Suelta el acelerador
Tráfico prepara un nuevo radar en La Grajera y otro en Arrúbal
03.05.08 -
Incrustado en el panel, dispositivo de radar en La Grajera. / J. RODRÍGUEZ
La Dirección General de Tráfico está instalando durante estos días dos nuevos radares fijos que vigilarán el cumplimiento de las normas de circulación en las carreteras riojanas. Según confirmó la Delegación del Gobierno, uno de ellos estará ubicado en la LO-20, cerca del Pantano de La Grajera; y el otro, en la nacional 232 en el término de Arrúbal.
En el caso del nuevo radar ubicado en La Grajera ya se ha instalado el dispositivo, aunque todavía no ha entrado en funcionamiento. Ambos empezarán a ser operativos durante los próximos días. Con ellos se eleva a diez el número de radares fijos repartidos por la red de carreteras de la región.
La N-232 pasará a ser la vía interurbana más vigilada de La Rioja junto a la AP-68, con un radar en Briones, otro en el Villar de Arnedo más el que está a punto de estrenarse en Arrúbal. La N-111 queda con dos (los instalados en Nalda y Albelda). La autopista mantiene sus dos radares fijos en Calahorra y otro en Haro. La N-120 seguirá con su único radar, el ubicado en el término municipal de Hervías.
Un grave problema
El interés de la Dirección General de Tráfico por controlar al máximo la velocidad de los vehículos que circulan por la región viene más que justificado por los datos estadísticos.
Durante el pasado año, casi 12.000 personas fueron 'cazadas' y sancionadas en la Rioja por pisar demasiado el acelerador de sus vehículos, y se estima que el 25% de los accidentes de tráfico está relacionados con el exceso de velocidad.
Gracias a los radares -en este caso radares móviles-, el pasado año se pudo identificar a dos conductores que transitaban a más de 200 kilómetros por hora por la red de carreteras riojanas. Ambas infracciones se cometieron en la AP-68, ambas a la altura de San Asensio, y en ambos casos los vehículos implicados eran de la marca BMW.
Desde la reforma del Código Penal que entró en vigor el 2 de diciembre del 2007, transitar a una velocidad desproporcionada acarrea penas de cárcel. Las leyes actuales castigan con condenas de tres a seis meses de prisión y privación del carné por un tiempo de entre uno y cuatro años a quien conduzca superando en más de 60 km/h el límite permitido en las vías urbanas o en 80 km/h el establecido para las vías interurbanas.