Si hablamos de motores rotativos seguramente se te vengan a la mente coches como el Mazda RX7 y RX8, pero pocos más. Y ya ni de motos ni hablamos, porque los motores rotativos y las dos ruedas no eran buenos compañeros. Hasta estos días. Pero primero vamos con la teoría: a estos motores rotativos también se les llama Wankel, en honor a su creador, Felix Wankel, que en 1932 desarrolló el primer motor de pistón rotativo que a la vez sería la base del único motor de pistón rotativo comercialmente exitoso, y exclusivamente para vehículos. Quizá en las dos ruedas, además de una docena de prototipos, la única moto que triunfó en este aspecto fue la RCW 588, que apareció en el año 1989 con un motor Wankel de 2 rotores y 588 cc, y que en 1994 ganaba el Seniot TT de la Isla de Man y también se llevaba el British Superbikes (BSB), pero que acabó desapareciendo por falta de presupuesto. La idea es realmente buena, pero su ejecución no tanto. En resumidas cuentas, mientras la alternativa es el motor de pistones, que hace un movimiento oscilante, el motor Wankel produce la rotación requerida para la propulsión directamente. Uno de los principales problemas de este tipo de motores rotativos es que, a través de la potencia rotativa, sella el rotor al borde exterior de la carcasa del motor; ahora, una start-up estadounidense parece haber solucionado este hándicap y da más vida que nunca a la idea de motor rotativo, modificando la idea original y haciéndolo terriblemente más potente y eficiente. Hablamos de la start-up Astron, que ha desarrollado su propio motor rotativo de turbina Omega 1. Y es que la gasolina sigue muy viva aún: este motor parece haber resuelto el problema de la carcasa del motor así como ha mejorado su eficiencia: con tan solo un peso de 15 kg, ofrece 160 cv. ¿Pero qué secreto tiene para ser tan revolucionario? En principio este Omega 1 separa los cuatro tiempos de un motor de combustión (combustible, seguida de la compresión y la explosión y una final de escape) y divide estos ciclos en dos cámaras separadas, no así como un motor de combustión al uso. Para ello, Omega 1 incorpora cuatro rotores; dos en un extremo delantero para las carreras de admisión y compresión, y otros dos rotores en el extremo trasero para la combustión y el escape. Entre estos dos rotores hay dos válvulas de disco rotativas. En este prototipo de simulación de Astron, la presión de sobrealimentación pasaría de 1 bar (en caso de contar con compresores o turbos), y comprimiría el aire de admisión hasta los 14 bar. Eso supone un cambio demencial, y que garantizaría que no se necesite un sellado adicional en comparación con los anillos de pistón en los motores de combustión estándar, o sellos de superficie como en los motores Wankel, puesto que el aire de admisión y la mezcla no tendrían tiempo físico de asentarse para mover la dirección de rotación y perder presión, sino que propulsaría el motor directamente mucho más eficientemente. Por ello no serían necesarios ni tren de válvulas, ni cigüeñal, ni bielas, ya que desaparece la idea de bombear aceite a través del motor o impulsarlo con refrigerante, puesto que el motor de turbina se enfría por el flujo de aire en el motor y a través de los ejes huecos. En pos de esto, el trabajo lo harían los engranajes de sincronización y los cojinetes lubricados. Sin aceite, las emisiones se reducen. La idea es que si el motor de combustión gira, el eje de transmisión gira síncronamente. Y cuidado a esto... Porque llegaría hasta las 25,000 rpm, y cada revolución es un proceso de combustión distinto. Básicamente, un motor de dos tiempos. Y claro, su peso es mucho menor que el de un motor convencional, tan solo 15 kilos, gracias, básicamente, a una estructura mucho más simple. Desde la propia Astron lo asemejan al motor de un cortacésped. Así de simple. El módulo estándar es de 162 CV y un par de 230 Nn. Si esto te sorprende, lo hará aún más el precio: comercialmente, este motor vendría a costar unos 1,000 dólares al cambio. Leer también: BMW trabaja en un asiento "transformer" que cambia de tamaño Por el momento todo esto no es más que una prueba que se ha testeado en ordenador a través de un simulador, pero no hay ningún prototipo físico. Y aunque Astron es una empresa del sector automovilístico, estos motores apuntan también a poder ser utilizados y desarrollados para motos e incluso para la aviación, con componentes de titanio y que sustituirían la turbina normal de un avión. Sin duda que puede ser la salvación definitiva para los motores de combustión y la gasolina, y lo que durante tantos y tantos años la ingeniería mecánica lleva buscando: motores simples, pero eficientes, ligeros y con potencia, con un precio asequible y, sobre todo, que reduzcan potencialmente las emisiones de cara a las normativas.
Yo voy a ir en bici de Oviedo a Katmandú. De momento sólo he sacado unas fotos de la bici. Pero en breve me pongo a entrenar
No sé cuánto pesará el motor de una moto de igual potencia, pero 40 kilos más casi que seguro. No me quiero imaginar una moto con 162 cv y un peso de ¿¿160kilos??? A ver si lo llevan a término.