®⚠️☺⚡El día que BMW le robó Rolls-Royce a VW y ésta acabó pagando un pastizal por una marca que no podía usar

cybermad

Clan Leader
Modelo
Z3 2.8 / GR86
Registrado
11 Feb 2008
Mensajes
106.963
Reacciones
94.130

El día que BMW le robó Rolls-Royce a Volkswagen y ésta acabó pagando un pastizal por una marca que no podía usar​

Volkswagen tuvo que pagar 430 millones por Bentley, mientras que BMW se llevó Rolls-Royce por menos de 100 millones​

9 agosto 2025

1200_800.jpeg



Volkswagen, con el nieto de Ferdinand Porsche al frente, Ferdinand Piëch, intentó jugársela a BMW en los años 90. Salvo que la trampa se volvió en su contra y Volkswagen. En 1997, Volkswagen y BMW se enzarzaron en una guerra para comprar Rolls-Royce y Bentley cuando su propietario, el grupo Vickers decidió vender las marcas de lujo.

BMW ya colabora entonces con Rolls-Royce y Bentley como motorista. La firma alemana suministra los V12 de los Rolls-Royce Silver Seraph y Bentley Arnage. Todo apunta a que BMW se quedará con las dos prestigiosas marcas. Era sin contar con el apetito de Ferdinand Piëch por las marcas de lujo europeas.

BMW y Volkswagen en guerra​

BMW tenía el acuerdo casi cerrado con el grupo Vickers cuando Volkswagen entró en escena y puso sobre la mesa 300 millones de libras esterlinas. Era una oferta muy superior a la de BMW. A Bernd Pischetsrieder, el entonces CEO de BMW, sólo le quedaba hacer una oferta superior. Subió la puja a 340 millones de libras esterlinas.

Ferdinand Piëch llevaba tiempo queriendo comprar una marca de gran lujo para poder dar un envoltorio apropiado a una de sus ideas: un motor con cilindros dispuestos en W, tras juntar dos bloques VR6. Todo ello para crear un monstruo de más de 600 CV con el objetivo de lanzar al mercado un coche capaz de superar los 400 km/h sin pestañear y con la comodidad de una limusina.

Ferdinand Piech


Era la época en la que Piëch, genial ingeniero, quería demostrar en todos los frentes la superioridad técnica del Grupo Volkswagen. Qué mejores marcas que Rolls-Royce y Bentley para acoger ese motor. Y obviamente, Piëch no se iba a dejar pisar por esos bávaros que la prensa ya daba por ganadores.

Así que Volkswagen subió la apuesta a 430 millones de libras esterlinas. Y de regalo metió otros 49 millones de libras esterlinas para quedarse con Cosworth vía Audi. Eso debería quitarle las ganas a BMW y a cualquier otro fabricante de seguir pujando y arrebatarle las marcas.

BMW no pudo reaccionar y Volkswagen se llevó para casa Rolls-Royce, Bentley y Cosworth. O eso creía Ferdinand Piëch. Y es que Volkswagen compró la fábrica de Crewe, la marca y los derechos de Bentley, los diseños de los coches y las patentes, los derechos del Spirit of Ecstasy y de la calandra en forma de templo griego de Rolls-Royce. A Piëch sólo le faltan un par de cosas, bastante importantes: los derechos sobre el nombre Rolls-Royce y sobre su logotipo.

1366_2000.jpeg
El V12 de los Rolls-Royce y Bentley era a finales de los años 90 suministrado por BMW.

No es que Vickers se la jugará a Ferdinand Piëch, es que esos derechos no eran suyos y en Volkswagen nadie se dio cuenta de que no estaban en el contrato. Los derechos del nombre comercial y de su logotipo son propiedad de Rolls-Royce PLC, el fabricante de motores de avión.

Bernd Pischetsrieder lo sabía y como en BMW tenían previsto hacerse con las dos marcas, ya habían llegado a un acuerdo con Rolls-Royce PLC para hacerse con los derechos comerciales de la marca y el nombre para automóviles por sólo 40 millones de libras esterlinas.

Así, por una parte, Volkswagen podría fabricar todos los Rolls-Royce que quisiese, pero no los podía llamar Rolls-Royce, y por otra parte, BMW podría vender todos los coches con el nombre de Rolls-Royce que quisiese salvo que se parecerían a todo menos a un Rolls-Royce (recuerda, Volkswagen tenía los derechos sobre la calandra y la Flying Lady).

Vamos, que nadie puede hacer nada con la histórica marca inglesa. Al menos, Volkswagen podría seguir con Bentley. Pues tampoco. El motor del Bentley Arnage es un V12 de origen BMW, el M73 de 5.4 litros de los BMW Serie 7 y Serie 8 de la época. Y BMW avisó que cancelaría en menos de un año el suministro de motores a Bentley si caía en manos de Volkswagen. Piëch estaba pillado.

Hay que ser pragmáticos​

1366_2000.jpeg
Bernd Piteschrieder, a la izquierda en la foto, durante la inauguración de la factoría BMW en Carolina del Sur en 1992.

La guerra entre Volkswagen y BMW es, también, un conflicto entre Ferdinand Piëch y Bernd Pischetsrieder. Ferdinand es entonces el amo absoluto de Volkswagen, un jefe temido e imponente. Bernd es más joven, pero igual de feroz y astuto. Ambos son también muy inteligentes y pragmáticos.

Esta situación no tiene sentido, pues están los dos bloqueados y ninguno de los dos puede sacar el mercado coches con esas marcas. Sobre todo que las ventas de Rolls-Royce cayeron un 30% en los seis primeros meses después de que se hiciera pública la pelea entre los dos fabricantes alemanes. Tenían que negociar.

Seis meses después, ambos fabricantes llegaron a un acuerdo. Volkswagen utilizaría la marca y los logotipos de Rolls-Royce, propiedad de BMW, para fabricar coches de la marca Rolls-Royce entre 1998 y 2002.

1366_2000.jpeg


Por otra parte, BMW seguiría suministrando motores y componentes a los Rolls-Royce producidos por Volkswagen hasta finales de 2002, tras lo cual BMW adquiriría los derechos de las marcas registradas Spirit of Ecstasy y los derechos de la calandra Rolls-Royce por tan sólo 65 millones de dólares.

Desde un punto de vista de desembolso inicial, BMW se la jugó a Ferdinand Piëch. Con menos de 100 millones de libras esterlinas, BMW compró Rolls-Royce, mientras que Piëch pagó 430 millones por Bentley. Y aunque en el acuerdo se llevase la fábrica, tuvo que actualizarla casi al completo para el Continental GT.

1366_2000.jpeg


Todo ello daría tiempo a BMW a levantar una nueva fábrica y una nueva sede, así como lanzar el primer Rolls-Royce totalmente nuevo tras varias décadas con el mismo diseño. Para la anécdota, la factoría de Goodwood está en los terrenos del duque de Richmond, organizador del famoso Goodwood Festival of Speed y del Goodwood Revival y dueño del circuito de Goodwood.

Mientras tanto, Volkswagen levantó una nueva factoría en Crewe e inició el renacimiento de Bentley con el Continental GT de 2003, el superventas de la marca. Se han fabricado desde 2003 cerca de 100.000 unidades del Continental GT, tanto en coupé como descapotable.

1366_2000.jpeg


En cuanto a la marca de prestigio para su motor en W, Piëch se hará finalmente con Bugatti, que renacerá de sus cenizas con el éxito que todos conocemos hoy.

 

-ENRI-

Forista Legendario
Modelo
Ex E46, 718
Registrado
30 Jul 2006
Mensajes
13.120
Reacciones
11.841
Los derechos del nombre comercial y de su logotipo son propiedad de Rolls-Royce PLC, el fabricante de motores de avión.

En Volkswagen nadie se dio cuenta de que no estaban en el contrato.:muro:
 
Última edición:

cybermad

Clan Leader
Modelo
Z3 2.8 / GR86
Registrado
11 Feb 2008
Mensajes
106.963
Reacciones
94.130

Cómo BMW ganó la batalla por Rolls-Royce y reinventó el Phantom​



13 de agosto de 2025

El Rolls-Royce Phantom de séptima generación se exhibirá en el evento de lanzamiento


El camino de BMW para adquirir Rolls-Royce comenzó mucho antes de que el primer Phantom saliera de Goodwood. A principios de la década de 1990, el fabricante de automóviles de Múnich intentó sin éxito comprar participaciones tanto en Rolls-Royce como en Bentley. Una década después, finalmente tuvieron su oportunidad, aunque no sin una complicada batalla con Volkswagen. Al principio, VW se quedó con los diseños, el emblema Spirit of Ecstasy y la famosa parrilla Pantheon, mientras que BMW solo se aseguró el nombre y las marcas registradas de Rolls-Royce . Durante varios meses, pareció que VW podría fabricar automóviles Rolls-Royce utilizando motores de BMW bajo un acuerdo de licencia. Finalmente, ambas partes llegaron a un acuerdo: a partir de 2003, BMW asumiría el control total de Rolls-Royce, mientras que VW conservaría Bentley .

El lanzamiento de la marca Rolls-Royce​

PRIMER ROLLS-ROYCE PHANTOM BAJO PROPIEDAD DE BMW 01

Una vez firmado el acuerdo, BMW se enfrentó a un reto inusual: lanzar un nuevo Rolls-Royce sin un solo diseño ni plano del Silver Seraph anterior. La compañía tenía el nombre, el emblema y la herencia de la marca, pero ninguno de los elementos físicos que hacían a un Rolls reconocible al instante. Eso significó empezar desde cero, reinventando cada línea y detalle desde cero.
El diseñador Ian Cameron se puso a trabajar para adoptar la parrilla Pantheon (que, al principio, estaba prohibida como parte de la propiedad intelectual de la marca) y reimaginar el Spirit of Ecstasy para el primer Rolls-Royce de BMW, el Rolls-Royce Phantom de séptima generación . Reemplazó al Silver Seraph como el sedán de lujo de tamaño completo de Rolls, lo que significaba que necesitaba proporciones épicas que anunciaran con cuánto dinero compartías la carretera. Como tal, el Phantom promocionaba una larga distancia entre ejes, un capó y un techo alto con ruedas y neumáticos altos. Bajo el capó, la estética más grande que la vida continuaba. BMW aburrió y acarició su V12 existente, el N73, a 6,75 litros. El nuevo molino ofrecía 453 caballos de fuerza a 531 libras-pie de torque, con gran parte del torque disponible desde solo 1,000 rpm.

Construyendo intriga​

El primer Rolls-Royce Phantom propiedad de BMW se presenta en la ciudad de Nueva York

Similar a la ofensiva publicitaria de BMW en Estados Unidos con la marca MINI, el debut de Rolls-Royce rebosaba estilo. El coche se estrenó en tan solo tres ciudades: Culver City, California; Miami; y Lyndhurst, Nueva Jersey; en anodinos edificios industriales. Solo se podía ser invitado si un concesionario Rolls-Royce avalaba la visita y acompañaba al visitante. El misterio aumentaba el atractivo, y funcionó. «Tenía un aire a James Bond, y a la gente le encantó», relata Robert Austin, entonces director de comunicaciones de Rolls-Royce para Norteamérica.
El éxito del Phantom fue lo suficientemente fuerte como para que BMW pronto comenzara a trabajar en un Rolls-Royce "de nivel de entrada" más pequeño, el Ghost . Aunque todavía costaba alrededor de $280,000, se comercializó como el Rolls "de todos los días". Como explicó el diseñador Ian Cameron a The New York Times en 2004: "Nuestros propietarios suelen tener un garaje para cinco o seis autos. El Phantom podría ser un esmoquin... [el Ghost], un traje de negocios. El sastre corta la tela de la misma manera, pero el traje es diferente". Hoy, Rolls-Royce vende más de diez veces más autos que en 2003, una transformación que comenzó con el Phantom y las circunstancias extraordinarias de la adquisición de BMW. Lo que comenzó como una oferta fallida en la década de 1990 se convirtió en una de las victorias más estratégicas de BMW, forjada en tensas negociaciones con Volkswagen y la decisión de diseñar un Rolls-Royce completamente desde cero.
 
Arriba