanta un Dacia Logan, más cascao que el ayuntamiento de Mariupol (no sé si yo lo habia adelantado antes o no), echando humo blanco por el escape (creo que era un diesel y eso no es buena señal), ajogaíto perdío. Y me digo que bueno, que allá va esa máquina, que los dioses lo amparen; y unos kilómetros más adelante me paro en la estación de servicio de El Fantasma a tomarme una cocacola y me lo veo allí parao, soltando líquido por los bajos como si lo fueran a prohibir... y claro, me sale la vena mala y aparco a su lado, con los dos jambos mirándome, y me bajo, los miro y les digo: "¡Huy, eso tiene mala pinta!"... y bueno, las caritas (que ya cara a cara, sin la seguridad de estar en un coche en marcha, ya no son tan ocurrentes) de querer llamarme de mala pécora para arriba..
En fin, que esta semana que se ha quedao el Zetilla en casa y llevo tres días con el Citronello... como si fuera invisible, oye.


