Te leo un poco tarde y después de ver el “bicho” y que me comentaras algo ya en Lardies. No soy, ya sabes, ya talibán de casi nada (mi diésel-hooliganismo se esfumó bastante antes de aparecer mis canas), y aún reconociendo que la gran mayoría de los “superpoderes” de los coches actuales pueden facilitar en muchos casos la vida a bordo, sigo sin estar muy motivado a incorporarlos en mis pocos km de conducción que ya hago (quizá sea ese el principal motivo de mi obsolescencia, esa o el no podérmelo permitir ). Sin embargo, reconozco que temas como el que me mostrarte (y luego publicaste) de la realidad aumentada pueden ser muy útiles para la navegación. Resulta ahora mitad nostálgico mitad viejuno acordarse de los noventa cuando vi por primera vez una aplicación de realidad aumentada corriendo en una estación Silicon Graphics de muchos miles de euros (un cacharro que superaba el millón de las antiguas pesetas). Que se disponga de esa tecnología ahora en los coches no deja de ser meritorio y a la vez un símbolo innegable de progreso, aunque aún no sea de serie en todos. Huelga decir lo que representa también que un tricilíndrico haga andar de esa manera a esa pequeña mole y además con esos consumos. Es innegable que el futuro acaba llegando y que somos los individuos los que decidimos apearnos del viaje por muy diferentes motivos, todos ellos respetables creo yo, pero en ningún caso pienso que sean principios eruditos ni de un supuesto “purismo” (y aún menos excluyentes). Todo seguirá avanzando a pesar de nosotros jajaja.