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BMW 1M vs Porsche Cayman GTS 4.0: Conviviendo con ambos
Por qué el BMW 1M y el Porsche 718 Cayman GTS 4.0 son los mejores deportivos analógicos que aún puedes tener
21 de julio de 2025
¿Y si pudieras embotellar la alegría? No la vaga que se encuentra en las citas inspiradoras, sino la alegría real y palpable. La que te brota del pecho cuando las ruedas traseras chirrían al acelerar, o cuando un motor supera las 7000 rpm sin ningún artificio. ¿Y si pudieras guardar esa sensación en tu garaje, no una, sino dos veces?
Hoy en día sobran los coches rápidos. ¿Pero los verdaderamente memorables? Son una especie en extinción. Y, sin embargo, de alguna manera, he terminado con dos coches que me evocan algo profundo cada vez que los conduzco. Uno es ruidoso, potente y travieso. El otro es preciso, equilibrado y una recompensa infinita. Uno surgió de un proyecto bávaro de mala muerte que casi no se materializa. El otro es el canto del cisne de la aspiración natural en un mundo que se encamina hacia los híbridos y el silencio.
El BMW 1M Coupé y el Porsche 718 Cayman GTS 4.0. Dos coches con personalidades muy diferentes. Y, de alguna manera, ambos parecen hechos para gente como yo.
Déjame explicarte.
El 1M: Un error que resultó perfecto
BMW nunca planeó realmente fabricar el 1M. Fue un proyecto clandestino, iniciado por ingenieros que querían algo divertido. Con el nombre en clave "Pyrat", fue una locura desde el principio. Originalmente concebido para tener un motor de cuatro cilindros de alta potencia , la realidad se impuso: BMW no tenía uno. Al menos, ninguno que se acercara a las expectativas de la marca M. Así que los ingenieros se centraron en el N54 , el primer motor de seis cilindros en línea biturbo de BMW, y se preguntaron: ¿Y si lo convertimos en algo completamente desquiciado?
El resultado fue la versión más potente del Serie 1 Coupé E82 jamás fabricada. BMW prometía 335 caballos de fuerza y 332 lb-pie de torque, con un aumento temporal a 369 lb-pie gracias al overboost. Pero eso es solo la hoja de especificaciones. Lo importante es cómo se siente. Hablaremos más sobre eso en un segundo.
La mejor compra que he hecho
Compré el 1M sin siquiera conducirlo. De hecho, lo compré incluso antes de que saliera a la venta. BMW ya había vendido todo su inventario inicial cuando hice mi pedido. Nada de pruebas de manejo. Nada de demostraciones. Solo una ficha técnica, algunas fotos de prensa tempranas y la corazonada de que valdría la pena intentarlo. Nunca he hecho eso con otro coche. Y, sinceramente, no sé si lo volveré a hacer.
Lo que lo hizo aún más especial fue hacer el envío a Europa. Recogerlo en el BMW Welt de Múnich fue una de las experiencias más surrealistas de mi vida. Recuerdo bajar las escaleras, ver el Valencia Orange 1M girando lentamente en el plato giratorio y pensar: «Sí, esto es mío. Ya no hay vuelta atrás».
Ese viaje se convirtió en algo mucho más que una simple camioneta. Terminé llevando el coche al Festival BMW M en Nürburgring , lo que añadió otra capa de recuerdos inolvidables. Imagínense estrenar un coche M nuevo en la autopista y llevarlo al Ring el mismo fin de semana en que miles de fans de M de todo el mundo se reúnen para celebrar la marca. No fueron solo unas vacaciones, fue un hito. Algo que nunca olvidaré.
En mi ciudad natal, Chicago, el 1M siempre me ha parecido una celebridad. Cada vez que lo conduzco, ya sea para ir al trabajo, hacer recados o simplemente dar una vuelta, llama la atención. La gente le toma fotos en los semáforos. Algunos desconocidos me han seguido a los estacionamientos solo para preguntarme qué es. Los niños saludan desde los autobuses escolares. La gente con coche asiente. Incluso quienes no tienen coche lo notan. Y eso no ha cambiado con el tiempo.
Cuadrado, crudo y analógico
¿Por qué? Porque el 1M no es sutil en cuanto a estilo y sonido. Al pisar el acelerador en segunda, la parte trasera se vuelve ligera, sobre todo si el pavimento no está en perfecto estado. Hay mucho par motor, y cuando entra en acción el overboost, lo hace con fuerza y rapidez. No se acumula gradualmente, simplemente impacta. Enseguida te sientes en marcha. La dirección es hidráulica clásica, lo que significa que responde de verdad. Sientes la carga de los neumáticos delanteros, la superficie de la carretera, los cambios de inclinación; todo se transmite a través del volante. No es excesivamente pesado, simplemente honesto. Y si no tienes cuidado, te morderá la lengua rápidamente, sobre todo cuando el pavimento esté frío.
El embrague es ligero, la caja de cambios de seis velocidades es un poco brusca al principio, pero mejora con la familiaridad. Uno se acostumbra, sobre todo con las relaciones largas. El par se acumula con facilidad y el sonido mejora con las revoluciones. El motor tira con fuerza en la banda correcta, ofreciendo una experiencia de conducción muy satisfactoria, incluso en tráfico con frecuentes arranques y paradas.
Comparado con otros coches de alto rendimiento de su época —incluso con los más nuevos—, es sorprendentemente sencillo. No hay modos de conducción ajustables más allá del botón "M" en el volante, que simplemente afina el mapa del acelerador. Eso es todo. Sin ruido de escape falso. Sin trucos digitales, sobre todo porque el mío no tenía pantalla de navegación.
Tengo este 1M desde 2011. He mantenido el kilometraje bajo —unos 48.000 km—, pero en los últimos 5 años se ha convertido en un coche de garaje. Al principio, lo conducía a diario en Chicago. Lo llevaba al trabajo, dejaba a los niños con la sillita del coche abrochada en la parte trasera y recorría a toda velocidad carreteras secundarias siempre que necesitaba desconectar. Ahora, sin duda, lo considero un coche de colección, aunque sé que debería disfrutarse aún más.
Emoción cruda, todos los días
Vivir con el 1M no siempre es fácil. La suspensión es rígida. El escape zumba un poco. Pero nunca es agotador. Lo sientes todo, pero de una manera que enriquece la experiencia. El coche es nervioso, impaciente y un poco enfadado. Es como un oso enjaulado que quiere demostrar que es más fuerte que todo lo demás en la carretera. No lo domesticas. Aprendes a moverte con él.
Y a pesar de todo eso, es sorprendentemente práctico. Cabe en espacios reducidos. Puedes hacer recados en él. Y sí, puedes poner una sillita de coche atrás y llevar a tu hijo al colegio mientras le explicas qué significa "dirección analógica".
No hay nada que parezca artificial. Es crudo, a veces impredecible, y justo lo que les falta a la mayoría de los coches modernos.
El Porsche 718 Cayman GTS 4.0: Precisión sin pretensiones
Luego está el GTS. Un sabor completamente diferente, pero igual de adictivo.
Este es el coche que compré sabiendo que no duraría para siempre. El motor bóxer de seis cilindros atmosférico de Porsche está a punto de desaparecer. Solo está disponible en unos pocos modelos: el GT4, el GT4 RS, el Spyder RS, el GT3 y este. El GTS 4.0. Es el héroe silencioso de la gama Porsche. Sin alerón, sin pedigrí de competición. Solo un motor glorioso, una caja de cambios de seis velocidades perfecta y un chasis que parece construido por gente a la que todavía le importa.
Sí, algunos lo llaman el “Porsche de los pobres”, pero para los entusiastas es el bisturí, el emotivo deportivo de dos puertas que no durará para siempre.
En comparación con el BMW 1M, no es una edición limitada. Sin embargo, las cifras de producción son menores de lo esperado. En 2021 y 2022, Porsche vendió menos de 1300 GTS 4.0 Cayman en Estados Unidos.
Y aun así, sigue sintiéndose especial. Desde el momento en que giras la llave, es diferente. El motor no es ruidoso por debajo de las 5000 RPM, pero al cruzar esa línea, aúlla. Hay un rugido rico y metálico que crece al llegar a las 7800. No es el coche más rápido que he conducido, pero sí uno de los más satisfactorios. Hay que esforzarse para conseguir la potencia. Mantener el motor en su punto óptimo. Ajustar bien los cambios. Recompensa el ritmo y la sensación.
Un baile completamente diferente
Comparado con el 1M, el Cayman GTS 4.0 es más suave. Más fluido. Se siente más ligero, porque lo es. Con 1470 kg, pesa unos 79 kg menos que el 1M. Y al tener motor central, gira a tu alrededor como ningún otro coche con motor delantero. Al tomar una curva, el coche gira como si te leyera el pensamiento.
La conducción también es más refinada. Con el PASM, se maneja sorprendentemente bien en carreteras en mal estado. Mi ruta diaria por Chicago ha tenido mejores días, pero el GTS absorbe los baches y las juntas de expansión como un coche mucho más cómodo. Los asientos de 18 posiciones ayudan. Ofrecen un buen soporte sin ser exigentes. Y la cabina es sencilla. Limpia. Analógica. Sin pantallas gigantes que llamen la atención. Solo agujas rojas, botones táctiles y uno de los mejores volantes que he agarrado.
Pero no es perfecto. La relación de transmisión es alta, lo cual resulta frustrante. En ciudad, no se puede forzar la caja de cambios tanto como se desea. A veces echo de menos los coches de baja potencia, donde se puede acelerar a fondo en segunda sin sobrepasar el límite de velocidad.
Dicho esto, al salir de la ciudad, brilla. En el buen camino, el GTS 4.0 es pura felicidad. Se agarra. Se integra con el pavimento. Nunca te agobia. No intenta matarte. Simplemente te invita a seguir adelante, un poco más rápido, un poco más suave. Todo se comunica. Los frenos son progresivos e inspiran confianza. La dirección es firme y precisa. Te hace sentir un mejor conductor.
Pero sí, es menos práctico que el BMW 1M. Si tienes hijos, olvídate de dar una vuelta en el Porsche. Si necesitas transportar algo o simplemente recoger a alguien del aeropuerto, este no es el coche para ti. Es un juguete para la mayoría, un coche para divertirse el fin de semana, más que un deportivo todoterreno.
Ambos colores son divertidos y algo únicos.
Ambos coches son ruidosos, no solo por el sonido, sino también por el color. Y con razón.
El BMW 1M está acabado en Naranja Valencia , el color estrella del 1M cuando se lanzó en 2011. En aquel entonces, BMW prometía una y otra vez que sería una pintura exclusiva del 1M. Eso formaba parte de su atractivo. Hacía que el coche se sintiera aún más especial, como si este pequeño y audaz cupé tuviera identidad propia, incluso en el color.
Así que cuando BMW introdujo posteriormente el Naranja Valencia en coches de menor calidad (el X1 , el Serie 1), no voy a mentir, me molestó. Le restó algo de singularidad. Si hubiera sabido que se convertiría en un color de catálogo, probablemente habría pedido el mío en Blanco Alpino o Negro Zafiro. Aun así, es el color original del 1M. Y resalta, sobre todo con el sol. Ya me he resignado. Casi.
En el otro extremo del espectro se encuentra el Cayman GTS 4.0 en Azul Tiburón, y este… este, nadie debería arrepentirse. Algunos dicen que se parece al Azul Aciano de VW, y quizá bajo ciertas luces, sí. Pero en persona, el Azul Tiburón es más intenso, más impactante. Es uno de esos colores que detiene a la gente en los estacionamientos. No busca ser discreto; es audaz, y sin complejos. Porsche no lo usa en toda su gama, y eso ayuda. Sigue sintiéndose único, sigue sintiéndose "mío".
¿Necesitas ambos?
Esa es la cuestión. El 1M y el Cayman GTS son animales distintos. Uno es potente, robusto y un poco indomable. El otro es escultural, aplomado y centrado. Pero ambos son profundamente analógicos. Ambos mecánicos. Ambos diseñados para quienes quieren conducir, no ser conducidos.
El 1M es el mejor coche para la mecánica, para presumir, para la conducción a tope. Se siente como una celebración del caos, un pirata en otras palabras. El Cayman GTS es más tranquilo, más limpio, más calculado. Pero no menos emotivo. Simplemente lo demuestra de una manera diferente.
Si el dinero no fuera un problema, recomendaría a cualquiera tener ambos. No porque cubran todas las situaciones de conducción, sino porque cada uno representa algo que estamos perdiendo rápidamente. Son cápsulas del tiempo. Una construida desafiando la planificación calculada del producto. La otra, una carta de amor definitiva a la precisión natural.
Y si tienes la suerte de tener ambos, ¡considérate afortunado! Estos coches pasarán a la historia como clásicos y, algún día, tus hijos te lo agradecerán si heredan uno de ellos. O ambos.
[Fotos y PPF por @TintingChicago ]
BMW 1M vs Porsche Cayman GTS 4.0: Living With Both
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