Un año sin carné para un coruñés que circuló en Ourense a 243 kilómetros por hora
Conducía su Volkswagen Golf por una vía con el límite a 120
La Audiencia Provincial de Ourense ratificó la sentencia de un juzgado de lo penal que había condenado a un coruñés a una multa de mil euros y a un año sin carné por circular a 243 kilómetros por hora por una carretera cuyo límite era de 120.
El conductor fue captado por un radar el 22 de noviembre del año pasado cuando circulaba por el kilómetro 207 de la autovía A-52 (Benavente-Porriño), a su paso por Allariz. Pese a que la vía tenía varias señales verticales a ambos lados de la carretera bien visibles y que limitaban la velocidad a 120, el cinemómetro arrojó 243 kilómetros por hora, según se dice en la sentencia. Metros después, el hombre fue obligado a echarse al arcén por la Guardia Civil. Los agentes le hicieron ver que acababa de cometer un delito contra la seguridad vial.
Llegados al juicio, el conductor alegó que no era él quien iba a tan alta velocidad por aquella autovía, sino otro conductor. Se basaba en la fotografía del radar, que en blanco y negro no dejaba apreciar si era o no su matrícula. Incluso se veía otro coche, cuyo conductor bien pudiera ser el que cometió la infracción.
El juez no le dio credibilidad. Primero, por el testimonio de un guardia civil, que aseguró que en las imágenes en color sí se ve que la matrícula del vehículo que iba a gran velocidad era el suyo y no de un tercero. Además, ese automóvil del que habla el ahora condenado circulaba a mucha distancia.
También intentó su absolución esgrimiendo que el aparato medidor no había pasado la revisión, cosa que el juez también descartó.
Conducía su Volkswagen Golf por una vía con el límite a 120
La Audiencia Provincial de Ourense ratificó la sentencia de un juzgado de lo penal que había condenado a un coruñés a una multa de mil euros y a un año sin carné por circular a 243 kilómetros por hora por una carretera cuyo límite era de 120.
El conductor fue captado por un radar el 22 de noviembre del año pasado cuando circulaba por el kilómetro 207 de la autovía A-52 (Benavente-Porriño), a su paso por Allariz. Pese a que la vía tenía varias señales verticales a ambos lados de la carretera bien visibles y que limitaban la velocidad a 120, el cinemómetro arrojó 243 kilómetros por hora, según se dice en la sentencia. Metros después, el hombre fue obligado a echarse al arcén por la Guardia Civil. Los agentes le hicieron ver que acababa de cometer un delito contra la seguridad vial.
Llegados al juicio, el conductor alegó que no era él quien iba a tan alta velocidad por aquella autovía, sino otro conductor. Se basaba en la fotografía del radar, que en blanco y negro no dejaba apreciar si era o no su matrícula. Incluso se veía otro coche, cuyo conductor bien pudiera ser el que cometió la infracción.
El juez no le dio credibilidad. Primero, por el testimonio de un guardia civil, que aseguró que en las imágenes en color sí se ve que la matrícula del vehículo que iba a gran velocidad era el suyo y no de un tercero. Además, ese automóvil del que habla el ahora condenado circulaba a mucha distancia.
También intentó su absolución esgrimiendo que el aparato medidor no había pasado la revisión, cosa que el juez también descartó.
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