Repartidores a domicilio: ¿conducción segura? Catalogado como de alto riesgo por las agobiantes exigencias de entrega. El auge del comercio electrónico ha llenado las calles de repartidores en bici, en moto, en furgoneta. Y ha venido acompañada de mayores peligros en la carretera debido a la presión que sufren los repartidores de llegar pronto o la falta de unas mejores condiciones laborales. El comercio electrónico crece desde 2014 a un ritmo del 20% anual. Glovo, Deliveroo, Uber Eats, Amazon, Stuart... El mercado digital o ‘e-commerce’ es ya la guarida en la que vivimos sin darnos cuenta. Su aterrizaje ha alterado la forma de consumo y la conducción en las ciudades. Es el pan de cada día cruzarse con furgonetas descargando, motos o bicis de reparto, que muchas veces ‘flexibilizan’ el cumplimiento de la ley debido a la presión del tiempo y a las condiciones laborales que soportan. El comercio electrónico (‘e-commerce’) o venta virtual crece desde 2014 a un ritmo del 20% anual, según la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC). Y, aunque sea difícil determinar el número de trabajadores que engloba, su presencia es palpable en la calle. Cada día se piden miles de productos por medio de aplicaciones y webs: libros, platos cocinados, la compra semanal y hasta medicamentos. Todo se ha convertido en susceptible de ser enviado y recibido sin moverse de casa. Para ello, en furgoneta, bici o moto, los repartidores –conocidos como ‘riders’– cabalgan a contrarreloj por las ciudades para que el paquete no se enfríe (si es de comida) ni sufra retrasos. En 2016, según datos de la DGT, los usuarios de bicicletas se vieron implicados en 7.673 accidentes, en ciclomotores fueron 7.950, en motocicletas, 25.944 , y en furgonetas 10.604. Sin duda, muchos de ellos repartidores. Tensión ¿Por qué? Muchas veces, esta tensión les lleva a infringir las normas de tráfico: apresurarse por vías sin mirar detenidamente las posibles salidas de centros escolares o pasos de peatones, subirse a aceras y bloquear el paso, circular por un paso prohibido con tal de no dar rodeos, maniobras peligrosas en caso de atasco o bloquear la calle con vehículos grandes con la excusa de no tardar más de unos minutos... Son acciones locales, pequeñas, que, sin embargo, entorpecen el desarrollo normal de la circulación, crispan a los viandantes y pueden llegar a ser un motivo de accidente de diferente gravedad. “Existen multitud de factores que hacen de tu día a día un trabajo más peligroso e inseguro que cualquier otro, teniendo en cuenta que sobre la moto no hay más chasis que tu propio cuerpo” señalan desde la Fundación Mapfre, donde se han interesado por este tipo de empleo catalogado ‘de alto riesgo’ por “los agobiantes tiempos de entrega, el número de pedidos y la satisfacción del cliente”. Jesús Monclús, director del Área de Prevención y Seguridad Vial de esta Fundación, recomienda, “tener en cuenta los factores externos (calor, niebla, viento…) y los personales (notarse cansado, poco concentrado, etc). En cualquier caso, el alcohol o drogas, la fatiga y el sueño, las distracciones, el uso del teléfono móvil, los medicamentos y enfermedades y otros factores psicológicos como el estrés o la depresión influyen en las habilidades y capacidad de reacción”, alerta Monclús, que remarca la presión y la exigencia de estos trabajos como agentes negativos. “Los tiempos son difíciles de cumplir, y tanto la formación como el equipo son muy informales”, lamenta y hace hincapié en “hacerse ver” con reflectantes y luces. Un negocio que mueve 20 millones de compras El anglicismo ‘e-commerce’ significa comercio electrónico y agrupa todo lo relacionado con compras por internet. De seleccionar un menú a encargar un lote de libros. No es nuevo, pero sí ha sufrido desde principios de esta década un impulso sorprendente. Según datos del Observatorio Nacional de las Telecomunicaciones y de la Sociedad de la Información (ONTSI), en 2015 hubo 20,6 millones de compradores internautas en España, casi dos millones más que en 2014. La venta directa a través de portales web se ha puesto de moda por la facilidad de hacerla desde el móvil o el ordenador, y la mercancía llega en pocos minutos o en días. El orden de nuestras preferencias, según el ONTSI, son los billetes de transporte, compra de entradas a espectáculos, ropa o complementos y reservas de alojamientos o paquetes turísticos. Gigantes como Amazon o Uber han dado una derivada más a su negocio: el de la comida. En casi todas estas empresas trabajan ‘riders’ autónomos, que tienen un tiempo determinado para cumplir con su trabajo. http://revista.dgt.es/es/reportajes/2018/02FEBRERO/0205repartidores-a-domicilio.shtml#.WoFMS6jia1s
Efectivamente en ciudades como Madrid entiendo que el centro de las grandes ciudades sera igual, pero yo soy asiduo usuario por trabajo de la castellana y entre Taxis, VTC, bici Mad, motos y coches eléctricos de mil empresas y todos estos repartidores, es una odisea llegar a destino sin atropellar a nadie.
El viernes por la noche me crucé con varios de estos que van en bici, con toda la rasca que hacía, unos con mochila, otros con cesta y uno con ¿¿¿¿una caja agarrada de la mano????... en bici. Puf pobre gente, menudas condiciones de curro.
Es una pena que esto funcione así. A ver si pego en el hilo crisis de los machotes un escrito que ha publicado el sector de la investigación por los recortes que siguen sufriendo en España, un 35% en acumulado, mientras que Alemania ha aumentado esa inversión en el mismo porcentaje.
No le tiré foto, pero cuando estuve en Madrid en diciembre vi un Passat frutero "civil" de la época del peine con un triste cartel pegado en las ventanillas traseras. "Soy repartidor, por favor, no me multen que estoy trabajando". Me dio muchísima pena la verdad.
Exacto, pero como igual que tú y yo lo sabemos, lo sabe la administración. Y debería hacer algo... Se me ocurre por ejemplo que la multa de circulación fuese para la empresa, o al menos compartida con el conductor.
Estos sí que tendrían que hacer curso de conducción, se puede ir rápido haciendo pirulas finamente sin perjudicar a nadie, lo que pasa que me da a mi que muchos aprovechan esa presión laboral para justificar malos hábitos y conductas inapropiadas.
Alguna vez que me tocó en su día me pararon y me dijeron: Entendemos que tengáis que ir así, es muy triste, os podéis matar y peor aún llevaros a más gente por delante, si puedo multar a la empresa lo haré, si no una sanción te va a caer a ti
Ahh!! O sea, que la culpa es de la administración o de las propias empresas, pero no paramos de pedir por internet cosas y que lleguen ya... Ainss!!!
¿Quién regula el sector? ¿El ciudadano desde su ordenador? No, no es culpa del que pide por internet. Si te lo mandan por SEUR, pasa que: dicen que estuvieron en tu casa, te dejan aviso, siendo mentira (eso a mí mismo el pasado viernes desde las 16h en casa esperando una visita, y el sábado manda SEUR un aviso por email que a las 16h55 no había nadie en casa) Si te lo mandan por EMS, pasa que: seguramente, te lo 'acoja' Correos en España, con lo que hay más tranquilidad por recibir el paquete. Si te lo mandan por una de 'mensajería', pasa con todas que: pido cosas que deberán ser enviadas a mi apartado de correos, lo pone claramente en mi perfil de cliente, la mensajería recoge en 'destino' sabiendo que entregará en un apartado de correos, pero cuando llega a destino, no reparte en mi apartado, y me devuelven el paquete. Me entero cuando ha regresado a Alemania, sin haber nadie que me haya llamado en el punto de destino de entrega. Mira qué gracioso, lo último de Alemania debería haber llegado a través de ASM a Correos, de la oficina de ASM a Correos hay 12 metros en linea recta, y mi número de teléfono adosado en la info de destinatario. No hombre, no. No es mi culpa. Yo encargo y pago (paquete y envío) Si después el de la bici no paga autónomo ni es asalariado, no es mi problema.
En 15 años te meterá la mercancía un dron por la ventana. Mientras tanto, imagino que la administración querrá sacar tajada, regulando, como BlaBlaCar, o las apuestas en línea. Todo el mundo a pasar por caja.