La Comisión Europea y los fabricantes de automóviles allanan el camino para modificar la prohibición de vender vehículos de combustión en 2035
Ursula Von der Leyen y los representantes de los constructores de coches y componentes se reúnen en Bruselas y acuerdan trabajar para flexibilizar las normativas
La posibilidad de que se amplíe el plazo para la prohibición de vender vehículos de combustión, más allá de 2035, cobra cada vez más fuerza y abre la puerta a los híbridos.
2 SEPT 2025
Reunion Comisión Europea y sector de la automoción / Comision Europea
Esta es la
tercera reunión que se celebra enmarcada dentro del diálogo estratégico que promueve la propia
Von der Leyen. Las anteriores citas fueron el 3 de marzo y el 30 de enero. Electrificación, competencia y tensiones comerciales presiden el debate de este diálogo. Entre los CEO de los fabricantes más importantes señalar la presencia de
François Provost (nuevo responsable de Renault),
John Elkann (Stellantis),
Oliver Zipse (BMW) y
Ola Kallenius (Mercedes y presidente de ACEA).
La reunión no se ha abierto a los medios de comunicación, pero ha trascendido que los fabricantes de automóviles han vuelto a poner hoy sobre la mesa de negociación estos aspectos clave: Dejar de centrarse únicamente en la
descarbonización de los coches nuevos y acelerar la
renovación del parque automovilístico europeo, que cuenta con más de 250 millones de vehículos, 150 millones de los cuales tienen
más de una década de antigüedad.
Reunion de la Comisión Europea con el sector del automóvil / Comision Europea / Dati Bendo
También han solicitado ampliar los
incentivos de compra para los clientes particulares, así como para los coches y furgonetas de empresa. Otra petición ha ido en el sentido de racionalizar y
simplificar la normativa para que los fabricantes de automóviles y los proveedores sigan siendo rentables y puedan financiar inversiones futuras. Y finalmente, invertir en las
cadenas de valor de las baterías, los semiconductores y las materias primas en Europa para contrarrestar el dominio chino.
Tras la reunión,
Von der Leyen ha manifestado que "estamos protegiendo a las empresas europeas contra la competencia desleal, mejorando el acceso a materias primas esenciales y apoyando a los trabajadores mediante el
reciclaje profesional. También hemos escuchado las preocupaciones del sector y hemos concedido la
flexibilidad correspondiente. Combinaremos la descarbonización y la
neutralidad tecnológica. Ahora, cuando la tecnología transforma la movilidad y la geopolítica remodela la competencia mundial, no puede haber un 'business as usual'. Juntos, garantizaremos que Europa siga a la vanguardia de la innovación automovilística".
El aviso de Draghi
El
límite de 2035 constituye un' totem' medioambiental que cada vez más especialistas consideran fuera de lugar, forma, planteamiento y ejecución. El
informe Draghi constató esa corriente realista de pensamiento. Muy real. Trabajar objetivos medioambientales, en los que se implica a la industria, sin escucharla ni tenerla en cuenta, es un torpedo autolanzado a la línea de flotación del sector en Europa.
Con esa idea, los responsables de los
principales fabricantes del automóvil están tratando de trabajar conjuntamente con la Comisión para alcanzar un acuerdo, bien sea
en forma de moratoria o de libertad tecnológica, encaminado al objetivo final de
cero emisiones para 2050 (forjado en el
Green Deal aprobado en marzo de 2023). Tarea ardua, pero aceptada por todos. El problema son los plazos y el imponer la forma, no el objetivo. Prisa mata, dicen el desierto.
Desde la Comisión parece que están por la labor, sin perder de vista el objetivo final. La propia Úrsula Von der Leyen señaló esta semana en el Parlamento Europeo que su intención de movilizar
1.800 millones de euros para impulsar la producción doméstica de baterías para vehículos eléctricos frente a competidores como China o Estados Unidos. "Lanzaremos un paquete de medidas para impulsar las baterías. Esto supondrá una inversión de 1.800 millones de euros en capital para impulsar la producción en Europa", explicó desde Estrasburgo.
El altavoz de Múnich
El camino está trazado y tras la reunión de hoy pronto se podrían ver cambios. En el
IAA Mobility de Múnich que se está celebrando estos días en la capital bávara, también se ha puesto sobre la mesa los 'peligros' y las 'ventajas' de la nueva era de la electrificación en el sector. «La normativa es demasiado rígida», señaló esta semana
Sigrid de Vries, directora general de la Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles (ACEA).
La asociación ha entrado en la reunión con la esperanza de que la cita suponga "el inicio de un
enfoque político pragmático, más flexible y tecnológicamente neutro para descarbonizar el transporte por carretera y cumplir los objetivos climáticos de París. Para tener éxito, es necesario cumplir todas las prioridades fundamentales de la UE: seguridad económica, competitividad industrial y un marco propicio que convierta a los vehículos de cero emisiones en la opción clara para los ciudadanos y las empresas de todos los segmentos. No se puede tener una cosa sin la otra».
Y es que no olvidemos que el sector da empleo directo e indirecto a
13 millones de personas y genera
el 7 % del PIB europeo. Ventajas: la proliferación de nuevas tecnologías para conseguir baterías más eficientes, ligeras y a la larga, baratas.
Este pasado martes, el canciller alemán
Friedrich Merz se puso del lado del sector, y desde el altavoz del IAA ase postuló por buscar «una normativa europea inteligente, fiable y flexible». La palabra clave es 'flexible', y hoy se ha puesto encima de la mesa. La fórmula para ello es la que se debe explorar. El CEO de Mercedes-Benz y presidente de ACEA,
Ola Kallenius informó a la Comisión que "cumplir los estrictos objetivos de CO2 para turismos y furgonetas para 2030 y 2035 ya no es viable en el momento actual".
Fuentes cercanas a la negociación consultadas por EL PERIÓDICO señalan que la idea podría consistir en
dar unos años más a los fabricantes para cumplir el plazo de 2035 (en forma de moratoria, incluso por países), sin cuestionar el objetivo final. Con ello los fabricantes no tendrían que volver a cambiar sus estrategias industriales y cuestionar las elevadas inversiones que ya han realizado para realizar su transición hacia la electrificación, ya que dispondrían de más tiempo para adaptarse.
En ese contexto hoy se ha vuelto a poner de manifiesto la intención de la Comisión Europea de trabajar y revisar esos objetivos de 2035 en lo que respecta a los
vehículos de bajas emisiones (como los híbridos, que son suma de combustión y electrificación), que los fabricantes desearían poder seguir comercializando más allá de esa fecha.
Eléctricos más baratos
En esta línea de conseguir
mayor capacidad de adaptación a la par que buscar no perder el margen de negocio (pero poniéndolo en un plano secundario), muchos fabricantes europeos parecen empezar a darse cuenta que la electrificación pasa por tener mercado, y el mercado no llega con coches a 40.000 euros. De ahí que apuesten por bajar el listón y buscar modelos
entre 20.000 y 25.000 euros, más pequeños y más asequibles para el ciudadano. El
Grupo Volkswagen es uno de ellos. Y España será su plataforma de lanzamiento con la producción de
cuatro vehículos eléctricos pequeños en las plantas de
Martorell y Landaben. También lo han desvelado en el IAA de Múnich.
La propia
Von der Leyen se refirió a este objetivo en su intervención de esta semana. "Creo que
Europa debería tener su propio coche eléctrico. Porque la UE no puede permitir que China y otros conquisten este mercado. Los coches del futuro deben fabricarse en Europa", afirmó. De lo contario, el tema se agrava. El responsable de industria de la UE,
Stéphane Sejourné ha insistido esta semana en una idea: "El automóvil está en peligro de muerte en Europa". Blanco y en botella.
Ursula Von der Leyen y los representantes de los constructores de coches y componentes se reúnen en Bruselas y acuerdan trabajar para flexibilizar las normativas
www.elperiodico.com