No todo iba a ser el RS Cosworth. El Ford Sierra fue uno de los estandartes de Ford durante la década de los 80 y principios de los 90, uno modelo que contó en su gama con codiciadas versiones como el RS Cosworth. Te contamos su historia. A principios de los 80, la marca del óvalo se encontraba en pleno proceso de reemplazo del los Ford Taurus / Cortina (así se llamaba en Inglaterra) para mantenerse en forma en un mercado europeo cada vez más competido. En el 81, en el Salón de París, presentó el Probe III, un modelo que a priori solo iba a ser experimental, centrado en la aerodinámica. Desarrollado en túneles de viento (novedad en la época), presentaba soluciones como las ruedas traseras carenadas o el alerón trasero doble, lo que le permitió conseguir un Cx de 0,32, de los mejores por aquel entonces. Tomándolo como base se empezó a desarrollar el primer Sierra bajo el nombre clave de ‘Proyecto Toni’, con un enfoque mucho más terrenal, que prescindió de las excentricidades del prototipo. Obra de Uwe Bahnsen, Robert Lutz y Patrick Le'Quement, solo hubo que esperar hasta el Salón de Frankfurt de 1982 para conocer la versión de producción. El cambio respecto a sus predecesores fue palpable, luciendo una imagen mucho más moderna, de frontal incisivo y aerodinámico… que en principio no caló entre los consumidores. Sin embargo, la situación solo tardó unos meses en cambiar, hasta el punto de que llegó a ser segundo en la votación del Coche del Año en Europa en 1983. En un principio se ofrecía con varias opciones mecánicas de gasolina de entre 60 y 114 CV, pero solo con una diésel de 67. Poco a poco se fue ampliando la gama con la llegada de la carrocería de tres puertas, del XR4i, que montaba un motor de 150 CV y lucía un doble alerón que reinterpretaba el del Probe III; el XR8 con motor V8 de 205 CV o el XR4x4, que tenía tracción integral. En 1985 apareció la versión que enamoró a todo ‘petrolhead’ de la época, el Ford Sierra RS Cosworth. Llamativo como pocos gracias a su descomunal alerón trasero, además rendía 204 CV y era capaz de alcanzar los 240 km/h de punta. En el 87 recibió su primera puesta al día, con ligeras novedades estéticas centradas en frontal y zaga, así como incorporaciones como la carrocería de cuatro puertas. No hubo que esperar mucho para que llegara la segunda, en el 89, que introducía una parrilla algo mayor, cambiaba el cuadro de instrumentos y sumaba nuevas motorizaciones, elevando el suelo de la gama hasta los 80 CV, ampliando a dos los bloques diésel y continuando como motor más potente con el del RS Cosworth, eso sí, todavía más contundente gracias a sus 220 CV. El Ford Sierra llegó a su fin de ciclo en 1993, cuando fue reemplazado por el Mondeo, modelo que mejoró sus resultados haciéndose con el galardón al Coche del Año en Europa en 1994. Esta es la increíble historia del Ford Sierra RS Cosworth, un deportivo con piel de cordero que, desde Senna a Sainz, cautivó a todos. Fue una máquina brutal de su tiempo sólo para manos expertas y economías desahogadas, pero una de esas creaciones inolvidables en una época en la que las crisis energéticas habían quedado atrás y a muchos padres de familia pudientes les gustaba verse reflejados en pilotos de leyenda con berlinas grandes y vitaminadas. En 1976 Ford inaugura la fábrica de Almussafes, en Valencia. Se une así a las plantas que el gigante tiene en Alemania y Reino Unido, lugares en los que el catálogo, con una gran calidad, un diseño distinto y una variada gama de productos y segmentos, pretende satisfacer a un público muy heterogéneo, desde el Ford Fiesta (producido en Valencia y en Colonia, al Granada y luego Escorpio, pasando por los Escort/Orion e incluso el Capri. Pero hacía falta una berlina del segmento D para sustituir al desfasado Taunus, que fuera un paso más allá y también contara con una oferta muy variada. De este modo, en 1982, se presenta otro modelo con nombre en castellano, el Ford Sierra, que a lo largo de su vida se podrá configurar con carrocerías de dos, tres, cuatro, cinco puertas y familiar... y elegir motores desde los 1.3 a los 2.8 cc y con potencias de hasta 150 CV, en gasolina y diésel, con tracción trasera o integral... (y los 220 CV del último Cosworth). A priori, sus características parecen permitirle competir a priori con el VW Passat, el Citroën BX o el Renault 20 (y luego, R-21). ¿Por qué Cosworth? Sin embargo, Ford quería ir más allá y hacer valer sus galones en las carreras y optó por hacer una versión aún más radical que acabaría por medirse sin complejos a rivales de la talla del BMW M3 o al Mercedes 190 2.3.16 . En otras palabras, algo más atrevido todavía que las versiones XRi de inyección, que si en el caso del del Fiesta y del Escort acababan en 2 y 3 respectivamente, el del la nomenclatura del Sierra sería XR4i. Así que, de nuevo, se volvió a confiar en el fabricante de motores británico Cosworth, que llevaba décadas ligado a distintas escuderías de Fórmula 1 y cuyo prestigio trascendería al Sierra con el futuro sustituto, el Ford Escort RS Cosworth. Así, la increíble historia del Ford Sierra RS Cosworth da comienzo en 1985, con un paquete aerodinámico totalmente sorprendente y coronado por el enorme alerón trasero, responsable de pegar al suelo las maldades de un motor de 'sólo' cutro cilindros en línea y 1.993 cc... pero que superaba en potencia al XR4, con un total de 204 CV para el Sierra más potente fabricado hasta el momento, que alcanzaba la nada desdeñable velocidad punta de 240 km/h. De Senna a Sainz, cuentan sus pilotos que el hecho de ser una base tan voluminosa supuso todo un desafío para el departamento de competición de Ford a la hora de hacer de él una máquina de ganar. El mismísimo Ayrton Senna (en la foto, apadrinó algunas de sus puestas de largo ante la prensa). El brasileño había debutado en la F1 en 1984 con Toleman y para la temporada siguiente pasó a ser piloto oficial de Lotus, que curiosamente ya pasaría ese año a montar motores Renault y luego, Honda. Otros pilotos de la época de las distintas disciplinas decían que el Sierra tan largo que algunos parecía "un coche de Scalextric", con una gran aceleración y velocidad punta en recta, pero muchos problemas de agilidad en curvas (frente a los equilibradísimos M3, por ejemplo). En el último tramo de su vida la Fase II (1988-1991) ya acusaba el paso del tiempo desde su propia configuración a su aumento de peso. Los planes deportivos de Ford, en cambio, seguían adelante en rallys y circuitos, con lo que el motor pegó el estirón definitivo hasta los 220 CV y consolidó su punta en los 240 km/h. Sin embargo, en el Mundial de Rallys tampoco él pudo reeditar la victoria del Ford Escort RS de 1981 -con el título de Vatanen- y sus resultados fueron bastante pobres respecto a los circuitos debido a su larga batalla y tracción, a pesar de los esfuerzos de Grundel, Caros Sainz y Didier Oriol. Al menos, Oriol sí que pudo firmar una victoria con un Sierra oficial en Córcega 1988, la que sería la última de un tracción trasera en el WRC. La vida comercial y deportiva del Sierra estaba llegando a su fin, pero el sustituto no deshonraría en absoluto su linaje y veía la luz, desde el minuto uno, como un nuevo objeto de deseo para la movilidad privada o para bólido de competición. Y sí, también heredó el gran spoiler trasero (pero con unas cotas mucho más equilibradas).
Recuerdo cuando lo vi por primera vez siendo un crío y me pareció un Huevo Espacial. Demasiado moderno.Posteriormente siempre ha sido una de las berlinas que más me han atraído.
Los Cosworth y acabados Guía me parecían muy interesantes. Siempre que veo Sierras me acuerdo de este video:
, mi viejo tuvo un 2.0 CL de la última carrocería no es que fuese un piloto pero conducía bien y se pegó 3 ostias con el, decía que era el peor de todos los coches que había tenido y fueron unos cuantos, nunca termino de fiarse de él a la mínima se iba, el día que lo cambio se le veía la alegria en la cara por quitárselo de encima
Yo también conozco un caso de leñazo en curva con estos Ford, tenían fama de irse fácilmente de atrás con suelo deslizante, un trasera "old school".
Aquí una prueba de un modesto 2 litros, me sorprende el pobre dato del Coeficiente aerodinámico, un 0.379 cifra ya algo discreta para 1989. https://www.pieldetoro.net/web/pruebas/ver.php?ID=682.60
Siempre me pareció un diseño algo vasto y deslavazado, pero sin duda las versiones Cosworth dejaron huella. Con el Mondeo se mejoró
En mi casa tuvimos el modelo 4 puertas Ghia 2.0i. del 88. Tengo muy buenos recuerdos de él. Como sonaba su motor (motor Pinto 8v), sus acabados, su techo corredizo... Y su amplitud (para la época) Lástima que saliendo de Andorra, en la primera curva tras pasar la aduana, un motero "pasao" con una BMW 1100, se echó sobre nosotros y pasó casi lo del vídeo... El único que salió peor fue mi hermano, con un dedo del pié roto y mis padres con magulladuras. Yo ni un rasguño... Sólo deciros que la reparación del coche cuando pasó (1992) ascendía a dos millones y medio, con lo que fué siniestro y al desgüace. A veces me pica el gusanillo de buscar alguno de segunda mano, pero la verdad es que no hay a penas unidades, y los Cosworth se me escapan de precio.