Ferrari jamás permitió que nadie usase sus motores fuera de Italia, salvo cuando se los dejó a Pontiac como venganza contra Ford

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Ferrari jamás permitió que nadie usase sus motores fuera de Italia, salvo cuando se los dejó a una marca americana para meterlos en un muscle car como venganza contra Ford​

  • El coche nunca fue desvelado al público ni a la prensa en los años 70​

  • Se convirtió en el coche personal del jefe de diseño de GM en los años 70, Bill Mitchell​

Pontiac Pegasus Estudio Diseno Ok


En 2010, General Motors decidió poner fin a la marca Pontiac y el último modelo salió de fábrica en noviembre de 2009 sin pena ni gloria. Pero antes tuvo modelos de gran renombre, como el GTO, ideado por John Z. De Lorean a su paso por GM, y sobre todo los Firebird Trans Am, gracias al cine y a la televisión. Pero durante la mayor parte de su existencia, Pontiac no se caracterizó precisamente por sus diseños atrevidos y, a menudo, parecía vivir a la sombra de Chevrolet.

Sin embargo, en 1971, Pontiac se la jugó y creó un concept car basado en el Firebird de serie, el Pontiac Pegasus.

Este se parecía a todo menos un muscle car de Detroit. Su diseño, aunque conservaba la parte central del Firebird de serie, se inspiraba en las creaciones italianas más clásicas. Tanto que hasta tenía bajo su capó un V12 Ferrari, regalo del propio Enzo Ferrari.

Pontiac Pegasus, un Muscle car con corazón italiano​

El Pontiac Pegasus no es un coche de serie. Nunca pretendió ser más que un ejercicio de diseño único. El vicepresidente de diseño de GM, William L. Mitchell, más conocido como Bill, se encargó del estudio del concepto car utilizando un Firebird de 1970 como base.

Jerry Palmer, diseñador de Chevrolet, fue el autor del Pegasus. Con el objetivo de renovar el Camaro, Palmer creó un boceto de 1,20 metros por 60 cm en el que combinaba el Camaro con un Ferrari 250 Testa Rossa de 1958. A Bill Mitchell le gustó el diseño, pero se lo llevó al departamento de Pontiac, donde se convirtió en realidad. Al fin y al cabo, el Chevrolet Camaro y el Pontiac Firebird siempre fueron esencialmente el mismo coche.ç

Pontiac Pegasus Zaga


En Pontiac aportaron su sello al coche, utilizándolo como banco de pruebas para los elementos de diseño que aparecerían en el Firebird en los años siguientes. La luneta trasera envolvente del Pegasus, por ejemplo, se puede ver en los Firebird a partir de 1975, y la parte trasera estrecha se puede ver en los LeMans y Grand Am de 1973.

Los detalles de cómo terminó un V12 Ferrari bajo el capó de ese coche no están claros. El entonces vicepresidente de diseño, Chuck Jordan, recuerda que Mitchell quería mostrar a los ingenieros de Pontiac cómo se sentiría un Trans Am con un motor de altas revoluciones y bajo par motor. Es decir, lo opuesto a un muscle car, con su V8 de enorme par motor y bajas revoluciones. El ayudante de Mitchell, Dick Henderson, recuerda que Enzo Ferrari se había ofrecido a aportar un motor V12 de 365 GTB/4 ‘Daytona’ al proyecto.

Pontiac Pegasus


¿Por qué Enzo Ferrari regaló un motor a Pontiac? Nadie lo sabe. Quizá para fastidiar a Ford en caso de que su regalo terminase en colaboración comercial. Recordemos que en 1963 Ford estuvo a punto de comprar Ferrari, con unas condiciones (abandonar el control de la Scuderia) que enfurecieron a Enzo Ferrari.

O bien quizá porque esperaba que los estadounidenses finalmente vieran la luz y aceptaran la superioridad de los árboles de levas en cabeza y las zonas rojas por encima de las 6.000 vueltas.

En todo caso, el V12 4.4 litros de 350 CV fue instalado por los mecánicos de General Motors. A no ser que fueran los mecánicos del equipo NART, el importador y brazo deportivo de Ferrari en Estados Unidos.

El motor fue inicialmente asociado a un cambio automático GM Turbo-Hydramatic a petición de Mitchell, pero no era la adecuada para un motor tan potente. Finalmente se instaló una transmisión Ferrari de cinco velocidades, probablemente de un 365GTC/4. Los ingenieros de Pontiac pusieron a punto el coche e instalaron los frenos traseros del Corvette con pinzas de cuatro pistones en una época en la que el Firebird tenía tambores detrás.

Pontiac Pegasus Frontal


En la actualidad, el lujo ya no se define por la calidad de los materiales y la fabricación, como en esa época, sino por los gadgets. En cuanto al diseño ya no es tan decisivo como antes: basta con ver las nuevas horneadas de modelos nuevos, especialmente procedentes de China.

Quizá por eso hoy cuesta imaginar la importancia que podían tener los diseñadores, los Marcello Gandini, Giugiario, Pininfarina, Raymond Loewy, Harley Earl o Bill Mitchell. Y la posición de Bill Mitchell era tal que se permitió el lujo de mostrar el Pontiac Pegasus únicamente en las competiciones y tandas en circuito en las que él participa, sin jamás correr con el Pegasus.

Es más, cuando se jubiló, se llevó con él el Pontiac Pegasus. Bill Mitchell había negociado con GM que, cuando se jubilara, podría disfrutar del coche. Tras su fallecimiento, el coche fue devuelto al estudio de diseño de GM, donde permanece hasta hoy. El coche está en perfecto estado de funcionamiento y, de vez en cuando, deleita los oídos de los empleados melómanos del parque histórico de GM.
 
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