Renault Fluence fabricado en Argentina

Mario525

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Renault Argentina reunió el jueves pasado a un grupo de periodistas especializados para conocer de cerca el nuevo Fluence fabricado en Córdoba. La condición fue no publicar nada hasta hoy lunes a las 14:30 de Brasil. El plazo se cumplió hace un segundo.

El día y la hora no fueron casuales, porque a esta misma hora se está realizando la presentación regional del Fluence en el Salón de San Pablo. Y el embargo (como se conoce en la jerga periodística a la condición de no publicar una noticia hasta determinada hora) se acaba de levantar.

El lugar elegido para el evento confidencial fueron los galpones de Espacio Godoy, en Palermo. Allí se expusieron dos unidades del nuevo sedán compacto producido en Santa Isabel, tras una inversión de 500 millones de pesos que permitió modernizar por completo la línea de montaje.

Al primer golpe de vista, el Fluence sorprende por sus dimensiones: es enorme y hace que resulte incómodo llamarlo “compacto”. Pero ese es el segmento al que pertenece: en la gama global de Renault/Dacia se posiciona a mitad de camino entre los sedanes chicos Logan/Symbol y el sedán mediano Laguna III (que no llegó a la Argentina).

El Fluence mide 4,62 metros de largo, 1,81 de ancho, 1,48 de alto y tiene una distancia entre ejes de 2,70 metros. El baúl también es muy grande: 530 litros. El Peugeot 408 que se está presentando en San Pablo es todavía un poco más grande, pero el Fluence presenta una línea más fluida (perdón por la redundancia) al ser cinco centímetros más bajo.

Pero que sus dimensiones sean grandes no significa que sea un auto llamativo. Todo lo contrario. Con excepción del pesado Rombo hundido en el capot, el Fluence es un auto de líneas muy discretas. Elegante, pero también anónimo.

Aunque no sea del agrado de todos, esa es la tendencia actual del segmento. Así lo confirman las excelentes ventas del simplísimo Toyota Corolla, mientras que otro referente de la moda casi anodina también debuta en San Pablo: el nuevo Volkswagen Jetta/Vento, que llegará el año que viene a nuestro país.

Con respecto a Renault, quienes busquen un diseño más arriesgado en este segmento podrán optar por los Mégane III Hatchback que la marca prometió importar en el corto plazo desde Europa “un precios muy competitivos”.
Las dos unidades que nos mostraron en Palermo tenían motor naftero 2.0 –aunque le habían quitado las cubiertas de plástico a los propulsores y todos los emblemas, para despistar-, que representan una evolución con respecto al 2.0 que tenía el ya discontinuado Mégane II: se trata de la nueva generación M, con 140 caballos de potencia y 195 Nm de torque. También promete consumos reducidos.

Por supuesto, además habrá una versión 1.6 de entrada a gama y se espera la confirmación de un turbodiesel.

Las principales diferencias entre las dos unidades expuestas estaban en los neumáticos (una con Continental 205/55R17 y otra con Goodyear 205/60R16, ambas con rueda de auxilio Michelin) y en las transmisiones. El Fluence con llantas chicas tenía caja manual de seis velocidades y el de llantas grandes tenía una caja automática CVT (con variador continuo, de seis escalonamientos) de origen Nissan.

Nissan, aliado internacional de Renault, también cedió el tren trasero para el Fluence. La plataforma es una variante estirada del Mégane III europeo, que ya debutó en corea con el nuevo Samsung SM3.

Las plazas delanteras son muy cómodas, con butacas que más bien parecen sillones de comedor. El volante se regula en altura y profundidad. Atrás hay espacio para tres adultos, pero la caída del techo reduce el espacio disponible para la cabeza de los más altos.

En la consola de instrumentos se destaca el navegador satelital con pantalla color incorporada, una solución que también ofrece el Peugeot 408. El sistema del Fluence tiene la particularidad de tener un control remoto, para poder operarlo incluso desde el asiento trasero.

La apertura de puertas y encendido del motor es con tarjeta, como ya ofrecía el Mégane II, pero en el caso del Fluence la tarjeta incluso permite abrir el baúl o las puertas traseras sin destrabar la puerta del conductor.

Las dos unidades mostradas tenían seis airbags, frenos ABS, control de estabilidad y control de tracción, algo que muchos sedanes compactos (como el Ford Focus Exe) no ofrecen ni siquiera e sus versiones más caras. Todavía no se confirmó qué versiones del Fluence traerán este equipamiento.
Y no hay mucho más para agregar, porque fue una demostración estática, igual a la que se está realizando en este mismo momento en San Pablo. La presentación oficial en nuestro país está prevista para fines de noviembre. La entrega de las primeras unidades se realizará a fines de diciembre.

Así, con el motor apagado y en posición estática, si me preguntan qué es lo que más me gustó del Fluence puedo afirmar sin dudarlo: la calidad de terminación y los materiales utilizados. Todos los revestimientos de las unidades expuestas eran en cuero sintético y goma.

Los operarios de Santa Isabel pueden estar orgullosos de la solidez que transmite, en un primer acercamiento, el mejor producto que fabricaron en al menos 20 años.

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