II Encuentro Ibérico del W123 Club España, en tierra de conquistadores Más de 70 unidades del indestructible Mercedes-Benz W123 se congregaron para la cita anual del club en una convocatoria que, una vez más, resultó un completo éxito. Los pasados 19 y 20 de octubre tuvo lugar el II Encuentro Ibérico del W123 Club de España. En esta ocasión, “invadieron” la excelente tierra de conquistadores con sus Mercedes-Benz, desplazándose hasta Cáceres y también a la Plaza Mayor de Trujillo. Sin duda un marco incomparable, presidido por la figura de Francisco Pizarro a lomos de su caballo. El evento suponía también la concentración nacional número 16 para el W123 Club España y logró reunir a más de 70 unidades del irrompible W123 diseñado por Bruno Sacco y casi 200 asistentes. Todo ellos pudieron disfrutar de los mejores rincones de estos lugares extremeños con visitas guiadas incluidas, así como su gastronomía. Entre los ejemplares participantes, los hubo, literalmente, de todos los colores. Desde unidades de las primeras series a las últimas, por lo que, una vez más, se consiguió reunir las cuatro carrocerías de este emblemático modelo: berlina, coupé, familiar y Lang. También acudieron unidades con sus numerosas mecánicas, además de dos versiones USA en magníficos estado de conservación. DE TODOS LOS RINCONES Esta concentración no se llama Encuentro Ibérico por casualidad, sino por la participación también el Clube W123 Portugal. De nuevo lo hicieron con unas magníficas unidades matriculadas en el país vecino. En el caso de los coches españoles, vinieron de los puntos tan distantes como La Coruña, Almería, Guipúzcoa, Málaga, Santander, Valencia o Zaragoza. En esta edición no existió debate sobre el premio a la unidad llegada de más lejos, pues correspondió a un ejemplar de Fuerteventura (Canarias) que, tras coger el Ferri hasta Algeciras, prosiguió su viaje por carretera rumbo a Cáceres. En conclusión, el II Encuentro Ibérico del W123 Club España resultó un nuevo éxito y, de hecho, ya se está preparando la siguiente cita anual.
Mi padre compró uno usado en la Mercedes de Salamanca y a los pocos días se lo tuvieron que comer. Decían que estaba perfecto y a los pocos días nos enteramos que había tenido un accidente importante. Fue el único coche que vi comprar a mi padre de segunda mano. Jamás volvió a comprar un usado. Después de ese tuvo un Citroën XM, luego un Volvo 960 y por ultimo un Renault Laguna, que fue su primer automático.
Madre mía, cuánto hierro junto ..... Qué bien se come en algunos restaurantes de esa plaza de Trujillo ......