En el mundo camper, como en todo en esta vida, hay niveles y, mientras que la mayoría tienen que conformarse con escalones de acceso o medios, otros se pueden permitir acampar en, básicamente, una casa sobre ruedas como es el TruckHouse BCT Overlander. Este modelo está desarrollado sobre un Toyota Tacoma, con una estructura fuertemente modificada que, tras la cabina, cuenta ahora con un habitáculo y, sobre ésta, adopta un formato “capuchino” para maximizar el espacio. El preparador anuncia una gama con tres niveles de acabado de base, cada uno con unos estándares de camperización pensados para distintos tipos de usuarios (desde los más casuales a los que no paran de viajar), pero que a la vez pueden combinarse con multitud de opciones de personalización para que cada cual pueda dejar a su gusto su vehículo. La creación de cada ejemplar lleva unas 1.000 horas de trabajo para finalizarse, algo que debe a que opera sobre la práctica totalidad de elementos del pick-up. Así, se instala una suspensión específica con más recorrido, bloqueos de diferencial en ambos ejes y se refuerza el sistema de frenos. La estructura de la “casa” está reforzada con fibra de carbono para mejorar su resistencia y rigidez sin añadir demasiado peso extra y dentro el espacio es realmente amplio, con una altura interior de 1,9 metros. No falta nada de lo que se puede pedir a un trabajo de este tipo: dormitorio con cama de matrimonio, completo baño, salón con una mesa que puede convertirse en otra cama, cocina con dos fogones, fregadero, nevera con congelador, etc. Además, es posible elegir entre varios sistemas de baterías adicionales, paneles solares para el techo, suelo climatizado, varias opciones de mejora de rendimiento off-road, distintos motores… Ya se admiten pedidos del TruckHouse BCT Overlander, con un precio de partida de 325.000 dólares (277.000 euros), una cantidad bastante superior a la anunciada cuando se presentó en enero (285.000 dólares, 243.000 euros). Para las variantes superiores todavía no se ha especificado la tarifa. Las reservas implican un depósito de 50.000 dólares (42.632 euros) que no se devuelven en caso de echarse atrás.
Hecho en Japón pensando en tallas americanas (del norte). Aunque ya puestos, mejor ir a lo grande con los Aussies: