Habitualmente hablamos sobre todo tipo de subastas y vehículos a la venta, sobre todo cuando son realmente interesantes, y en muchas ocasiones los protagonistas son coches de competición, como es el caso. El modelo en cuestión es un singular Jaguar X-Type SCV8 de carreras. Este coche fue ideado originalmente para formar parte de la parrilla de la competición SCV8 Supercar Championship, en Reino Unido, pero dicho campeonato nunca llegó a hacerse realidad. Digamos que el coche quedó huérfano antes de poder demostrar su valía en carrera. Aquellos modelos para el SCV8 Supercar compartían un chasis tubular fabricado a medida y un motor 3,2 litros V8 Nicholson McLaren, con una potencia cercana a los 560 CV, aunque luego se carrozaban para asemejarse a modelos como este Jaguar X-Type, el Peugeot 407 o el Opel Vectra. Este ejemplar no equipa dicho motor 3,2 litros V8, pero el vendedor ofrece la posibilidad de adquirirlo sin motorización, o bien con un motor V8 de origen Lotus, diferente al original. El coche incluye también piezas de repuesto y toda su documentación. "Es un automóvil fantástico, muy bien fabricado y preparado con los mejores componentes", afirma Alan Strachan, el vendedor. "También es importante por ser el último coche construido por Rouse Hall antes del cierre de su taller. Podemos ofrecerlo tal cual está o bien listo para competir. Sería apto para el campeonato Thundersaloons y otras disciplinas, además de ser un coche muy especial para coleccionistas de Jaguar". Sobre el precio del modelo nada se sabe, pero en caso de estar interesado, se puede contactar con info@cncmotorsport.com. De todas formas, si tienes curiosidad por ver y escuchar este X-Type SCV8 en circuito, hemos encontrado un vídeo clásico que sirve como aperitivo. Cabe recordar que el Jaguar X-Type fue un intento de la firma británica de fabricar berlinas inferiores a las de su gama de la época, de cara a competir contra los fabricantes premium alemanes y sus Serie 3, Clase C y A4. Si bien sus rivales eran de propulsión trasera, el Jaguar compartía una plataforma de tracción delantera con el Ford Mondeo, aunque fue equipado con tracción total. En cualquier caso, el modelo fue criticado por sus estrechos lazos con Ford y por no ser un Jaguar auténtico. Además, nunca hubo una versión de altas prestaciones, por lo que el 3,0 litros V6 de 230 CV fue el tope de gama.
