Tras el Renault Siete, una SEAT Terra en Japón El creciente interés de los aficionados del país del sol naciente por los coches populares europeos ha provocado que, de vez en cuanto, encontremos modelos españoles allí. por Iván Vicario Martín Si la semana pasada descubrimos un Renault Siete, en esta ocasión hemos conocido la historia de esta SEAT Terra que se encuentra en Japón. ¿Y cómo ha llegado una furgoneta española al país del sol naciente? Aquí entra en juego su propietario, Yuki, quien cuenta sus andanzas en X -antes Twitter- a todo el que quiera conocerlas. Al parecer, también es propietario de un Fiat Panda desde 1994, es decir, desde hace tres décadas. Con estos antecedentes, el normal que se sintiera atraído por otras versiones del popular utilitario italiano. En 1999, ya se interesó por el Fiorino, la furgoneta derivada del Fiat Uno, lo cual deja claro la pasión de Yuki por este tipo de vehículos. Así las cosas, en su perfil de X detalla su primer encuentro con una SEAT Terra, que fue en septiembre de 2001. Curiosamente, servía transporte para los productos del artista dedicado al manga Muneyoshi Tanaka. Años después, concretamente en 2016, vio por primera vez la SEAT Terra que ahora es parte de su pequeño repertorio de clásicos populares europeos. El 30 de septiembre de 2022 se hizo con ella, aunque a continuación estuvo casi dos años parada. Es más, nuestro amigo japonés llegó a pensar en deshacerse de ella, algo que, por fortuna no sucedió. Más bien al contrario, como veremos a continuación. Todo gracias a la ayuda del Garaje Legarsi, donde le ayudaron a restaurarla y también se le hace el mantenimiento. Allí, según vemos en las fotos, acuden dueños de diversos coches europeos. LA TERRA VUELVE A LA VIDA Por lo que hemos podido descubrir, la Terra de Yuki fue vendida originalmente en Francia. Cuando éste se propuso devolverla a la vida, había bastante trabajo por delante, pues incluso se hizo necesario un cambio de motor, ya que el original estaba en mal estado. Además, tenía óxidos en el techo y perdía líquido de frenos, es decir, Se ha hecho una gran labor durante la restauración. Eso sí, como es evidente en las imágenes, hay ciertos elementos que no pudieron encontrarse. Empezando por la parrilla y las luces, que ha heredado de un SEAT Panda, por lo que no terminan de encajar correctamente, pero que hacen el apaño. De ahí que su aspecto exterior remita más a la Trans que a la Terra. Además, los tapacubos también son de origen Fiat, posiblemente de una Fiorino. De hecho, Yuki compró recambios en sitios como Letonia o Polonia y tiró de imaginación. Por ejemplo, adaptó elementos del Fiat 127 o del Autobianchi A112. Consiguió resolver los recurrentes problemas de encendido e incluso ha pasado por la cabina de pintura. En este caso, ha habido que optar del catálogo de pinturas del país, pues se ha usado un color blanco Honda NH-0 Championship White. También se ha saneado el interior, se han cambiado los cristales y marcos Mirándolo con cierta perspectiva, parece casi un milagro que se haya podido restaurar una SEAT Terra en Japón, el mérito es enorme, desde luego. UNA SEAT TERRA POR JAPÓN Tras devolver a la vida a la Terra, Yuki se ha hartado a hacer kilómetros con ella desde el verano pasado. Además, con trayectos realmente largos, como los que son posibles en Japón. La única queja de Yuki es la ausencia de aire acondicionado, lo que le ha animado a instalar y usar todo tipo de cachivaches para refrescarse. En todo caso, el que no se calienta lo más mínimo es el coche, que funciona como un reloj desde su restauración. Además, Terra ha acudido de varias concentraciones de clásicos populares, con frecuencia dedicadas a los modelos europeos o de Fiat/SEAT. Es curioso, porque es un fenómeno creciente en Japón. En apenas unos meses, ha recorrido más de 5.000 kilómetros, por lo que Yuki ya le ha hecho el cambio de aceite, momento que ha aprovechado para añadir algunos aditivos. En total, la SEAT Terra de Japón ya va camino de superar los 150.000 kilómetros, en los que ha podido sacarse fotos con los aviones en el aeropuerto, visitar el Santuario Morii o la Opera Domaine en Osaka. Sin duda, una historia de lo más curiosa para una simpática furgoneta fabricada en Barcelona y que jamás soñó con viajar tan lejos. No os olvidéis de seguir el perfil de Yuki en X para seguir conociendo sus peripecias por el país del sol naciente.
tendrá su mérito hacer eso desde Japon, per vaya ñapa, le ha cambiado intermitentes, capó y parrilla, y los tapacubos sobran, si no llevaba ni eso...
