Off Topic Recopilatorio: Curiosidades, humor, ocurrencias, etc. Volumen XXV

Parece mentira y es verdad, si en sociedad difieren de tu modo de pensar no discutas; cambia de conversación.

 

XD

 

¿Te tirarías a la piscina para coger a este bicho? Yo no.

 

Ni de coña, el agua tiene pinta de estar helada.

 

4 de septiembre de 1526, la nao Victoria, la misma que cuatro años antes ha dado la vuelta al mundo con Juan Sebastián Elcano, llega a la actual isla de Guam, en el archipiélago de las Marianas, en el corazón de la Micronesia. Una pléyade de aborígenes salen en sus canoas a recibirles. El aspecto fiero de los nativos apenas inquieta a los tripulantes. Los hombres prefieren morir a manos de los salvajes que prolongar su agonía en la nao Victoria.
De pronto, en una de las canoas, se yergue un hombre melenudo, de aspecto terrible. Y habla: «Buenos días, señores, en buena hora os veo». Y continúa su saludo: «Buenos días, capitán, maestro y toda su buena compañía». Los exploradores españoles se quedan asombrados: «Yo soy gallego, vigués más concretamente, y mi nombre es Gonzalo de Vigo». Atónita, la tripulación observa al hombre. ¿Qué hace un indígena hablando castellano, que dice ser de Vigo, en una isla perdida del Océano Pacífico? Muchos lo creen una alucinación, producto de la fiebre.
Se trataba de un fugitivo de la expedición anterior, la que comenzó Magallanes y terminó Elcano. Había desertado junto a dos portugueses hartos de la sed y del escorbuto que habían diezmado a la tripulación de su nao, la Trinidad. Así que se quedaron en Guam. Estando en aquella isla mataron los indios a sus dos compañeros. Gonzalo de Vigo, por el contrario, se quedó a vivir con los nativos y aprendió su lengua y costumbres. Y, cinco años después, se dio una casualidad increíble. Una nueva nao visitó exactamente la misma isla.
Estatua de Gonzalo de Vigo en su ciudad natal.